El Didaskaleion y la Mártir Catalina de Alejandría

por Gonzalo Fernández

Este artículo estudia algunos aspectos en la historia de la escuela catequética alejandrina conocida por Didaskaleion y sus vínculos con la mártir Catalina de Alejandría. Fuentes: Menologium Basilianum, Acta sincera S. Petri Alexandrini, Simeon Metaphrastes, Eusebio de Cesarea, Orígenes, Clemente de Alejandría, Gregorio el Taumaturgo, Jerónimo, Focio de Constantinopla, Pedro I de Alejandría, Procopio de Gaza, Epifanio de Salamina, las actas del Concilio de Éfeso de 431, Lactancia, Sozomeno, Gregorio de Nacianzo, los emperadores Juliano y Justiniano I y Leoncio de Bizancio.

 

Una figura muy importante en el arte cristiano es Santa Catalina de Alejandría cuya veneración alcanza gran auge en Europa desde las iniciales fuentes contenidas en el Menologium Basilianum del siglo IX y Simeón Metafrastes en el X (1907 CARUS 3) hasta la Reforma. A partir de ese momento se inicia un hipercriticismo en los países protestantes que llega a los católicos en el siglo XVIII. Así algunos hagiógrafos contemporáneos llegan incluso a dudar de la autenticidad de la vida de la santa (1907 CLUGNET 2). En este trabajo voy a intentar poner las cosas en su justa medida analizando los vínculos de Santa Catalina con el Didaskaleion de Alejandría.

 

El Didaskaleion

 

El apologeta Atenágoras funda el Didaskaleion en los años iniciales de la década 180 - 190. De Atenágoras se sabe que es oriundo de Atenas. Atenágoras se traslada de su ciudad natal a Alejandría en unión de su coterráneo Panteno. Éste es un antiguo filósofo estoico convertido por Atenágoras en Atenas. Cinco razones impulsan a Atenágoras y Panteno a instalarse en Alejandría: la dura indiferencia de los atenienses al Cristianismo desde la misma época apostólica, la tolerancia otorgada por Cómodo (180 – 192) a los cristianos, la pervivencia de la actividad intelectual de los judíos alejandrinos pese al arrasamiento en 116 d.C. de la Sinagoga del Diapleuston, la apertura de los habitantes de Alejandría a todo tipo de cultos (Historia Augusta, Vita Saturnini 8), la herencia filológica y científica de la ciudad (llamada por sus habitantes la Polis por antonomasia) centrada en la Biblioteca del Serapeum y en el Museo y la necesidad de salvaguardar la ortodoxia de los cristianos de la Polis ante el auge que alcanzan los sistemas gnósticos de Basílides, Valentín y Carpócrates.

 

El Didaskaleion ofrece una cadena de oro al igual que cualquier escuela filosófica de la Antigüedad (1896 HARNACK 356). Felipe de Side (muerto hacia 430) la trasmite de manera parcial en un fragmento de su Sermón 24 (P.G. 39, col. 229) que se conserva en el Códice Barocciano 142 editado por vez primera en Oxford en 1689 por H. Dodwell. Hasta la persecución tetrárquica sus maestros son el mencionado Atenágoras, su discípulo Panteno, Clemente de Alejandría, Orígenes, Heraclas, Dionisio, Atenodoro, Malción, Máximo, Pierio, Aquilas, Teognosto, Serapión y Pedro el Mártir. Atenágoras debe morir muy poco tiempo después de fundar el Didaskaleion. Su alumno Panteno envía la primera misión evangelizadora a Etiopía desde Egipto (2000 FERNÁNDEZ 167 – 168). La residencia de la escuela se halla en las casas de sus directores.

 

Las tendencias teológicas del Didaskaleion.

 

La idea clave de la teología del Didaskaleion es considerar a Dios Hijo como el Logos es decir la imagen y la sabiduría de Dios Padre. De aquí el nombre de Teología del Logos con que se conoce al pensamiento del Didaskaleion. Asimismo los teólogos de esta escuela se ven influidos por Filón de Alejandría y los iniciadores del platonismo medio a la hora de definir al Logos a modo de intermediario entre el Dios Padre creador y el universo creado. Con ello la generación del Logos por emanación del Padre supone el inicio del proceso que lleva a la creación del mundo.

