"Annuntio vobis gaudium magnum, habemus Papam: Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Josephi, Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Ratzinger, qui sibi nomen imposuit Benedicti XVI"

 

''Cari fratelli e sorelle, dopo il grande papa Giovani Paolo II, i signori cardinali hanno eletto me un semplice e umile lavoratore nella vigna del Signore. Mi consola il fatto che il Signore sa lavorare e agire anche con strumenti insufficienti e sopratutto mi affido alle vostre preghiere. Nella gioia del signore risorto fiducioso del suo aiuto permanente andiamo avanti e Maria sua santissima madre sta dalla nostra parte. Grazie''

 

“Queridos hermanos y hermanas:

Después del gran Papa, Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo, humilde, trabajador en la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar con instrumentos insuficientes y sobre todo confío en vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiados en su ayuda permanente, sigamos adelante. El Señor nos ayudará. María, su santísima Madre, está de nuestra parte. Gracias.”

 

 

Benedicto XVI, nuevo Papa
El Cardenal Joseph Ratzinger es hoy el nuevo Sumo Pontífice bajo el nombre de Benedicto XVI

 

Los cardenales de la Iglesia Católica reunidos en la Capilla Sixtina del Vaticano eligieron al sucesor del Papa Juan Pablo II.

Según anunció el cardenal chileno Jorge Medina, el nuevo Papa es el cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien eligió el nombre de Benedicto XVI.

El humo blanco, producto de la incineración de los sufragios de la tarde del martes, y el repique de las campanas, indicaron 45 minutos antes que al menos las dos terceras partes de los 115 cardenales electores definieron al nuevo Sumo Pontífice.

Primer mensaje de Su Santidad Benedicto XVI

"Queridos hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales eligieron a un humilde servidor de la viña del Señor (...) también me reconfortan vuestras plegarias."

Después de ser presentado a los fieles congregados en el Vaticano, ofreció su primera bendición urbe et orbi, a la ciudad y al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, con lo que comenzó su nuevo pontificado.

A las 17:56 horas de Roma salió humo blanco de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina. La Iglesia ya cuenta con un nuevo Pontífice.

El tañir de las campanas diez minutos después del humo confirmó el signo. El nuevo Pontífice fue elegido en la cuarta ronda de votaciones del segundo día del Cónclave. Las campanas de las iglesias en todo el mundo no dejan de sonar.

Biografía

El Cardenal Joseph Ratzinger nació el 16 de abril de 1927, un Sábado Santo en Marktl am Inn, diócesis de Passau, Alemania; y fue bautizado ese mismo día. En sus memorias, reflexionando sobre el hecho, dice: “ser la primera persona a ser bautizada en el Agua Nueva de la Pascua era visto como un acto muy significativo por parte de la Providencia. Siempre me he llenado de sentimientos de gratitud por haber sido inmerso en el Misterio Pascual de esta manera;...cuanto más lo reflexiono, tanto mas me parece apropiado a la naturaleza de nuestra vida humana: aún esperamos la Pascua definitiva, aún no estamos en la plenitud de la luz, pero hacia ella caminamos llenos de confianza.”

A Ratzinger se le hace difícil decir cuál es propiamente su pueblo natal. Al ser su padre miembro de la policía rural, era frecuentemente trasladado, y toda la familia con él, así, muchas veces tuvieron que ponerse en camino.

En 1929 la familia Ratzinger se muda a Tittmoning, pequeño pueblo a orillas del río Salzach, en la frontera con Austria.

En diciembre de 1932, debido a la abierta crítica de su padre hacia el nacional-socialismo, la familia Ratzinger se ve obligada a mudarse a Auschau am Inn, al pie de los Alpes.

En 1937 el padre del Cardenal Ratzinger pasa al retiro y se muda con toda la familia a Hufschlag, en las afueras de la ciudad de Traunstein, donde Josef pasaría la mayor parte de sus años de adolescente. Es aquí que inicia sus estudios en el Gymnasium de lenguas clásicas, donde aprende latín y griego.

En 1939 entra al seminario menor en Traunstein, dando el primer paso en su carrera eclesiástica.

En 1943, él y todos sus compañeros de clase son reclutados al Flak (escuadrón antiaéreo), sin embargo, les es permitido asistir a clases tres veces por semana.

En septiembre de 1944, habiendo alcanzado la edad militar, Ratzinger es relevado del Flak y regresa a casa. En noviembre pasa por el entrenamiento básico en la infantería alemana, mas debido a su pobre estado de salud, es exceptuado de buena parte de los rigores propios de la vida militar.

En la primavera de 1945, mientras se acercan las fuerzas aliadas, Ratzinger deja el ejército y regresa a su casa en Traunstein. Cuando finalmente llega el ejército americano hasta su ciudad, establecen su centro de operaciones en casa de los Ratzinger, identifican a Josef como soldado alemán y lo envían a un campo de prisioneros de guerra.

El 19 de junio de ese mismo año es liberado y regresa al hogar en Traunstein, lo sigue su hermano Georg en julio.

En noviembre, tanto él como su hermano mayor Georg, reingresan al seminario.

En 1947 Ratzinger ingresa al Herzogliches Georgianum, un instituto teológico ligado a la Universidad de Munich.

En 1951, el 29 de junio, Josef y su hermano Georg son ordenados sacerdotes por el Cardenal Faulhaber en la catedral de Freising, en la Fiesta de los Santos Pedro y Pablo.

Desde 1952 hasta 1959, es miembro de la Facultad de la Escuela Superior de Filosofía y Teología, en Freising.

En 1953 recibe su doctorado en teología por la Universidad de Munich. Relacionado con el doctorado, publica su primer trabajo importante:”Volk und Haus Gottes in Augustins Lehre von der Kirche” (El Pueblo y la Casa de Dios en la doctrina de Agustín sobre la Iglesia). Ratzinger dedica su “Habilitationsschrift” –trabajo original de contribución a la investigación, con la finalidad de habilitarse para la docencia universitaria– a la revelación y a la teología de la historia de San Buenaventura.

En abril de 1959 Ratzinger se inicia como Profesor Principal del teología fundamental en la Universidad de Bonn. En agosto de ese año, su padre es convocado a la Casa del Padre. Desde 1962 hasta 1965 asiste a las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II en calidad de perito, como consejero teológico principal del Cardenal Frings de Colonia.

En 1963 se traslada a la Universidad de Münster, y en diciembre de ese año, fallece su madre.

En 1966 es nombrado profesor de teología dogmática en la universidad de Tübingen. Su nombramiento es fuertemente apoyado por el profesor Hans Küng . Ratzinger había conocido inicialmente a Küng en 1957 en un congreso de teología dogmática en Innsbruck. Luego de revisar el trabajo doctoral de Küng sobre Karl Barth, dice Ratzinger: “Tenía muchas preguntas que hacerle al respecto de este libro, pues, a pesar de que su estilo teológico no era el mío, lo había leído con placer y el autor me había suscitado respeto, pues su apertura y su rectitud me gustaron bastante. Así se estableció una buena relación de amistad, aún cuando poco después...una seria discusión comenzó entre nosotros acerca de la teología conciliar.”

En 1968 un ola de levantamientos estudiantiles barrió Europa, y el marxismo rápidamente se convirtió en el sistema intelectual dominante en Tübingen, adoctrinando no sólo a buena parte de sus estudiantes sino inclusive al cuerpo docente. Siendo testigo de esta subordinación de la religión a la ideología política marxista, Ratzinger anota: Existía una instrumentalización por parte de las ideologías que eran tiránicas, brutales y crueles. Esa experiencia me dejó claro que el abuso de fe debía ser precisamente resistido si se quería mantener el querer del Concilio.

En 1969, desencantado por su encuentro con la ideología radical de Tübingen, se traslada de regreso a Baviera, donde asume un puesto de profesor en la Universidad de Ratisbona. Luego es nombrado Decano, Vicepresidente. Ese año también es nombrado Consejero Teológico de los Obispos alemanes.

En 1972, Ratzinger, von Balthasar, De Lubac y otros lanzan la publicación teológica Communio, una revista periódica de teología católica y cultura.

En marzo de 1977, es nombrado Arzobispo de Münich y Freising, convirtiéndose en el primer sacerdote diocesano que luego de 80 años, asumía el encargo de tan vasta e importante arquidiócesis. Es urgido por su confesor a aceptar el cargo y escoge como su lema episcopal la frase de la carta de Juan, “Cooperador de la verdad”, y razona: “Por un lado, me parecía ser la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de todas las diferencias de modo, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la verdad, estar a su servicio. Y por otro lado, porque en el mundo de hoy, el tema de la verdad ha desaparecido casi totalmente, pues aparece como algo demasiado grande para el hombre, y sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad”. Es consagrado el 28 de mayo por el Obispo de Würzburg, Josef Stange. En junio de ese mismo año, es creado cardenal presbítero por el Papa Pablo VI, y recibe el título de S. Maria Consolatrice al Tiburtino. Ese año también, asistió a la IV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en el Vaticano.

En 1978 participó en el cónclave del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, quien lo nombra enviado especial del Papa al III Congreso Mariológico Internacional, en Guayaquil, Ecuador, del 16 al 24 de septiembre. En octubre de ese año, participa en el Cónclave que elige a Juan Pablo II.

En 1980 Ratzinger es nombrado por Juan Pablo II a presidir el Sínodo especial para los laicos. Poco después, el Papa lo invita a encargarse de la Congregación para la Educación Católica. Ratzinger declina, pues considera que no debe dejar tan pronto su misión en Münich.

En 1981, en noviembre, acepta la invitación del Papa para asumir como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y Presidente de la Comisión Teológica Internacional.

