EUCARISTIA: SUBLIME EXPRESION DEL AMOR DIVINO

rev. Miguel Angel Vega León


OBJECION PROTESTANTE: Jesús dice “Yo soy la puerta”, “yo soy la luz”, “yo soy la vid”, etc., pero nadie piensa que físicamente Jesús sea eso: una puerta o una vid; porque El está hablando en sentido simbólico o figurado. Del mismo modo, cuando dijo “Yo soy el pan vivo” que se da como alimento, debe entenderse simbólicamente.

 

RESPUESTA: Es cierto que Jesús dijo que El era la vid, la puerta o la luz, pero nunca dijo agarrando una vid o una puerta…«Yo soy esta puerta», o «yo soy esta vid». Mientras que en la Ultima Cena, “Jesús tomó un pan y dijo ESTO es mi cuerpo”(Mc 14, 22). Por lo tanto la comparación aludida por los hermanos, no aplica.

 

Si las palabras de Jesús, hubieran tenido sentido simbólico, el lo habría explicado. Decimos esto, porque cuando sus oyentes se equivocaban tomando sus palabras en sentido literal, su práctica constante era rectificar inmediatamente el error. Por ejemplo, cuando Cristo habló de “nacer de nuevo”, Nicodemo creyó que debía nacer de nuevo de su madre… Jesús le aclara que le está entendiendo mal, que se trata de «nacer del agua y del Espíritu» (Jn 3,3ss). O en aquel otro momento cuando les dice a los Apóstoles «cuídense de la levadura de los fariseos» … ellos, como oyen levadura, piensan que les está hablando de panes, Jesús les aclara que les está hablando de la doctrina de los fariseos (Mt 16,6ss).

 

Mas cuando sus palabras eran entendidas en su sentido literal, pero daban lugar a murmuraciones y objeciones, era costumbre de Jesucristo repetir su afirmación. Así, cuando Jesús dijo al paralítico tus pecados te son perdonados, inmediatamente algunos empezaron a decir que estaba blasfemando; entonces hizo caminar al paralítico, diciendo «para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder para perdonar los pecados…» (Mt 9,1ss). Otro ejemplo: Cuando Jesús dijo: Abraham se regocijó pensando ver mi día, lo vio y se alegró; los judíos entendieron que afirmaba haber vivido en tiempo de Abraham, lo cual ellos no creían: ¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham? Pero Jesús reitera lo dicho haciendo una triple ratificación: «En verdad, en verdad os digo, antes de que Abraham existiera, Yo Soy». Primero, repite su afirmación diciendo que existía en tiempo de Abraham y, aún antes; segundo, intensifica lo que dice haciendo algo semejante a un juramento: “en verdad, en verdad os digo”, y, tercero, profundiza su afirmación cambiando las palabras, pues en lugar de decir “yo existía”, dice “Yo soy”, que es nada menos que el nombre de Dios (Jn 8,55ss / Ex 3,14). Esto mismo pasó en el capítulo 6 de san Juan… la gente empezó a discutir ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús repite, intensifica, y profundiza: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros; el que muerde mi carne… y sigue diciendo TROGO (morder) en los versículos siguientes (56,57 y 58). Sepamos que para “comer” se usan en griego las palabras FAGO y TROGO; «fago» es una palabra para la acción de tomar alimentos, pero también puede usarse en sentido simbólico, como en “sarcófago” (=que come carne), por eso Jesús para eliminar toda ambigüedad, y dejar muy claro el sentido que le está dando a «fago», después de que la gente murmura, cambia esa palabra por «trogo» que es una palabra para indicar la acción misma de comer, es decir, significa: masticar, morder, roer. Jesús entonces está diciendo: ¡el que no me muerda, el que no me mastica!… ¿Qué más literal lo queremos? Por eso, la gente dijo: es duro este lenguaje, ¿Quién puede escucharlo? …Y se fueron. Lo abandonaron, y Cristo en lugar de decir: ¡Hey!, ¡paren, paren!, me están entendiendo mal… El no les dijo nada… Dejó que se fueran… pagó un alto precio por mantenerse en lo dicho.

 

OBJECION PROTESTANTE: El v. 63 dice que lo dicho por Jesús debe entenderse en sentido figurado: El espíritu es el que vivifica, la carne para nada aprovecha; las palabras que les he dicho, son espíritu y vida. RESPUESTA: Si con esa frase, Jesús estuviera aclarando que lo dicho por El antes de este versículo debía entenderse en sentido figurado, entonces ¿por qué se fueron sus oyentes?... Lo abandonaron porque tomando sus palabras en sentido obvio y natural, imaginaron que Jesús quería darles a comer su cuerpo por pedazos después de su muerte. Y del contexto se desprende, que con dicha frase, Jesús trata de desvanecer su error diciéndoles: mis palabras se refieren a algo espiritual y viviente; no quiero darles a comer una carne muerta, sino mi carne viva, animada por el espíritu y la vida divina. Por eso también, nosotros ahora, no somos caníbales, ya que comemos a Jesús Resucitado, no una mera carne humana que para nada aprovecharía.