 

La Teología del Logos presenta el riesgo de relegar a Dios Hijo al papel de un Dios menor y secundario respecto al Padre, muy similar al Demiurgo o divinidad intermedia en las corrientes platónicas de la época entre la Suma Deidad (increada, intangible y trascendente) y el mundo creado por la Suma Deidad a través del Demiurgo. Esto hace que los teólogos alejandrinos del Logos se dividan en radicales y moderados.

 

Dos miembros extremistas de la Teología del Logos.

 

Los dos miembros más radicales de la Teología del Logos son Orígenes y Pierio (directores ambos del Didaskaleion en el siglo III). Orígenes (Orat. XV, 1 y Contra Celsum VIII, 12) mantiene la desigualdad entre Dios Padre y Dios Hijo. También piensa que ha habido un tiempo en el que Dios Hijo no existió (ORÍGENES, Princ. IV, 4, 1, 28). Manifiesta que Dios Padre es άγέννητος (ORÍGENES, Comm. in Iohannem II, 10, 75), αληθινός Θεός (ORÍGENES, Comm. in Iohannem II, 3, 20) y Θεός en sentido estricto (ORÍGENES, Comm. in Iohannem II, 2, 16) mientras que el Logos es ύπηρετής (ORÍGENES, Comm. in Iohannem II, 2, 16), κτίσμα (ORÍGENES, Princ. IV, 4, 1) y ό δευτερός (ORÍGENES, Contra Celsum V, 39).

 

Orígenes relega al Espíritu Santo a ser gracia santificante difundida desde el Padre por medio del Hijo (ORÍGENES, Comm. in Iohannem II, 10, 6 y Princ. I, 3, 7) y a constituir la fuente de inspiración de la Sagrada Escritura con el Padre y el Hijo (ORÍGENES, Princ. IV, 2, 2). Por último Orígenes preconiza la exégesis alegórica de la Biblia según la cual las cosas y los hombres del Antiguo Testamento prefiguran las realidades más altas que se cumplen en la Nueva Alianza. Orígenes parte de la concepción de los elementos sensibles como inferiores frente a los intelectuales (cuyas realidades asumen las realidades de los elementos sensibles), de la distinción entre κόσμος αίσθτός y κόσμος νοητός y de ver en el mundo sensible una imagen del espiritual. El Antiguo Testamento sólo es la imagen y nada más que la imagen del Nuevo con lo que la Nueva Alianza es la única que posee realidad y cada fragmento de la Escritura tiene un valor alegórico susceptible de ser descubierto si se rastrea con calma la Biblia (1909 DE LA BARRE 814 – 815). .

 

Una negación tajante de la divinidad del Espíritu Santo no aparece hasta Pierio dentro de la Teología del Logos. Jerónimo (De vir. Ill. 76) llama Origenes iunior a Pierio. Focio de Constantinopla (Biblioteca 119) dice que Pierio es el primer teólogo que niega la divinidad del Espíritu Santo. Por tanto es Pierio el inspirador de los movimientos de trópicos y macedonianos que aparecen a mediados del siglo IV.

 

La reacción moderada en el seno de la Teología del Logos: el obispo mártir Pedro de Alejandría.

 

Es necesario aguardar a los primeros años del siglo IV para ver la génesis de una Teología del Logos moderada. Su principal representante es el obispo Pedro I. Éste critica la exégesis alegórica de la Escritura con arreglo a algunos fragmentos de sus cartas (1973 RICHARD passim) y un texto de Procopio de Gaza (Comm. in Gen. 3). Fuentes más tardías como las actas del Sínodo de Éfeso en 431 (Acta Conciliorum Oecumenicorum 1, 1.2, 39) y Leoncio de Bizancio (Contra nestorianos et eutychianos 1) indican que Pedro I critica la doctrina de que el Logos sea un Dios inferior al Padre. Con ello Pedro I es un miembro moderado de la Teología del Logos y el antecesor ideológico inmediato de sus sucesores al frente de la diócesis de Alejandría Alejandro y Atanasio.