El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Münich-Freising.

En 1983 asistió a la VI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano. Fue uno de los tres presidentes delegados; miembro del secretariado general, de 1983 a 1986.

En 1985 asistió a la II Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano.

Desde 1986 presidió la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia Católica, que luego de 6 años de trabajo (1986-92) presentó el Nuevo Catecismo al Santo Padre.

En 1987 asistió a la VII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

En 1990 asistió a la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

En 1991 asistió a la I Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

En 1993 fue elevado a Cardenal Obispo del título de la sede suburbicaria de Velletri-Segni. En 1994 asistió a la Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, y a la IX Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, también en la Ciudad Vaticana.

En 1997 asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

En 1998 asistió a la Asamblea Especial para Asia del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

Elegido vice-decano del Colegio Cardenalicio, el 9 de noviembre de 1998.

Ese mismo año, asistió a la Asamblea Especial para Oceanía de Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 22 de noviembre al 12 de diciembre.

En 1999 fue enviado especial del Papa a las celebraciones por el XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, el 3 de enero.

En octubre de ese mismo año asistió a la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.

En noviembre de 2002, el Santo Padre aprueba su elección como Decano del Colegio Cardenalicio.

Hasta la muerte de Juan Pablo II era miembro de la Secretaría de Estado; de las Congregaciones Iglesias Orientales, Culto Divino y Sacramentos, Obispos, Evangelización de los pueblos, Educación católica; así como de los Pontificios Consejos para la Unidad de los cristianos y del de Cultura; de las Comisiones para América Latina y Ecclesia Dei.

Recibió por encargo del Santo Padre, la reflexión del Via Crucis durante la Semana Santa de 2005.

Doctorados:

1984 Doctor Honoris Causa por el College of St. Thomas in St. Paul / Minnesota
1985 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Eichstätt
1986 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lima
1988 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lublin.
1998 Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra en Pamplona.
1999 Doctor Honoris Causa por la Universidad Libre Maria SS Assunta (LUMSA) en Roma.
2000 Doctor Honoris Causa por la Facultad de Teología de la Universidad de Wroclaw


Condecoraciones y membresías

  • 1977 Recibe la Gran Cruz de la República del Ecuador
  • 1985 Recibe la Gran Cruz de la República Federal Alemana, con estrella y banda; y la medalla de oro del Estado de Baviera
  • 1989 Recibe el Premio de la Orden della Minerva de la Universidad de Chieti y el Premio Agustin Bea en Roma
  • 1991 Recibe el Premio Leopold Kunschak en Viena
  • 1992 Recibe la Gran Condecoración de Oro al Honor de la República de Austria.
    Recibe el Premio de Literatura en Anacapri
    Recibe el Premio de Literatura Basilicata en Potenza
  • 1996 Recibe el Premio de la Orden Bávara de Maximiliano para el Arte y las Ciencias
  • 1997 Recibe la Condecoración de Ciudadano de Honra de la Comunidad de Marktlam Inn.
  • 1998 Nombramiento de Comandante de la Legión de Honor concedido por el Presidente de Francia
  • 1999 Incorporado a las Filas de la Soberana Orden Militar de Malta en Roma, como “Bali di Gran Croce e Devozione


Miembro de:

  • 1964-1967 Miembro regular de la Academia de Ciencias de Renania-Westfalia y desde
  • 1966 Miembro corresponsal de la misma
  • 1966 Miembro de la Académie des sciences réligieuses de Bruselas
  • 1991 Miembro regular de la Academia europea para las Ciencias y las Artes, sección de Teología en Salzburg
  • 1992 Miembro asociado extranjero de la Académie des Sciences Morales et Politiques de l’Institut de France en Paris
  • 2000 Nombrado por el Papa Juan Pablo II miembro de honor de la Pontificia Academia para las Ciencias

 

Publicaciones


Libros

¿El Fin de los Tiempos?

Con ocasión de sus 70 años, el profesor emérito de teología en la Universidad de Münster, Johann Baptist Metz, la filósofa judía de la religión Eveline Goodman-Thau y el teólogo protestante Jürgen Moltmann fueron reunidos por el Cardenal Ratzinger en una reunión para tratar el tema de Dios y el final de los tiempos. Esta obra recoge sus discusiones y puntos de vista ofrecidos en aquella oportunidad.

Verdad y Tolerancia: Fe Cristiana y Religiones Mundiales

El Cardenal Ratzinger encara el problema de la verdad, la tolerancia, la religión y la cultura en el mundo contemporáneo y asume el difícil reto de reunir diversas concepciones de la verdad espiritual a la vez que defiende las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la salvación por Jesucristo.

 

 

 

Dios está cerca de nosotros: La Eucaristía, el Corazón de Vida

Una presentación de las dimensiones bíblica, histórica y teológica de la Eucaristía. El autor resalta la importancia para cada uno de la devoción y adoración del Santísimo Sacramento, en la recepción personal de la Comunión para el cristiano así como para la vida de la Iglesia. Para Ratzinger, cualquier transformación del mundo en el plano social procede de la celebración de la Eucaristía. Ilustra bellamente cómo Dios omnipotente viene a estar íntimamente muy cerca de nosotros en la Santa Eucaristía. Obra que también  recoge los aportes de Stephan Otto Horn y Vinzenz Pfnur

Contemplar al traspasado: Una aproximación a la Cristología Espiritual

Recorriendo por el diálogo de oración entre Jesús y su Padre Eterno, el Cardenal muestra cómo uno solo puede aproximarse al misterio del corazón de Cristo a través de la imitación de su oración.

Construir el Templo de Dios

El autor accede desde distintas aproximaciones a los elementos esenciales de la teología y el culto. Su exploración finalmente culmina en una exploración de la pregunta ¿Quién dicen ustedes que es el Hijo del Hombre?

Llamados a la Comunión: Comprender la Iglesia hoy

Un examen de la necesidad de la Primacía Papal  para asegurar la unidad cristiana; el verdadero significado del sacerdocio como un sacramento y no como un mero ministerio; la necesidad de la Eucaristía como el Sacrificio del Salvador que se ofrece a sí mismo en nuestros altares;  el papel de los Obispos como sucesores de los Apóstoles; el valor del sufrimiento en unión con Cristo crucificado y el indispensable servicio de los laicos en el apostolado.

El Sacerdote Católico como Maestro y Guía Moral

Una compilación de charlas dadas con motivo de un simposio realizado en 1990 en Filadelfia que reunió algunos de los mejores teólogos en el mundo sobre teología moral. El Cardenal Ratzinger dio la nota más destacada y una homilía de clausura. La obra recoge también las intervenciones de William May y Albert Vanhove.

Cooperadores de la Verdad

Una selección de pasajes desde sus profundos escritos espirituales y teológicos, ofrecidos como meditaciones para cada día del año.

Escatología: Muerte y Vida Eterna

El Cardenal une los recientes acentos sobre la teología de la esperanza para un futuro con elementos tradicionales de la doctrina católica: cielo e infierno, purgatorio, muerte y la inmortalidad del alma.

 

La Fiesta de la Fe: Una Aproximación a una Teología de la Liturgia

En ensayo que presenta "aproximaciones a la teología de la liturgia”, el resultado de un serio estudio y un profundo amor por la Iglesia.

God and the World: Believing and Living in Our Time

Una entrevista con el periodista Peter Seewald sostenida en la abadía benedictina de Monte Cassino en la que el Cardenal Ratzinger se refiere a asuntos de la fe y de la vida de fe en el mundo moderno.

Evangelio, Catequesis, Catecismo: Luces sobre el Catecismo de la Iglesia Católica

Una obra que ofrece nuevas aproximaciones sobre el carácter catequético y los fundamentos bíblicos del Catecismo de la Iglesia.

En el principio…: Una Comprensión Católica de la Historia de la Creación y la Caída

El Cardenal Ratzinger discute con Dios como creador, el significado del relato bíblico de la creación, la creación de los seres humanos, el pecado y la salvación y las consecuencias de la fe en la creación.

Introducción al Cristianismo

Una excelente y moderna interpretación de los cimientos del cristianismo a través de una elucidación del Credo de los Apóstoles.

Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica

El Cardenal Ratzinger y el Cardenal Schonborn ofrecen útiles aproximaciones para la lectura y estudio del Catecismo, incluyendo una prehistoria del Catecismo, una mirada sobre su estructura y contenidos, los principales temas y métodos en él contenidos, una introducción especial a las cuatro partes del Catecismo y consejos específicos sobre cómo usarlo.

Muchas Religiones, Una Alianza. Israel, la Iglesia y el Mundo

Una profundización en la comprensión del principio más fundamental de la Biblia: la alianza eterna de Dios con cristianos y judíos.

El significado de la hermandad Cristiana

Examinando la hermandad cristiana desde la perspectiva de la historia de la salvación, Ratzinger muestra cómo la caridad fraterna solo puede ser perfeccionada a través de la paternidad de Dios, la filiación divina de Cristo y nuestra hermandad en Cristo.

Mi Vida: Memorias 1927 – 1977

En esta obra publicada en 1998, Ratzinger escribe sobre su vida familiar, los años de la opresión nazi y de la guerra, su extraordinario recorrido académico y su participación en el Concilio Vaticano II.

 

Naturaleza y Misión de la Teología. Ensayos sobre la Teología Oriental en los debates actuales

Una respuesta al diálogo actual sobre la teología y la clarificación de sus métodos, su misión y sus límites.

Un Cántico Nuevo para el Señor

Reflexiones sobre los asuntos críticos de la correcta manera del culto, la música sacra y la importante relación entre Cristología y Liturgia.