 

San Pablo también lo entendió en sentido literal: Cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa indignamente será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor (I Cor 11,27). Si se tratara sólo de pan y vino ¿podría alguien ser culpado de pecado tan enorme? Luego, en el v. 29 dice: el que come y bebe sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come… Fijémonos en la palabra dis-cernir… Cuando decimos, por ejemplo, que hay que cernir la arena, lo hacemos para separar los granos de las piedritas, y entonces se distinguen una y otra cosa… También, en algunos lugares pobres es común cernir la harina para quitarle algunos animalitos que escondidos en ella no se miran. Cuando se trata de algo físico hablamos de «cernir», pero cuando se trata de algo intelectual hablamos de «discernir». Para «discernir», Pablo usa aquí la palabra griega DIAKRINON que significa precisamente separar, distinguir… ¿pero qué es lo que está junto y hay que separar, o qué es lo que puede ser confuso y es necesario distinguir? Respuesta: el cuerpo del Señor que, se esconde en eso que a simple vista es pan. Por la fe, es posible dis-cernir, esto es que, aparte de ver “pan”, ver también a Cristo presente ahí. Finalmente, el v. 30 ratifica lo mismo, porque si los corintios hubieran abusado solamente de un poco de pan y vino, ¿por qué se habla de haber sido castigados con enfermedad y muerte? Es claro que se trataba de algo muy serio… ¡del cuerpo y la sangre del Señor!

 

Así lo entendió la Iglesia primitiva:

 

El obispo San Ignacio de Antioquía, quien murió el año 110, escribió en su «Carta a la Iglesia de Esmirna»: Apártanse de la Eucaristía y de la oración, porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados, la misma que, por su bondad, resucitóla el Padre. Así, pues, los que contradicen al don de Dios, mueren y perecen entre sus disquisiciones. ¡Cuánto mejor les fuera celebrar la Eucaristía, a fin de que resucitaran!

 

San Justino mártir, quien murió el año 151, en su «Primera Apología» describe la Misa Católica que celebraban en aquel tiempo, que básicamente tenía el mismo esquema de la Misa actual. Y en el número 66 dice: No tomamos estas cosas como pan común ni como vino común, sino que así como Jesucristo nuestro salvador…tuvo carne y sangre para salvarnos, así también hemos recibido por tradición que aquel alimento sobre el cual se ha hecho la acción de gracias…es la carne y la sangre de aquel Jesús encarnado.

 

San Irineo, por el año 189 escribió en su libro «Contra las Herejías»: Cuando el cáliz mezclado y el pan hecho dan cabida al Verbo de Dios y se tornan Eucaristía, sangre y cuerpo de Cristo…

 

Y un largo etcétera. Ya que desde un principio y a lo largo de todos los siglos siempre se ha testimoniado esa misma fe.

 

Si no fuera así, Cristo no sería Dios, ni siquiera un hombre bueno:

 

En efecto, si el protestantismo tuviera razón, entonces la inmensa mayoría del pueblo cristiano: los Apóstoles, los más ilustres doctores, los más grandes santos, las almas más puras… han caído en la idolatría, tributando honores divinos a un trozo de pan. Y en este caso, Cristo no sería Dios… porque: o previó que un gran sector de la humanidad, tomando literalmente sus palabras, caería en la idolatría, o no lo previó; si no lo previó, no era Dios; y si lo previó ¿cómo pudo consentir que innumerables almas se engañaran lastimosamente y cayeran en la idolatría, cuando le era tan fácil evitarlo, aclarando que se trataba de algo simbólico? En este supuesto, Jesús no solamente no sería Dios, ni siquiera un hombre bueno: sería un impío, un impostor. He aquí el abismo a que conduce la interpretación protestante.

 

CONCLUSION: Ni la Biblia ni la historia favorecen a la doctrina protestante, entonces ¿por qué piensan así? ¿No será que en el fondo, les parece demasiado bello para que sea verdad?

 

¿Qué es la Eucaristía para el católico?

 

Es la expresión sublime del amor divino, porque en ella vemos superado cualquier gesto amoroso que pueda hacer el hombre. Veamos:

 

• Un buen pastor puede llegar a dar la vida por sus ovejas , pero Jesús es el Buen Pastor (con mayúsculas) porque además de dar la vida por sus ovejas, decidió darse todo a ellas: muere y se convierte en su alimento vivificante (Jn 6,48-51).

 

• La explicación psicológica del beso es que se trata de una expresión para decir que te quiero tanto que quisiera comerte para que vivas en mí… eso siempre queda en intención nada más, pero Jesús lo lleva a la realidad, porque El nos come y nosotros a El: el que me come… permanece en mi y yo en El (Jn 6,56).

 

• El amor de los padres es muy grande… si su hijo les pide pan no le dan una piedra, o un pan artificial… Si eso hacen ustedes que son malos, con cuanta mayor razón el Padre del cielo (Mt 7,9ss); sabemos que somos hijos del Padre Dios y que tenemos “hambre”… y el Padre Bueno no nos va a dar un pan artificial o simbólico… al contrario: nos da ¡el mejor Pan!

 

• Por amor el hombre puede hacer cosas increíbles, y hasta hacerse esclavo o un loco, pero quien llega a tales extremos sigue permaneciendo en su dignidad humana, sin embargo, Cristo rebasó eso porque en la Eucaristía se hizo cosa, casi nada.


¿Qué es la Eucaristía —me preguntas—? Te contesto y lo susurro en mi oído: ¡es la sublime expresión del amor divino!

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