 

En cambio no es cierto el testimonio contenido en una misiva de Justiniano I a Menas (Acta Conciliorum Oecumenicorum 3, 197) donde afirma que Pedro I escribió dos tratados refutando a Orígenes. Esto se explica en la postura antiorigenista de Justiniano que culmina en los edictos de enero de 543 y para la que el emperador necesita argumentos de autoridad. Justiniano I se beneficia de la hostilidad respecto a Orígenes que asume el obispado de Alejandría tras el enfrentamiento de Teófilo con Juan Crisóstomo por los monjes del Desierto de Nitria. A Teófilo y sus herederos no les conviene que figuren origenistas entre sus predecesores que como sucede con Pedro I son venerados como mártires por haber sucumbido durante la persecución tetrárquica.

 

La actitud del Didaskaleion ante la cultura pagana en el siglo III.

 

A lo largo del siglo III el Didaskaleion se halla muy abierto a la cultura griega y romana. Sobre todo durante las rectorías de Clemente de Alejandría (211 – 213) y Orígenes (213 – 230). El primero de ellos muestra gran familiaridad con la erudición pagana que conoce a través de manuales o prontuarios muy frecuentes en la Polis no por medio de versiones originales (1907 LECLERCQ 1.169 – 1.170). Clemente (Stromata I, 5, 28, 1) dice que antes de la venida de Cristo la Filosofía fue útil a los griegos con vistas a llevarles a la justicia pero que en su tiempo continúa siendo aprovechable en el camino de las almas a Dios al ser una propedéutica para aquéllos que llegan a la fe mediante la demostración.

 

Mayor interés se observa en Orígenes. Gregorio el Taumaturgo dice que en el Didaskaleion se analizan todos los poetas y filósofos de la Antigüedad con las salvedades de ateos y epicúreos. Orígenes defiende que las artes liberales (Geometría, Música, Gramática, Retórica y Astronomía) son útiles en la exégesis de la Escritura. Sostiene que la Filosofía desempeña dentro del pensamiento cristiano idéntica función que las antedichas artes liberales en el seno de la ciencia pagana (1907 LECLERCQ 1.173 y 1909 DE LA BARRE 806).

 

Orígenes (Contra Celsum III, 59) respeta a los adeptos a los Misterios de Eleusis a quienes tiene por personas dotadas de pureza cultual y de un género de vida bueno y justo. Eusebio de Cesarea (Hist. Eccl. VI, 19) indica que Orígenes atiende las lecciones de Amonio Saccas en su juventud. Amonio Saccas había fundado la Escuela Filosófica de Atenas. Dicha Escuela va a ser la gran rival del Didaskaleion pues enseña filosofía y creencias paganas hasta el reinado de Justiniano I y depende económicamente de la Ciudad de Alejandría mientras que los cristianos de la Polis sufragan la Escuela Catequética. El Cesariense continúa afirmando que Orígenes vive leyendo a Platón y alude a la familiaridad de Orígenes no sólo con corifeos del Platonismo Medio como Numenio de Apamea o Casio Longino sino también con representantes del Pitagorismo o la Stoa . A través de esas lecturas Orígenes se inicia en la interpretación alegórica de los misterios griegos cuyo método aplica a la exégesis bíblica.

 

La iconografía del Cristo Helenístico o Alejandrino surge en el Didaskaleion. El Cristo Helenístico supone una figuración idealizada de Jesús de Nazaret. Puede aparecer de tres maneras: en actitud magistral, entregando un pergamino con el texto de la Ley (Christus Legem dat) o llevando en sus hombros un cordero o una oveja. Este último tipo se inspira en la estatua del Muscóforo (Atenas, Museo de la Acrópolis) bien que sustituya el ternero por un óvido. El Cristo Alejandrino representa un nuevo ejemplo del uso cristiano de aquellos elementos del Paganos que fuesen buenos, útiles y aprovechables defendido por Orígenes en su carta a Gregorio el Taumaturgo poniendo el ejemplo de los vasos de los templos egipcios que se llevaron los judíos al iniciar el Éxodo (ORÍGENES, Ep. ad Gregorium 1).