Principios de Teología Católica. Ladrillos para una Teología Fundamental

Una colección de artículos y conversaciones escritos en torno al tema central de la estructura del cristianismo, la interrelación con otras formas de cristianismo, los aspectos que distinguen el catolicismo de otras teologías cristianas.

Principios de Moral Cristiana

Un compendio de los principios fundamentales de la vida cristiana, co-escrito con Hans Urs Von Balthasar.

Informe sobre la fe

En una entrevista con el periodista católico Vittorio Messori, el Cardenal Ratzinger habla sobre la situación de la Iglesia en el tiempo posterior al Concilio Vaticano II.

Sal de la Tierra

En una entrevista exclusiva con Peter Seewald, el Cardenal Ratzinger ofrece una completa entrevista a un periodista secular sobre una serie de asuntos controvertidos y difíciles que afronta el catolicismo y el cristianismo al final del milenio pasado.

El Espíritu de la Liturgia

El Cardenal Ratzinger compara esta obra a un clásico bastante más antiguo que lleva el mismo título, escrito por Romano Guardini, debido a que percibe que sus aproximaciones son similares a las que Guardini registró en su tiempo acerca de una renovada comprensión de la Liturgia.

Una Mirada a Europa. La Iglesia en el Mundo Moderno. Balance y Proyección.

Una presentación de los retos y responsabilidades que tanto la Iglesia como la sociedad en Europa enfrentan tras el colapso del marxismo.

Valores en épocas de trastorno

Obra en la que advierte que Europa debe volver a aceptar sus raíces cristianas para evitar el vacío espiritual.

 

 

Otras obras publicadas

  • La interpretación bíblica en crisis
  • Servidores de vuestra alegría. Meditaciones sobre la espiritualidad sacerdotal
  • Juan Pablo II. Un Papa entre dos milenios
  • Camino hacia la Pascua: Retiro dado en el Vaticano en presencia del Papa Juan Pablo II
  • Revelación y Tradición
  • La Iglesia y la Mujer
  • Teología de la Historia en San Buenaventura

Documentos doctrinales


Documentos disciplinares

  • Notificación con la cual se declaran de nuevo las penas canónicas en las que han incurrido el Arzobispo Pierre-Martin Ngô-dińh-Thuc y cómplices por las ordenaciones ilícitas de presbíteros y obispos, 12 de marzo de 1983
  • Respuestas a las dudas propuestas acerca de la interpretación del Decreto «Ecclesiae Pastorum», 7 de julio de 1983
  • Declaración sobre las asociaciones masónicas, 26 de noviembre de 1983
  • Incompatibilidad entre fe cristiana y masonería - Reflexiones a un año de la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 23 de febrero de 1985
  • Carta a los Ordinarios acerca de las normas sobre los exorcismos, 29 de septiembre de 1985
  • Reglamento para el examen de las doctrinas - Agendi Ratio, 30 de mayo de 1997
  • Declaración sobre la «Iglesia clandestina» en la República Checa, 11 de febrero de 2000
  • Carta a los Obispos y otros Ordinarios y Jerarcas de la Iglesia Católica interesados acerca de los delitos más graves ("graviora delicta") reservados a la
  • Congregación para la Doctrina de la Fe, 18 de mayo de 2001
  • Motu ProprioSacramentorum sanctitatis tutela”, sobre las normas acerca de los delitos más graves reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, 30 de abril de 2001

Documentos sacramentales

Eucaristía

Penitencia

·         Decreto sobre la excomunión a quien divulga las confesiones, 23 de septiembre de 1988

Sagradas órdenes

·         Respuesta acerca de la doctrina de la Carta Apostólica “Ordinatio Sacerdotalis”, 28 de octubre de 1995


Discursos e intervenciones

2004

  • Ratzinger: Reason Separated From God Is Obstacle to Peace Zenit.org. Nov. 7, 2004. Excerpts from an address delivered June 4 on the 60th anniversary of the Normandy invasion published by Vita e Pensiero, the journal of the Catholic University Sacro Cuore in Rome.
  • Saludo a Juan Pablo II durante la audiencia de Su Santidad a los miembros de la Comisión Bíblica Pontificia con motivo de su Asamblea plenaria anual (20 de abril de 2004)

2003

2002

  • Eucharist, Communion and Solidarity. L'Osservatore Romano, Nov. 13, 2002. Lecture given at the Archdiocesan Eucharistic Congress held from May 25 to June 2, 2002.
  • Current Doctrinal Relevance of the Catechism of the Catholic Church. "The Catechism of the Catholic Church: Ten years since its publication." Address of Cardinal Joseph Ratzinger at the Catechetical Congress held in Rome. October 9, 2002.
  • "The Feeling of Things, the Contemplation of Beauty", Message to the Communion and Liberation (CL) meeting at Rimini (24-30 August 2002).
  • Eucharist, Communion & Solidarity. Lecture by H. Em. Card. Joseph Ratzinger at the Bishops Conference of the Region of Campania in Benevuto, Italy. June 2, 2002.
  • Intervención en la presentación de la Carta apostólica en forma de Motu proprio “Misericordia Dei” sobre algunos aspectos de la celebración del Sacramento de la penitencia (2 de mayo de 2002)

2001

  • The Ecclesiology of Vatican II, Conference of Cardinal Ratzinger at the opening of the Pastoral Congress of the Diocese of Aversa (Italy). 15 September 2001.
  • Theology of the Liturgy, delivered at a congress on the liturgy held at the Benedictine monastery at Fontgombault in France, 22-24 July 2001. Oriens, Journal of The Ecclesia Dei Society.

2000

1999

·         Culture and Truth: Some Reflections on the Encyclical Letter, Fides et Ratio, given by Cardinal Joseph Ratzinger, on Saturday February 13, 1999 in the Chapel at St. Patrick's Seminary. The Patrician: Winter, 1999.

1998

·         Crises of Law, delivered by Cardinal Ratzinger on the occasion of being conferred the degree of Doctor Honor's Causa by the LUMSA Faculty of Jurisprudence in Rome, Nov.10, 1999.

·         10th anniversary of the Motu proprio Ecclesia Dei, Conference of Cardinal Ratzinger 24 October 1998.

·         Theologie: Wissenschaft vs. Autorität?, On January 31st 1998 Cardinal Ratzinger received honorary doctorates from the University of Navarra. The doctorates were conferred by Bishop Javier Echevarria, Prelate of Opus Dei and Chancellor of the University. The following text is Cardinal Ratzinger's address.

1997

·         Question of Truth Lies at the Center of Theology, translation of Cardinal's opening address during the symposium on "The Primacy of the Successor of Peter", sponsored by the CDF. Monday, 2 December 1996. Taken from: L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English. 1 January 1997.

 

 

1996

·         Relativism: The Central Problem for the Faith Today, address given during the meeting with the presidents of the Doctrinal Commissions of the Bishops' Conferences of Latin America, held in Guadalajara, Mexico, in May 1996.

·         Situación actual de la fe y la teología. Guadalajara (México), Noviembre 1996

1993

·         Christ, Faith, and the Challenge of Cultures. Given in Hong Kong to the presidents of the Asian bishops' conferences and the chairmen of their doctrinal commissions during March 2-5, 1993.

1992

·         The Catechism of the Catholic Church in Context, December 9, 1992. [provided by National Conference of Catholic Bishops/U.S. Catholic Conference : Office for the Catechism].

1991

·         The Problem of Threats to Human Life, Vatican City, April 4-7, 1991. [Note: This consistory was a key preparatory moment for the preparation of the Encyclical Letter Evangelium Vitae]

1990

·         Update on the Universal Catechism of the Catholic Church, given at the Synod of 1990 [provided by National Conference of Catholic Bishops/U.S. Catholic Conference : Office for the Catechism].

·         On The Nature of the Priesthood, Speech given by Cardinal Ratzinger on October 1, 1990 at the opening of the VIII Ordinary Assembly of the Synod of Bishops on priestly formation.

1988

  • Remarks to the Bishops of Chile Regarding the Lefebvre Schism, given July 13, 1988, in Santiago, Chile before the nation's bishops.
  • Biblical Interpretation in Crisis: On the Question of the Foundations and Approaches of Exegesis Today. Lecture delivered on 27th January 1988 at Saint Peter's Church in New York, NY.

1984

·         "Liberation Theology" A "private" document which preceded the Instruction of Fall 1984. Reproduced by Christendom-Awake.org.


 

Diálogos y entrevistas

2004

  • Laicismo y Ética Sexual. Zenit.org. Nov. 19, 2004. Entrevista con el diario La Reppublica.
  • El Cardenal Ratzinger dice por qué tanta mala comprensión del cristianismo. Mayo 7, 2004. Entrevista con  el semanario católico italiano Vita Trentina.
  • Relativismo, y Comunión para los vueltos a casar. Febrero 23, 2004. Zenit.Org.
  • Comunión y Colegialidad Episcopal (Parte 1) Febrero 22, 2004. Zenit.Org.

2003

  • El Señor elige nuestra pobreza. Ratzinger habla sobre su nombramiento como Arzobispo de Munich y como Cardenal por Pablo VI en 1977. Revista 30 Días. No. 9, Septiembre 2003.
  • Entrevista con Raymond Arroyo, director de noticias de EWTN. 5 Septiembre 2003.
  • La versión abreviada del Catecismo. Zenit.Org. Mayo 2, 2003.
  • El Catecismo en el mundo post-Cristiano. 30 Días, No.4 Año XXI - Abril 2003.

2002

  • Por qué no es momento para el Vaticano III. Zenit.Org. Diciembre 4, 2002.
  • La campaña mediática contra la Iglesia. Zenit.Org. Diciembre 3, 2002.
  • La versión abreviada del Catecismo. Zenit.Org. Mayo 5, 2002.
  • Los desafíos para el cristiano después del 11-S. Zenit.Org. Marzo 4, 2002.
  • Reflexiones y diálogo sobre los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades. 02 Febrero 2002.

2001

  • El Cardenal Ratzinger llama al relativismo la nueva cara de la intolerancia. Zenit.Org. Dec. 1, 2001.
  • La abolición del hombre. Le Figaro Magazine/Volpe Diciembre 2001.
  • El Cardenal Ratzinger evalúa 20 años en Roma. Zenit. Noviembre 23, 2001.
  • Colocar a Dios primero: Ratzinger reflexiona sobre el Sínodo. CWN. Octubre 31, 2001.
  • El futuro del cristianismo, Zenit. Octubre 1, 2001.

1999

  • El Sínodo Europeo. CWN. Octubre 26, 1999.
  • Respuestas a las principales objeciones a la Dominus Iesus, originalmente publicada en Frankfurter Allgemeine Zeitung, 22 Septiembre 2000.
  • El problema de la profecía cristiana, 30 Giorni No 1 - 1999.
  • La sorpresa de un encuentro. Ratzinger responde a preguntas el Seminario de los Obispos sobre los movimientos eclesiales. Junio16-18, 1999. Comunión y Liberación, Junio 16, 1999

Cartas

2004

·         El valor de recibir la Comunión: Principios Generales (Worthiness to Receive Communion: General Principles. NOTA: Esta es una carta confidencial enviada por el Cardenal Ratzinger a los Cardenales Theodore McCarrick y Wilton Gregory los primeros días del mes de junio en la que pide "no dar la comunión eucarística a los políticos que sistemáticamente hacen campaña a favor del aborto”. L'Espresso, Junio 2004.

2000

·         Carta del Cardenal Ratzinger sobre la Dominus Iesus. Septiembre 14, 2000. Enviada a los presidentes de las Conferencias Episcopales explicando el propósito de la declaración.

1995

·         Sobre la réplica  de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la enseñanza contenida en la Carta Apostólica "Ordinatio Sacerdotalis". October 28, 1995.

1998

·         Correspondencia a y desde Roma (Cardenal Ratzinger y F. John Loughnan) acerca del status de la Sociedad de San Pío X. Agosto 20, 1998.

1988

·         Sobre "Los muchos rostros del Sida", enviada al Arzobispo Pio Laghi acerca del Encuentro Gneral de 1998 de la Conferencia Nacional de los Obispos Católicos, Mayo 29, 1988.

1985

·         Reporte del Cardenal Ratzinger sobre Raymond Hunthausen, Arzobispo de Seattle. Septiembre 30, 1985. Re-impresa por The Seattle Catholic Newspaper.


Artículos, reseñas y ensayos

2002

  • Dejar trabajar a Dios (Letting God Work). Artículo con ocasión de la canonización de Josemarìa Escrivà. L’Osservatore Romano (Suplemento especial), 06 October 2002.
  • El esplendor de la paz de Francisco, 30 Days. No. 1, Enero 2002.

2000

·         La herencia de Abraham: El don de la Navidad. L'Osservatore Romano, 29 Diciembre, 2000.

1998

·         La unidad de la misión de la Iglesia implica diversidad de ministerios. L'Osservatore Romano, Abril 29, 1998.

1996

  • Guardini acerca de Cristo en nuestro siglo. Reseña del libro de Guardini El Señor. Crisis Magazine, Junio 1996.
  • Verdad y Libertad. Re-impreso por Communio: International Catholic Review (Primavera, 1996).
  • Versus Deum per Iesum Christum. Prefacio para el libro de Uwe Michael Lang Conversi ad Dominum. Zu Gechichte und Theologie der christlichen Gebetsrichtung. Organic Development in the Liturgy. Reseña para el libro de Alcuin Reid, OSB.
  • "The Resurrection of Jesus: An event that preceded their thinking and willing". Introducción a la nueva edición del libro de Heinrich Schlierâ sobre la resurrección de Jesucristo.
  • El Espíritu Santo como Comunión: Sobre la relación entre pneumatología y espiritualidad en Agustín. Re-impreso por Communio: International Review, Volumen 25, páginas 324-339.

Otros escritos

2004

·         Meditaciones del Via Crucis del Viernes Santo 2005".  24 de marzo de 2005

 

Pensamientos


Clonación:

  • «El hombre es capaz de producir en laboratorio otro hombre que por tanto no es ya don de Dios o de la naturaleza. Se puede fabricar y, lo mismo que se fabrica, se puede destruir». Si este es el poder del hombre, entonces «se está convirtiendo en una amenaza más peligrosa que las armas de destrucción masiva».
    Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004.

Cristianos y Musulmanes:

  • «Se ha dicho que la Constitución europea no podía hablar de las raíces judeocristianas para no ofender al Islam. Pero lo que ofende al Islam es el desprecio de Dios, la arrogancia de la razón que provoca el fundamentalismo».
    Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004.

Laicismo y Razón:

  • «El laicismo es una ideología parcial, que no puede responder a los desafíos decisivos para el hombre. Baste pensar en los daños producidos por el comunismo o por el desarraigo del tejido moral de los antepasados en los pueblos africanos, víctimas de la guerra y del SIDA».
  • «La razón no es enemiga de la fe, al contrario. El problema es cuando hay desprecio de Dios y de lo sacro».
    Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004.

Marxismo

  • «La doctrina de salvación marxista, en definitiva, había nacido en sus numerosas versiones articuladas de diferentes maneras, como una visión única y científica del mundo, acompañada por una motivación ética y capaz de acompañar a la humanidad en el futuro. Así se explica su difícil adiós, incluso después del trauma de 1989».
  • «Basta pensar en lo discreta que ha sido la discusión sobre los horrores de los "gulags" comunistas, y en lo poco que se ha escuchado la voz de Alexander Solzjenitsin: de todo esto no se habla».
  • «El silencio ha sido impuesto por una especie de pudor. Incluso se menciona sólo de vez en cuando al sanguinario régimen de Pol Pot, de pasada. Pero ha quedado el desengaño, junto a una profunda confusión. Ya nadie cree hoy en las grandes promesas morales».
  • «El marxismo se había concebido en estos términos: una corriente que auspiciaba justicia para todos, la llegada de la paz, la abolición de las injustificadas relaciones de predominio del hombre sobre el hombre, etc.», afirmó.
  • «Para alcanzar estos nobles objetivos se pensó en que había que renunciar a los principios éticos y que se podía utilizar el terror como instrumento del bien. En el momento en el que todos pudieron ver, aunque sólo fuera en su superficie, las ruinas provocadas en la humanidad por esta idea, la gente prefirió refugiarse en la vida pragmática y profesar públicamente el desprecio por la ética».
    Extracto de «Introducción al cristianismo». Este libro presenta algunas de las clases que ofreció cuando era profesor de Teología en Tubinga (Alemania) en 1967.

Control poblacional

  • «Hay un miedo a la maternidad que se apodera de una gran parte de nuestros contemporáneos. En este miedo a la maternidad hay algo profundo: el otro se convierte en la competencia que quita una parte de mi vida, una amenaza para mi ser y para mi libre desarrollo. Hoy no hay una filosofía del amor sino sólo una filosofía del egoísmo».
  • «Se rechaza como visión idealista la posibilidad de poderme enriquecer simplemente en la entrega, de reencontrarme a partir del otro y a través de mi ser para el otro. Justamente aquí se engaña al hombre. Se le desaconseja amar. En definitiva, se le desaconseja ser hombre».
    Diario Avvennire. Septiembre 2000

Oración

  • «Pensamos que la oración es algo intimista. Ya no creemos tanto, según me parece, en el efecto real, histórico de la oración».
  • «En cambio debemos convencernos y aprender que este compromiso espiritual, que une el cielo y la tierra, tiene una fuerza interior. Y un medio para llegar a la afirmación de la justicia es comprometerse a orar, porque de esta manera se transforma en una educación mía y del otro para la justicia. Debemos, en resumen, reaprender el sentido social de la oración».
    Belluno, Italia. Octubre 2004

Relativismo

  • «El relativismo se ha convertido en el problema central de la fe en la hora actual. Sin duda, ya no se presenta tan sólo con su vestido de resignación ante la inmensidad de la verdad, sino también como una posición definida positivamente por los conceptos de tolerancia, conocimiento dialógico y libertad, conceptos que quedarían limitados si se afirmara la existencia de una verdad válida para todos. A su vez, el relativismo aparece como fundamentación filosófica de la democracia. Ésta, en efecto, se edificaría sobre la base de que nadie puede tener la pretensión de conocer la vía verdadera, y se nutriría del hecho de que todos los caminos se reconocen mutuamente como fragmentos del esfuerzo hacia lo mejor; por eso, buscan en diálogo algo común y compiten también sobre conocimientos que no pueden hacerse compatibles en una forma común. Un sistema de libertad debería ser, en esencia, un sistema de posiciones que se relacionan entre sí como relativas, dependientes, además, de situaciones históricas abiertas a nuevos desarrollos. Una sociedad liberal sería, pues, una sociedad relativista; sólo con esta condición podría permanecer libre y abierta al futuro».
    Conferencia en el encuentro de presidentes de comisiones episcopales de América Latina para la doctrina de la fe, celebrado en Guadalajara (México). Noviembre 1996.)