 

La estética totalmente clásica del Cristo Helenístico influye en las vírgenes góticas y La Piedad de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro del Vaticano. La cátedra encima de la que se asienta el Cristo Helenístico cuando aparece en actitud discente o en la entrega de la Ley influye en la iconografía de los tronos de los reyes cristianos bajomedievales. Así se recalca el carácter de ungidos de Dios que pretenden aquellos soberanos. El atentado contra el rey no sólo supone un ataque al ordenamiento jurídico secular: es asimismo un pecado.

 

La reacción pagana frente al Didaskaleion.

 

Los paganos de Alejandría no tienen una actitud tan respetuosa frente al Cristianismo. Se dejan influir por la hostilidad de Celso que escribe su Discurso Verdadero hacia 177 – 180. En Alejandría la hostilidad intelectual contra los cristianos empieza en el siglo III con Plotino (205 – 270) quien crea un sistema tipificado por la unión de la Lógica de Aristóteles, la Metafísica de Platón y la Ética de los estoicos. Plotino es discípulo de Amonio Saccas. En su enemiga al Cristianismo tal vez pueda desempeñar su papel el éxito del Didaskaleion en Alejandría. Un discípulo y biógrafo de Plotino llamado Porfirio (232 – 305) ataca al Cristianismo desde el punto de vista filosófico e histórico (1984 CHADWICK 117). La línea Celso – Plotino – Porfirio influye en Soriano Hierocles. Éste último es Gobernador de Líbano (c.a. 293) y Bitinia en 303. Además es Prefecto de Egipto en 307. Soriano Hierocles escribe dos libros contra el Cristianismo y es uno de los personajes que ejercen influencia en Diocleciano desde su cargo de Praeses Bythiniae a fin de que ordene la persecución en 303 (1975 JONES, MARTINDALE y MORRIS 432).

 

La persecución tetrárquica en Alejandría, su incidencia en el Didaskaleion, martirio y gloria póstuma de Catalina.

 

La persecución tetrárquica no es demasiado dura en Alejandría. Los prefectos de Egipto ni siquiera cumplen el primer edicto de Diocleciano de 24 de febrero de 303 que ordena la destrucción de las iglesias. Por tanto se salva la Iglesia de Teonas erigida entre 282 y 300. Ese incumplimiento de la voluntad imperial tolerado por Diocleciano se debe al temor a originar un motín en Alejandría dada la naturaleza levantisca de sus habitantes, máxime cuando en 296 – 297 tiene lugar la usurpación de Domicio Domiciano (1984 GARCÍA MORENO 350).

 

En cambio sí se recrudece con el nuevo augusto Galerio y su césar Maximino Daya tras la abdicación de Diocleciano y Maximiano en 305. Como césar de Diocleciano Galerio asume el papel de campeón de la religio patrum ante la mayoría pagana del Imperio y sobre todo ante los oficiales de las viejas creencias quienes acusan a sus conmilitones cristianos de tibieza respecto a las instituciones del Imperio (1930 – 1931 GRÉGOIRE 238).

 

La actitud anticristiana de Maximino Daya se observa en los siguientes hechos:

 

1) Continuar las medidas persecutorias tras el edicto de tolerancia emitido por Galerio en 311 de suerte que sólo capitula en esa hostilidad por los requerimientos de Constantino I en 312 (1965 SORDI 453)

 

2) Su tentativa frustrada de extender la persecución al Reino de Armenia (EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. IX, 8, 2 y 4)

 

3) La lucha ideológica contra el Cristianismo con la redacción de las Actas de Pilato que supone un panfleto ofensivo a Jesús de Nazaret (EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. I, 9, 3) y provoca la réplica cristiana de las Actas o Memorias del Salvador conocidas por Epifanio de Salamina (Panar. Haer. 50, 1) en 376 (1934 DE LABRIOLLE 327 – 328 y 1963 DE SANTOS OTERO 395 – 396).