New Age

  • «La reedición de religiones y cultos precristianos, que hoy se intenta con frecuencia, tiene muchas explicaciones. Si no existe la verdad común, vigente precisamente porque es verdadera, el cristianismo es sólo algo importado de fuera, un imperialismo espiritual que se debe sacudir con no menos fuerza que el político. Si en los sacramentos no tiene lugar el contacto con el Dios vivo de todos los hombres, entonces son rituales vacíos que no nos dicen nada ni nos dan nada; que, a lo sumo, nos permiten percibir lo numinoso, que reina en todas las religiones. Aún entonces, parece más sensato buscar lo originalmente propio, en lugar de dejarse imponer algo ajeno y anticuado. Pero, ante todo, si la ‘sobria ebriedad’ del misterio cristiano no puede embriagarnos de Dios, entonces hay que invocar la embriaguez real de éxtasis eficaces, cuya pasión arrebata y nos convierte -al menos por un instante- en dioses, y nos deja percibir por un momento el placer de lo infinito y olvidar la miseria de lo finito. Cuanto más manifiesta sea la inutilidad de los absolutismos políticos, tanto más fuerte será la atracción del irracionalismo, la renuncia a la realidad de lo cotidiano».
    Conferencia en el encuentro de presidentes de comisiones episcopales de América Latina para la doctrina de la fe, celebrado en Guadalajara (México). Noviembre 1996.

Liturgia

  • «Las diversas fases de la reforma litúrgica han dejado que se introduzca la opinión de que la liturgia puede cambiarse arbitrariamente. De haber algo invariable, en todo caso se trataría de las palabras de la consagración; todo lo demás se podría cambiar. El siguiente pensamiento es lógico: si una autoridad central puede hacer esto, ¿por qué no también una instancia local? Y si lo pueden hacer las instancias locales, ¿por qué no en realidad la comunidad misma? Ésta se debería poder expresar y encontrar en la liturgia. Tras la tendencia racionalista y puritana de los años setenta e incluso de los ochenta, hoy se siente el cansancio de la pura liturgia hablada y se desea una liturgia vivencial que no tarda en acercarse a las tendencias del New Age: se busca lo embriagador y extático, y no la «logikè latreia», la «rationabilis oblatio» de que habla Pablo y con él la liturgia romana (Rom 12,1).
    Admito que exagero; lo que digo no describe la situación normal de nuestras comunidades. Pero las tendencias están ahí. Y por eso se nos ha pedido estar en vela, para que no se nos introduzca subrepticiamente un Evangelio distinto del que nos ha entregado el Señor -la piedra en lugar del pan».
    Conferencia en el encuentro de presidentes de comisiones episcopales de América Latina para la doctrina de la fe, celebrado en Guadalajara (México). Noviembre 1996.

Teología de la Liberación

  • «Nos encontramos, en resumidas cuentas, en una situación singular: la teología de la liberación había intentado dar al cristianismo, cansado de los dogmas, una nueva praxis mediante la cual finalmente tendría lugar la redención. Pero esa praxis ha dejado tras de sí ruina en lugar de libertad. Queda el relativismo y el intento de conformarnos con él. Pero lo que así se nos ofrece es tan vacío que las teorías relativistas buscan ayuda en la teología de la liberación, para, desde ella, poder ser llevadas a la práctica».
    Conferencia en el encuentro de presidentes de comisiones episcopales de América Latina para la doctrina de la fe, celebrado en Guadalajara (México). Noviembre 1996.
  • «No se puede tampoco localizar el mal principal y únicamente en las ‘estructuras’ económicas, sociales o políticas malas, como si todos los otros males se derivasen, como de su causa, de estas estructuras, de suerte que la creación de un ‘hombre nuevo’ dependiera de la instauración de estructuras económicas y sociopolíticas diferentes. Ciertamente hay estructuras inicuas y generadoras de iniquidades, que es preciso tener la valentía de cambiar. Frutos de la acción del hombre, las estructuras, buenas o malas, son consecuencias antes de ser causas. La raíz del mal reside, pues, en las personas libres y responsables, que deben ser convertidas por la gracia de Jesucristo, para vivir y actuar como criaturas nuevas, en el amor al prójimo, la búsqueda eficaz de la justicia, del dominio de sí y del ejercicio de las virtudes».
  • «Cuando se pone como primer imperativo la revolución radical de las relaciones sociales y se cuestiona, a partir de aquí, la búsqueda de la perfección personal, se entra en el camino de la negación del sentido de la persona y de su trascendencia, y se arruina la ética y su fundamento que es el carácter absoluto de la distinción entre el bien y el mal. Por otra parte, siendo la caridad el principio de la auténtica perfección, esta última no puede concebirse sin apertura a los otros y sin espíritu de servicio».
  • «Recordemos que el ateísmo y la negación de la persona humana, de su libertad y de sus derechos, están en el centro de la concepción marxista. Esta contiene pues errores que amenazan directamente las verdades de la fe sobre el destino eterno de las personas. Aún más, querer integrar en la teología un ‘análisis’ cuyos criterios de interpretación dependen de esta concepción atea, es encerrarse en ruinosas contradicciones. El desconocimiento de la naturaleza espiritual de la persona conduce a subordinarla totalmente a la colectividad y, por tanto, a negar los principios de una vida social y política conforme con la dignidad humana».
    «Esta concepción totalizante impone su lógica y arrastra las ‘teologías de la liberación’ a aceptar un conjunto de posiciones incompatibles con la visión cristiana del hombre. En efecto, el núcleo ideológico, tomado del marxismo , al cual hace referencia, ejerce la función de un principio determinante. Esta función se le ha dado en virtud de la calificación de científico, es decir, de necesariamente verdadero, que se le ha atribuido».
  • «Las «teologías de la liberación», que tienen el mérito de haber valorado los grandes textos de los Profetas y del Evangelio sobre la defensa de los pobres, conducen a un amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx . Por ello el sentido cristiano del pobre se pervierte y el combate por los derechos de los pobres se transforma en combate de clase en la perspectiva ideológica de la lucha de clases. La Iglesia de los pobres significa así una Iglesia de clase, que ha tomado conciencia de las necesidades de la lucha revolucionaria como etapa hacia la liberación y que celebra esta liberación en su liturgia».
    Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación LIBERTATIS NUNTIUS. Agosto de 1984.

Políticos abortistas y Eucaristía

  • «No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia».
  • «Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que termine con la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía».
    Carta a los Obispos de EEUU. Julio de 2004.

Matrimonio y uniones homosexuales

  • «No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio es santo, mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural».
    Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales. Junio de 2003.

Hablando con el Card. Ratzinger


Entrevista concedida por el Cardenal Joseph Ratinger al Canal Católico EWTN
5 de septiembre 2003

Traducción: ACI Prensa


Raymond Arroyo
: Antes que nada Su Eminencia, gracias por recibirnos. Es un gran honor poder estar aquí con usted. En su libro, Dios y el Mundo, usted habla de una crisis de fe. Usted, mejor que nadie, debe conocer el estado de la Iglesia dado que recibe informes al respecto todos los días. ¿Cuál es el centro de esta crisis de fe actual? ¿Están mejorando las cosas?

Cardenal Ratzinger: Sí, en un sentido están mejorando. Aunque, en general, nuestra situación, es decir, la situación de occidente es la de un creciente relativismo. Existe la idea de que todo es igual y que no tenemos nada claro sobre Dios; entonces todos los credos son iguales. Esta es una impresión general del mundo de hoy y eso constituye una tentación para los cristianos. Pienso, por otra parte, que muchas personas tienen un sincero deseo de relacionarse directamente con Cristo, con la presencia de Nuestro Señor. Diría que los jóvenes de la Iglesia mejoran esta situación ya que ellos no hacen lo que todo el mundo sino que en realidad anhelan ese contacto con el Señor así como compartir la fe de la Iglesia. Diría que en general, la situación de occidente no mejora en cuanto a la fe, pero en la Iglesia, entre los jóvenes, podemos ver un nuevo amanecer.

Raymond Arroyo: Signos de esperanza que van apareciendo.

Cardenal Ratzinger: Sí.

Raymond Arroyo: Hablemos por un momento del Concilio Vaticano II, particularmente de la preparación del Concilio. Usted ha dicho y escrito mucho sobre esto. Para los de mi generación, creo que lo más importante concerniente a la fe de nuestros padres y abuelos es la liturgia, la Misa. Usted ha comentado sobre la reforma, sobre reformar la reforma. ¿Cómo ve eso? ¿Cómo ve que eso toma cuerpo a medida que el tiempo pasa?

Cardenal Ratzinger: Generalmente, diría que la reforma litúrgica no se implementó bien porque era algo general. Ahora, la liturgia es algo propio de una comunidad. La comunidad se representa a sí misma y la creatividad del sacerdote o de otros grupos será lo que cree sus propias liturgias. La liturgia actual es más la expresión de sus propias ideas y experiencias que de lo que se encuentran con la presencia del Señor en la Iglesia. Y con esa creatividad y presentación personal de la comunidad, desaparece la esencia de la liturgia. Porque en esencia podemos ver a través de nuestras experiencias y recibir lo que no es parte de nuestra experiencia, pero como un don de Dios. Pienso que debemos restaurar algunas ceremonias, pero la idea esencial de liturgia –para entenderla en la liturgia– es que no nos presentamos a nosotros mismos sino que recibimos la gracia de Dios en la Iglesia del Cielo y la terrenal. La universalidad de la liturgia es esencial. La definición de la liturgia y el restablecimiento de esta idea también podrían ayudar a obedecer mejor las normas, no con un positivismo jurídico, sino compartiendo realmente lo que se nos da en la Iglesia a través del Señor.

Raymond Arroyo: Y ese sentido del sacrificio y valor del que ha hablado tan elocuentemente, ¿Cree que podrá restablecerse concretamente? ¿Veremos la vuelta a la postura ad orientem, de cara a Oriente, el sacerdote de espaldas al pueblo durante la Misa, un retorno al latín, más latín en la Misa?

Cardenal Ratzinger: Versus orientem. Diría que podría ayudar ya que es una tradición de los tiempos de los Apóstoles, y no es sólo una norma sino la expresión de la dimensión cósmica e histórica de la liturgia. Celebramos con el cosmos, con el mundo. Es la dirección del futuro del mundo, de nuestra historia representada en el sol y en las realidades cósmicas. Creo que en nuestros días, este descubrimiento de nuestra relación con el mundo creado puede ser comprendida mejor por las personas que hace 20 años. Y también, comúnmente, los sacerdotes y las personas también están orientadas al Señor. Entonces, creo que podría ayudar. Los gestos externos no son sólo un remedio de por sí, pero podría ayudar dado que es una interpretación muy clásica de la dirección de la liturgia. Generalmente, pienso que fue bueno traducir la liturgia en las lenguas locales porque la entendemos, participamos también con nuestras mentes. Pero la presencia del latín en algunos elementos ayudaría a darle una dimensión universal, darle la oportunidad a la gente para que vea y diga “Estoy en la misma Iglesia”. Así que, en general, las lenguas locales son...

Raymond Arroyo: Algo bueno.

Cardenal Ratzinger: …Una solución. Pero algo de latín podría ayudar a tener la experiencia de universalidad.

Raymond Arroyo: Sé que está trabajando en nuevas disposiciones litúrgicas que el Papa ha previsto en su encíclica sobre la Eucaristía. Hemos oído mucho del Cardenal Arinze. Para algunos esto puede ser el inicio de la vuelta de la Misa tridentina. ¿Usted cree que será así?

Cardenal Ratzinger: Haría una distinción entre el documento futuro y el problema de las indulgencias. El futuro documento no son nuevas disposiciones sino la interpretación de normas ya dadas. Sólo tenemos que interpretar o aclarar lo que es abuso y lo que es aplicable en la liturgia. En un sentido la posibilidad de este documento es muy limitada: una aclaración de los abusos y aclarar las normas. Lo otro es un problema distinto. En general, pienso que la antigua liturgia no se prohibió nunca. Sólo necesitamos normas para que, pacíficamente, se aplique de modo que la liturgia reformada sea la liturgia habitual de la Iglesia. Y que quede claro que la otra siempre será válida siempre siguiendo el Magisterio de la Iglesia y del Santo Padre.

Raymond Arroyo: Así es. Y eso es un gran reto en algunos lugares. Es interesante ver también como en algunos lugares muchos han seguido el llamado del Papa para realizar más frecuentemente la practica de la antigua Misa.

Cardenal Ratzinger: Sí, creo que es importante estar abierto a la posibilidad de demostrar también la continuidad de la Iglesia. No somos parte de una Iglesia distinta a la de hace 500 años. Siempre es la misma Iglesia. La Iglesia siempre es Santa nunca ha dejado de serlo, es imposible.

Raymond Arroyo: Correcto. Algunos sugieren, Su Eminencia, que existe un cisma de facto en la Iglesia de hoy. Muchos que se llaman a sí mismos católicos, que nacieron en hogares católicos y que fueron bautizados como tales, simplemente no creen ni viven una vida de fe. ¿Cómo los atraemos nuevamente? ¿Cómo llegamos a ellos en medio de nuestra realidad cultural actual?

Cardenal Ratzinger: Diría que ese es un problema pastoral permanente, ayudar a las personas a que compartan la fe de la Iglesia auténticamente. Y siempre ha sido un problema para muchas personas porque su fe es deficiente e insuficiente. . Hoy en día esto puede verse mucho más claramente con todo el…

Raymond Arroyo: ¿Relativismo?

Cardenal Ratzinger: …con el relativismo y las cosas relacionadas a él. Es un problema tan complicado como en tiempos pasados. También está el problema de la catequización y la evangelización que es mucho más difícil que antes. Pienso que lo primero que debe hacerse es una buena catequesis en la formación en la fe, que se haga presente la fe de la Iglesia. Creo que el Catecismo de la Iglesia Católica es una gran ayudar para observar universalmente lo que es la fe de la Iglesia y lo que no lo es. El nuevo compendio que estamos preparando será otra ayuda para hacer más accesible el gran catecismo en un trabajo práctico de catequización. Este es el primer punto: la educación es la verdadera base del presente. El otro asunto está en la predicación: que podamos aprender lo que es la fe en las homilías, no sólo algunas ideas o siempre las mismas ideas. Pienso que un peligro real con el que nos topamos es que en las homilías los sacerdotes y también los obispos repiten esencialmente sus ideas favoritas y no presentan la totalidad de la fe. Me parece entonces que una renovación en la predicación también es muy importante. La liturgia es catequesis viva. Se puede ver el Sacrificio de Cristo aquí y que Dios Uno y Trino está en contacto con nosotros y nosotros con Él. La Liturgia es muy importante. De ese modo, también debe profundizarse la oración en la Iglesia. Creo que la manera de aprender a Dios es la oración. Y tener una escuela de oración es esencial. Con una relación concreta de oración, aprendemos sobre Dios y aprendemos a la Iglesia. Por eso es importante tener libros de oración que presenten la profundidad de nuestra fe. Por esa misma razón la caridad cristiana es importante para concretar nuestra fe; dado que la fe no es sólo una idea, una teoría, sino una realidad existente.

Raymond Arroyo: Así es. Me parece que esa experiencia de la que habla, se relaciona a lo que dijo de la Misa...

Cardenal Ratzinger: Así es.

Raymond Arroyo: …ese, ese es el verdadero contacto, si uno lo desea, entre Dios y el hombre …

Cardenal Ratzinger: Sí. Sí.

Raymond Arroyo: Hablemos un momento sobre la nueva primavera. El Papa ha hablado mucho sobre la nueva primavera y usted ha comentado sus propias ideas. Su visión es un poco diferente a la de algunos. Algunos ven que los números crecen y que los creyentes avanzan hacia el tercer milenio cantando y bailando, tomados de las manos hacia el tercer milenio (el Cardenal se ríe entre dientes). Usted ve una imagen distinta. Díganos ¿cómo es esa imagen. ¿Cómo ve la evolución de esta Primavera?

Cardenal Ratzinger: No excluyo este baile tomados de las manos, pero esto es sólo un momento. Mi idea de la primavera de la Iglesia no se refiere a que dentro de poco tengamos muchísimas personas convertidas y que finalmente todas las personas del mundo se conviertan al catolicismo. Esa no es la manera de Dios. Las cosas esenciales en la historia empiezan con pequeñas comunidades, más convencidas. Así, la Iglesia comienza con 12 apóstoles, e incluso la Iglesia de San Pablo que se difundió en el Mediterráneo estaba constituida por pequeñas comunidades, pero esta comunidad en sí misma es el futuro del mundo dado que tiene la verdad y la fuerza de la convicción. Pienso que sería un error pensar que ahora o en diez años con la nueva primavera, todo el mundo será católico. Este no es nuestro futuro, no es nuestra expectativa. Pero tendremos comunidades realmente convencidas con el élan de la fe, ¿no? Esta es la primavera: una nueva vida de personas convencidas con el gozo de la fe.

Raymond Arroyo: Pero, ¿pequeños números? ¿y a gran escala?

Cardenal Ratzinger: Números pequeños, me parece. De esos números pequeños tendremos una irradiación de alegría en el mundo. Existe una atracción, como la había en la antigua Iglesia. Incluso cuando Constantino instauró el cristianismo como religión oficial, había un pequeño porcentaje de cristianos, pero era claro que ellos eran el futuro. Podemos vivir en el futuro. Diría que si tenemos jóvenes que realmente viven la alegría de la fe y viven además la irradiación de esta alegría; tenemos entonces a un grupo de personas que le dicen al mundo “incluso si no podemos compartirla, si no podemos convertir a nadie en este momento, aquí está la forma para vivir el mañana”.

Raymond Arroyo: Así es. ¿Ve a los movimientos en la Iglesia como parte de esa conversión? ¿Existe el peligro de que nos dejemos envolver por este competitivo hecho, si lo ve así, de que todos debamos ser parte de ellos para ser católicos  en serio?

Cardenal Ratzinger: Sí, por un lado soy muy amigo de estos movimientos: Comunión y Liberación, los focolares y la Renovación Carismática, por ejemplo. Pienso que son un signo de esta primavera y de la presencia del Espíritu Santo que esté regalando estos carismas nuevos a la Iglesia. Esto es para mí motivo de gran esperanza: que la fuerza proveniente del Espíritu Santo esté presente en los laicos y no necesariamente en el clero. Tenemos movimientos y nuevas formas de fe. Por otra parte, creo que es importante que estos movimientos no se cierren sobre sí mismos o se absoluticen. Tienen que entender que si bien son una manera, no son “la” manera; tienen que estar abiertos a otros, en comunión con otros. Especialmente debemos tener presente y ser obedientes a la Iglesia en la figura de los obispos y del Papa. Sólo con esta apertura a no absolutizarse con sus propias ideas y con la disposición para servir a la Iglesia común, la Iglesia universal, serán un camino para el mañana.

Raymond Arroyo: Su Eminencia, quiero hacerle una pregunta personal si me lo permite. Ha escrito un libro recientemente Dios y el Mundo. Ha dicho que esta posición como Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe es su “más incómoda posición” (el Cardenal Ratzinger se ríe despacio) ¿Qué quiso decir con eso?