 

4) El intento de calcar para el Paganismo la organización de la Iglesia (LACTANCIO, De mort. persec. 36 – 37, EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. VIII, 14, 2, JULIANO, Ep. V, 16, SOZOMENO, Hist. Eccl. V, 16 y GREGORIO DE NACIANZO, Orat. IV, 111). Esto hace de Maximino Daya un precursor de Juliano el Apóstata y demuestra que la vetus religio sólo puede sobrevivir imitando el organigrama del Cristianismo institucional

 

A mi parecer Catalina es una virgen consagrada que se dedica a la enseñanza en el Didaskaleion. La existencia de vírgenes consagradas se halla atestiguada en la Alejandría de principios del siglo IV (Acta sincera S. Petri Alexandrini en P.G. 18, col. 462 y EPIFANIO DE SALAMINA, Panar. Haer. 69, 2). Además la enseñanza superior en la Antigüedad no se encuentra vedada a las mujeres. Catalina sufre el martirio a fines de 311 junto al obispo Pedro I de Alejandría. Sus ejecuciones suponen el rechazo de Maximino Daia (autoproclamado augusto en el bienio 309 – 310) al edicto de tolerancia de Galerio y su tentativa de aniquilar la jerarquia eclesiástica y la docencia cristiana de Alejandría. El fundamento legal serían los edictos segundo y cuarto de los edictos de Diocleciano en 303. El segundo ordena la prisión de todas las personas dedicadas al culto cristiano desde los jefes de las iglesias hasta los cargos subalternos como ostiarios o lectores. El cuarto extiende a todos los cristianos la obligación de sacrificar bajo pena de muerte.

 

La fama póstuma de Catalina se vincula a la cristianización de la Escuela Filosófica de Alejandría en tiempos de Justiniano I (527 – 565). El emperador usa a Catalina a manera de contrafigura cristiana de Hipatia y como ejemplo para los filósofos alejandrinos. Así se entiende que Justiniano I dedique a Catalina el Monasterio que erige en el Sinaí entre 542 y 551 sobre la pequeña iglesia levantada por Constantino I hacia 330 en respuesta a la identificación por Eusebio de Cesarea del Macizo del Sinaí con el sitio de la teofanía de Éxodo 19, 16 – 25.

 

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Gonzalo Fernández

 

 

 

Bibliografía

 

1896 HARNACK, A. Alexandrinische Katechetenschule und Schule. RPTK, vol. nº. 1. Leipzig, páginas 356 – 359.

 

1907 CARUS, P. St. Catherine of Alexandria. Part One. The Open Court. A Monthly Magazine devoted to the Science of Religion, the Religion of Science, and the Extension of the Religious Parliament Idea Chicago. 13 páginas. http://www.sacred-texts.com/journals/oc/pc-scal.htm

 

1907 CLUGNET, L. Santa Catalina de Alejandría. Transcripción de C. HUST. Traducción española de J. LOZANO TORRES. Enciclopedia Católica. 2 páginas. http://www.enciclopediacatolica.com/c/catalinaalejandrina.htm

 

1907 LECLERCQ, H. Alexandrie (Archéologie) DACL, nº. 1 París. Columnas 1.098 – 1.182.

 

1909 DE LA BARRE, A. Alexandrie (École chrétienne d’) DTC, nº. I – 1. París, columnas 805 – 824.

 

1930 – 1931 GREGOIRE, H. La conversion de Constantin. Revue de l’Université de Bruxelles nº. 36. Páginas 231 – 272.

 

1934 DE LABRIOLLE, P. La réaction païenne. París.

 

1965 SORDI, M. Il cristianesimo e Roma. Bolonia.

 

1973 RICHARD, M. Le florilège du Cod. Vatopedi 236 sur le corruptible et l’incorruptible. Le Muséon nº. 86. Páginas 249 – 273.

 

1963 DE SANTOS OTERO, A. Los Evangelios Apócrifos (B.A.C. nº. 148). Madrid.

 

1975 JONES, A.H.M., MARTINDALE, J.R. y MORRIS, J. The Prosopography of the Later Roman Empire. Volume I: A.D. 260 – 395. Cambridge.

 

1984 CHADWICK, H. The Early Church (The Pelican History of the Church. Volume One). Harmondsworth (Middlesex).

 

1984 GARCÍA MORENO, L.A. Historia Universal EUNSA. II-2. La Antigüedad Clásica. El Imperio Romano. Pamplona.

 

2000 FERNÁNDEZ, G. La Cristianización de Etiopía en E. REINHARDT (dtor.), Tempus implendi promissa. Homenaje al Prof. Dr. Domingo Ramos-Lissón (Colección Historia de la Iglesia nº. 33). Pamplona, páginas 167 – 170.

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