Cardenal Ratzinger: Pues sí, de muchas maneras es incómodo. Sobre todo porque con frecuencia tenemos que lidiar con todos los problemas de la Iglesia: relativismo, herejías, teologías inaceptables, teólogos complicados y demás. Junto con los casos disciplinarios, el problema de los pedófilos; por ejemplo, también es nuestro problema. En esta Congregación tenemos que lidiar con los aspectos más complicados de la vida de la Iglesia de hoy. Además, somos atacados como la inquisición, lo que usted debe saber mejor que yo...

Raymond Arroyo: Claro, claro.

Cardenal Ratzinger: …Eso por un lado. Pero, por otra parte todos los días experimento que las personas están agradecidas cuando dicen “sí, la Iglesia tiene una identidad, una continuidad, la fe es real y está presente también hoy y es posible”. Y cuando voy a la Plaza San Pedro y veo a tantas personas de lugares tan variados del mundo que me dicen “gracias Padre. Estamos agradecidos por el difícil trabajo que hace, porque nos está ayudando”. Incluso muchos amigos protestantes me dicen “lo que está haciendo es útil para nosotros porque también está defendiendo nuestra fe y la presencia de la fe en Cristo. Necesitamos una instancia como la suya, a pesar de no compartir lo que está diciendo. Es también útil para ver que tenemos que seguir en esta defensa continua de la fe y nos alienta a continuar en la fe, a vivirla”. Y en estos últimos días, una delegación de ortodoxos se acercó a mí y me dijeron que “lo que está haciendo también es bueno para nuestra fe”. Entonces tenemos una dimensión ecuménica que con frecuencia no es...

Raymond Arroyo: Apreciada.

Cardenal Ratzinger: …apreciada.

Raymond Arroyo: Su Eminencia, lo otro que quisiera preguntar; –y esto es totalmente personal. Desde mi puesto cubro a la Iglesia, viajo por todo el mundo y converso con mucha gente. Estoy seguro que no tanta gente como los grupos con los que usted habla ni encontrando las cosas que Usted encuentra. Debo decirle, honestamente, que los últimos días han sido como una prueba de fe para mí y para algunos de mis colegas también. ¿Cómo enfrenta la tentación de la desesperanza que llega a veces, considerando los casos que examina y las personas con las que se encuentra?

Cardenal Ratzinger: Pienso que tenemos que recordar a Nuestro Señor que nos dijo “Dentro de los campos de la Iglesia no sólo habrá trigo sino también paja; de los mares del mundo obtendrán no sólo peces sino también cosas inaceptables”. Entonces, el Señor nos anuncia como comunidad, una Iglesia en la que existirán escándalos y pecadores. Tenemos que recordar que San Pedro, el primero de los apóstoles, fue un gran pecador y a pesar de eso el Señor quiso que este Pedro pecador sea la roca de la Iglesia. Con esto, ya nos había indicado que no esperemos que todos los Papas sean grandes santos, tenemos que esperar que algunos de ellos sean pecadores. Nos anuncia que en los campos de la Iglesia habrá mucha paja. Esto no debería sorprendernos si consideramos la historia de la Iglesia. Han existido otros tiempos que por lo menos han sido tan complicados como los nuestros con escándalos, cosas, etc. Todo lo que debemos hacer es pensar en el siglo IX, el  X, el renacimiento. Entonces, contemplando las palabras del Señor en la historia de la Iglesia, podemos relativizar los escándalos de hoy. Sufrimos. Tenemos que sufrir porque ellos –es decir los escándalos– hacen sufrir a mucha gente, y aquí pensemos en las víctimas. Ciertamente, tenemos que hacen todo lo posible para evitar que estas cosas pasen en el futuro. Pero, por otra parte, sabemos que el Señor –y esta es la esencia de la Iglesia– se sentaba a la mesa con pecadores. Esta es la definición de Iglesia. El Señor se sienta a la mesa con pecadores. Entonces no podemos sorprendernos de que esto sea así. No podemos caer en desesperanza. Al contrario, el Señor dijo “YO NO ESTOY aquí sólo para los justos, sino para los pecadores”. Tenemos que estar seguros de que el Señor, verdaderamente –incluso hoy en día– busca a los pecadores para salvarnos.

Raymond Arroyo: ....Durante los dos últimos años, muchos han diagnosticado una crisis de abusos sexuales que están plagando la Iglesia en Estados Unidos. Ahora el jefe de los teólogos del Vaticano identifica lo que considera son las raíces de estos escándalos sexuales. Usted, lo sé, ha estado bastante involucrado en la crisis de Estados Unidos, tratando de cerrar una herida en cuanto a los escándalos sexuales. Mi pregunta es ¿Cuáles cree que son las raíces que originan esta crisis que aún vivimos en Estados Unidos

Cardenal Ratzinger: Distinguiría tal vez dos elementos distintos: un elemento general y uno específico. El elemento general es, como ya dije, la debilidad de los seres humanos, incluso de los sacerdotes. Las tentaciones están presentes también para los sacerdotes y eso siempre va a ser así. Tenemos que aceptar eso siempre y entender que, incluso en la comunión entre sacerdotes y obispos, estas cosas pueden suceder. El segundo punto es más específico. ¿Por qué es más común en estos tiempos que en el pasado? Creo que un punto esencial es la debilidad de la fe, porque, sólo si me encuentro a solas con el Señor, si el Señor está ahí por mí, no la idea sino la Persona con la que vivo una amistad profunda, si conozco personalmente al Señor y estoy en contacto con su amor todos los días; entonces la fe se convierte en una realidad para mí. Si es así entonces se convierte en el terreno de mi vida, es la más segura realidad y no una posibilidad. De ser así y si estoy realmente convencido y en contacto de amor con el Señor, entonces Él me ayudará a vencer las tentaciones aunque parezcan imposibles de vencer. Si no actualizamos nuestra fe todos los días, si se debilita y se convierte en algo que no es fundamental en la vida; entonces comienzan todos estos problemas. Por todas estas razones es que la debilidad de la fe y la poca presencia de la fe en la Iglesia son el punto esencial. Me parece que es un problema que venimos arrastrando desde hace 40 o 50 años: la idea que tenemos ideas comunes con todo el mundo y que la fe es un asunto muy personal; junto con falta de conciencia de que la fe es un don de Dios. Lo primero que debemos hacer, entonces, es aprender nuevamente, reconvertirnos a una fe profunda y educarnos en la fe. Pienso que en los últimos 40 o 50 años la enseñanza moral de la Iglesia no estaba muy clara tampoco. Tuvimos tantos maestros en la Iglesia que enseñaban otras cosas y decían “no, esto no es pecado. Esto es común y como todos lo hacen entonces está permitido”. Con esta idea, no tenemos una enseñanza moral clara e incluso podemos…

Raymond Arroyo: ser presa de las cosas del mundo.

Cardenal Ratzinger: Sí, sí, sí. Creo que hay dos cosas esenciales en este asunto: la conversión a una fe profunda, la vida sacramental y de oración, por un lado y, por el otro, una enseñanza moral  y una convicción de que la Iglesia tiene al Espíritu Santo de su parte y puede avanzar en este camino.

Raymond Arroyo: ¿Qué le diría a los fieles que en Estados Unidos que se encuentran tan abatidos en estos momentos, que no están seguros de a quien mirar?

Cardenal Ratzinger: Bueno, en primer lugar lo que deben hacer es mirar al Señor. Él está siempre presente y siempre cerca de nosotros. Miren también a los santos de todos los tiempos. Los humildes, los fieles están allí, de repente no tan notoriamente porque no salen en televisión. Pero los humildes y los que rezan están presentes y en eso confía la Iglesia, confía en que todos los fieles encuentren a este tipo de personas: Que vean que con todos los problemas de hoy, la Iglesia no ha desaparecido, sigue adelante, especialmente con personas que no son tan visibles. Pienso entonces que lo esencial es encontrar al Señor, ver a los santos de todos los tiempos y encontrar también a los que no están canonizados, personas sencillas que están en el corazón de la Iglesia.

Raymond Arroyo: Su Eminencia, en Estados Unidos la Conferencia de Obispos intenta ponerle punto final a esta crisis. Dado que existe tal falta de confianza en los obispos por parte de los fieles ¿Cree que la Conferencia de Obispos sea el mejor instrumento para sanar las heridas en este momento?

Cardenal Ratzinger: Esta es una pregunta difícil, como bien sabe.

Raymond Arroyo: Por eso se la hago (ambos ríen).

Cardenal Ratzinger: Por un lado diría que la coordinación entre los obispos en Estados Unidos se hace muy necesaria dado que es un país bastante grande y es imposible que un obispo tenga la misma disciplina que otro. En este sentido, la coordinación entre los obispos y las normas comunes son importantes para garantizar la igualdad entre las distintas diócesis. Creo que la responsabilidad personal del obispo es fundamental para la Iglesia y, tal vez, el anonimato de la Conferencia de Obispos puede ser un peligro para la Iglesia. Nadie es responsable inmediatamente. Siempre fue la conferencia y uno no sabe dónde ni quién es la conferencia. Por un lado, tenemos entonces la cooperación, la colegialidad y la igualdad del derecho y las normas. Por otra parte es una responsabilidad personal de los obispos que podemos conocer. “Esta es mi parte ahora, yo soy responsable”. Y se hace responsable de cualquier tipo de cosas de las que deba hacerse responsable.

Raymond Arroyo: Correcto, correcto. Porque es difícil para los niños de la Iglesia abrazar a un padre que no conocen (risas).

Cardenal Ratzinger: Eso es claro. Es la figura de un obispo que está valerosamente presente.

Raymond Arroyo: Muy importante. En Dios y el Mundo, usted reflexiona un poco sobre la Dominus Jesus, un documento del año 2000. Sobre el asunto, su libro fue recibido en medio de cierta controversia porque en él usted dice “Dios no ha revocado Su alianza con el pueblo de Israel, en vez de eso presenta a Jesús como el Mesías para todos y entonces, la conversión es necesaria, o debería ser una posibilidad”. ¿Cómo reconcilia esas dos ideas?

Cardenal Ratzinger: Tal vez no es posible para nosotros reconciliarlas, eso debemos dejárselo a Dios. En las Escrituras hay dos cosas bastante claras. En la Carta de San Pablo a los Romanos, el apóstol dice claramente que “la fidelidad de Dios es absolutamente clara. Él es fiel a sus promesas”. Por eso, el pueblo de Abraham será siempre el pueblo de Dios, por un lado. Y lo dice claramente “Todo Israel será salvado”. Pero también es claro que Jesús es el Salvador, no sólo para los demás pueblos. Él es judío y Él es el Salvador, especialmente de su propio pueblo. San Bernardo de Claraval dijo “Dios salvado, se reservó para sí la salvación de Israel. Lo hará Él mismo en Persona”. Entonces nos debe quedar claro que esto queda para Dios. Debemos estar convencidos de que Cristo es el Salvador de todos los suyos y de todo el mundo. Pero cómo salvará a su pueblo es algo que debemos dejar en manos de Dios.

Raymond Arroyo: Pero es responsabilidad de la Iglesia hacer que el Evangelio esté disponible y que el mensaje esté disponible para los judíos.

Cardenal Ratzinger: Sí. Es absolutamente importante hacer que el Evangelio sea accesible para todos y entendible para los judíos. No sé si tal vez usted haya visto el nuevo libro del Cardenal Lustiger en el que relata una promesa y, de manera muy personal, narra una experiencia en la que muestra cómo podemos entender que el Antiguo Testamento habla de Cristo y que también es posible hacerlo accesible y disponible en los santos libros de Israel. Cristo es quien habla en el presente. Entonces, este es un deber de la Iglesia: hacer disponible y comprensible que es el Salvador, incluso de los Suyos, los judíos.

Raymond Arroyo: Hablemos por un momento de sexualidad. Usted ha dicho que esto debe vivirse en el matrimonio. En nuestros días este asunto es una noción y enseñanza bastante cuestionadas. ¿Cómo le presenta la Iglesia este mensaje a los fieles, en una cultura que tiene ahora “matrimonios homosexuales”, fertilización in vitro y tecnologías de reproducción fuera del acto sexual, cómo le presenta esta enseñanza a esta cultura?

Cardenal Ratzinger: ¿Usted no pensará que en un minuto voy a aclarar lo que mucha gente no ha podido en muchos libros? Sin embargo, considero siempre esencial entender la naturaleza que se le ha dado al ser humano y que el hombre ha sido creado para la mujer y viceversa. Esta es la relación creacional que refleja todo lo que la naturaleza le ha dado al hombre para continuar con la generación humana. Es crucial que los hombres y mujeres creados por Dios sean uno, como se dice en los primeros capítulos de la Biblia. Por eso creo que, a pesar de que la cultura está en contra del matrimonio como forma esencial de relacionarse entre los seres humanos, entre los hombres y las mujeres; nuestra naturaleza está siempre presente y podemos entenderlo. Creo que las cosas que se oponen al matrimonio son una contra-cultura y no están de acuerdo a nuestros anhelos más profundos. Creo que es posible lograr un diálogo sincero y abierto con las personas para entender que incluso en nuestros días el hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro.

Raymond Arroyo: Así es. Una de sus labores aquí en la Congregación para la Doctrina de la Fe es la investigación de las apariciones marianas que ocurrieron en la historia y en nuestra era. En el 2000, usted dio a conocer el llamado “tercer secreto de Fátima”. Parte de esa revelación hablaba de una bala contra un Papa y que éste caería muerto. La congregación interpretó que este episodio era el intento de asesinato en contra de Su Santidad, Juan Pablo II. ¿Es posible –y me han llegado muchas cartas preguntándome esto– que esto pudiera referirse a un futuro Papa?

Cardenal Ratzinger: No podemos excluir esta posibilidad. Normalmente las visiones privadas están limitadas a la siguiente generación. Incluso Lucía y todos en Fátima están convencidos de que en el tiempo de una generación lo revelado se haría realidad. Entonces ese contenido inmediato de la revelación es expresado en una visión con lenguaje apocalíptico. En las visiones no tenemos un lenguaje histórico, como una toma televisiva; tenemos un lenguaje simbólico y visionario. Podemos entender que esto en realidad es una indicación de la crisis de la Iglesia en la segunda parte del siglo XX y en nuestro tiempo. Incluso en el inmediato sentido de profecía, esta visión está siempre en las generaciones inmediatamente posteriores, aunque no podemos excluir a las que vienen después. No podemos decir que no, tenemos que esperar, debemos pensar que es probable que puedan darse ataques similares contra la Iglesia o contra el Papa.

Raymond Arroyo: Detengámonos un momento en este Papa. Usted ha trabajado cerca de él por estos 21 años. ¡Increíble! ¿Cuál cree es la contribución del Papa a Iglesia y como ha moldeado el Papado, el Papado hacia el futuro?

Cardenal Ratzinger: Si bien tiene una dimensión política, posee una dimensión mucho más espiritual. En la dimensión política, como todos sabemos, contribuyó a la caída de los regímenes de Europa del Este. Ha generado –y aquí hablamos ya de la dimensión espiritual – una relación con Israel y un nuevo compromiso por los pobres del mundo. Esta es una de las dimensiones esenciales que ha revelado y que ha reforzado el compromiso de caridad de la Iglesia para con la gente que más sufre en el mundo. Tenemos una dimensión espiritual con su profunda fe y amor por el Señor y por su Madre María, Madre de Dios, quien nos alienta con su oración y con su comprensión de la presencia del Señor. Nos dio un nuevo comienzo, una nueva esperanza para los jóvenes, especialmente para entender que “podemos rezar hoy en día. Cristo está presente en nuestros días Con todos sus viajes por el mundo, con su palabra, sus escritos, su profunda fe y su renovación de la misma, fue el iniciador del movimiento de la juventud, de la “nueva primavera de la Iglesia”. “Sí, podemos vivir de esta forma. Cristo está presente. Y eso es más importante que todos los problemas de la fe y de nuestra vida moral, tener al Señor y estar en el camino del Señor”. También es esencial todo lo que el Papa ha hecho para generar la renovación de nuestra vida de fe y de nuestra vida sacramental.

Raymond Arroyo: ¿Qué hay de su sufrimiento, el sufrimiento de este hombre ante todo el mundo que hemos podido observar? ¿Cuál cree usted que es su contribución?

Cardenal Ratzinger: Creo que, en nuestro tiempo, es muy importante. Estamos en un mundo en el que sólo suenan las personalidades activas, del deporte y similares, todos jóvenes. La idea es ser joven y hermoso. Que un hombre anciano sufriente exista nos muestra que alguien así puede ser una importante contribución a la vida de las personas. Su sufrimiento estuvo en comunión con el sufrimiento de Cristo y tal vez con su sufrimiento podemos entender mejor que el sufrimiento de Cristo redimió al mundo. Del Papa podemos aprender porque se entregó al sufrimiento, lo dejó todo y demostró que sus fuerzas iban van más allá de las fuerzas humanas porque tenía a Cristo. Podemos aprender de su sufrimiento y del regalo que significó para nosotros, tan necesario en nuestro tiempo.

Raymond Arroyo: Usted ha estado en este puesto durante 21 años. He leído en distintos informes que usted quiso retirarse varias veces. ¿Por qué está todavía aquí? (risas de ambos).

Cardenal Ratzinger: Sí, tuve el deseo de retirarme en 1991, 1996 y 2001 porque tenía la idea de que podría escribir algunos libros y regresar a mis estudios como lo hizo el Cardenal Martini … pero, por otro lado, viendo al Papa sufriente, no podía decirle al Papa, ‘Yo me retiro, me dedicaré a escribir mis libros (ambos se ríen). Tengo que continuar.

Raymond Arroyo: Mi pregunta final ¿Cuál es a su parecer el gran peligro y la gran esperanza de la Iglesia hoy?

Cardenal Ratzinger: Creo que el peligro más grande está en que nos convirtamos en una organización social que no esté fundada en la fe del Señor. A primera vista, parece que sólo importara lo que estamos haciendo y que la fe no es tan importante. Pero si la fe desaparece, todas las otras cosas, como hemos visto, se descomponen. Pienso que existe el peligro, con todas estas actividades y visiones externas, de subestimar la importancia de la fe y perderla, comenzar a vivir en una Iglesia en la que la fe no sea tan importante.

Raymond Arroyo: Correcto.

Cardenal Ratzinger: Entonces existe la gran esperanza en el Señor, veremos una nueva presencia del Señor. Podemos ver que su presencia sacramental en la Eucaristía es un regalo para nosotros y nos permite amar a otros y trabajar por los otros. Pienso que la nueva presencia de la Eucaristía y el nuevo amor por Cristo, y Cristo mismo presente en la Eucaristía es el elemento más alentador en nuestro tiempo.

Raymond Arroyo: Agradecemos al Cardenal Joseph Ratzinger y a su equipo por permitirnos esta entrevista.