Dos símbolos de salvación

La Santa Cruz y el Sagrado Corazón de Jesús

 

La Santa Cruz

In ñal vencerás.

 

Durante los tres primeros siglos, la Iglesia, debida a las muchas persecuciones se vio obligada a ocultarse. Los primeros cristianos honraban todos los misterios del Salvador y amaban a Nuestro Señor en todas las etapas y circunstancias de su vida. Amaban a la Eucaristía, a la Madre de Jesús y a sus Apóstoles.

 

En estos primeros siglos prácticamente no se encuentra la imagen de la cruz pues era escándalo para los judíos (I Cor I, 23) y locura para los gentiles. De ahí que los primeros cristianos honraban en secreto la imagen de Jesús crucificado.

 

Pero después de tres siglos de sangrientas persecuciones, apareció un joven emperador que amaba la religión cristiana a pesar de ser pagano. Declaró la guerra al emperador Majencio gran perseguidor de los discípulos de Jesucristo y llegó a sitiarle en Roma.

Después de muchas batallas, decidió presentarle una batalla decisiva a pesar de tener fuerzas inferiores. Era la batalla del paganismo contra el cristianismo.

 

 

El 27 de Octubre del año 312 hacia el mediodía, Constantino y sus tropas vieron por encima del sol una cruz luminosa con esta inscripción: In hoc signo vinces: Por esta señal vencerás.  Como el emperador se preguntaba que podría significar aquello, por la noche se le apareció Nuestro Señor con la misma señal y le ordenó que la pintara en un estandarte y le precediera en los combates.

 

Constantino hizo llamar al Papa San Melquíades y a los obispos con el fin de que le explicaran los misterios de la Encarnación y Redención El emperador ordenó pintar este símbolo en todos los escudos de sus soldados y él mismo lo llevó en su casco y escudo. Cuando todo estuvo dispuesto dio la señal de combate contra Majencio y obtuvo una brillante victoria. Por ello Roma dedicó una estatua a este insigne vencedor.

 

Pero Constantino en agradecimiento a Jesucristo prohibió emplear en adelante la Cruz como instrumento de suplicio y de acuerdo con el Papa y los obispos, hizo que se tributara a la Cruz culto público.

 

Desde entonces la Cruz empezó a recibir culto público, tanto de personas particulares como de las familias, tanto de las naciones y de la Iglesia.

 

Todo se hacía en nombre de la Cruz, los fieles la colgaban sobre su pecho, se comenzaban y se terminaban las acciones con la señal de la Cruz; las familias la colocaban en un lugar de honor en sus hogares y este emblema dominaba los edificios públicos. El triunfo de la Cruz debía abrazar todo el Universo, todos los siglos, todas las clases sociales y toda clase de combates.

 

Por la cruz hubo pobres voluntarios, almas vírgenes, toda clase de misioneros, almas consagradas, almas generosas y abnegadas, en fin, por la Cruz hubo toda clase de derrotas sobre los placeres del mundo y, tal fue la victoria de la Cruz que durante muchos siglos ésta reinaba en todos los sitios.

 

 

 

Nuevo emblema de salvación

 

           El Sagrado Corazón de Jesús: Símbolo de su infinito amor.

 

 

 

 

Debido al cisma de los protestantes (siglo XVI) y a los jansenistas (siglo XVII), varias naciones cristianas hicieron que desapareciera la Cruz o que ésta perdiera su prestigio. Los jansenistas desfiguraron la cruz haciéndola odiosa y presentando al Crucificado con los brazos elevados hacia el cielo y juntos. como diciendo a los hombres : no he muerto por todos, en vez de  representarlos extendidos como en realidad es, demostrando  al mundo que ha sido para todos  su Redención.

 

Ante estos errores y otros muchos que no vamos a comentar, Nuestro Señor con el fin de frenarlos y combatirlos, da a conocer a través de una  monjita de la Orden de la Visitación: Margarita María Alacoque, su Sagrado Corazón como nueva señal de salvación y así al igual que había reinado durante casi catorce siglos por la Cruz, quería en adelante reinar por su Corazón y la Cruz simultáneamente. Presenta su Divino Corazón coronado por una Cruz y llamas y rodeado de espinas.

 

Por medio de esta humilde salesa, Nuestro Señor hace saber que desea ser honrado  a   través de su Corazón por las personas particulares, familias, naciones y la Iglesia entera.

Pide para esta nueva señal homenajes semejantes a aquellos que siglos precedentes habían tributado a la Cruz, además anunció que por medio de esta  nueva señal de salvación, veríase renovarse en los últimos tiempos, las mismas maravillas que dieron lugar por medio de la Cruz  (en favor de las almas y de su salvación).

 

 

La consagración del mundo entero por el Papa León XIII.

 

 

El 3 de Marzo de 1878, León XIII ocupaba el trono pontificio. Preocupado este Papa por los terribles males que invadían la sociedad, el Pontífice multiplicó las encíclicas para condenar el error bajo todas sus formas y hacer brillar la verdad por todos los medios.

 

El 25 de Marzo de 1899, después de recuperar la salud inesperadamente de una  mortal enfermedad de la que se pensaba no saldría, tuvo la súbita inspiración de consagrar al mundo entero al Corazón de Nuestro Señor  y el 11 de Junio de ese mismo año, se hacía dicha consagración al Sagrado Corazón de Jesús.

 

El Vicario de Cristo comprendió de esta forma, la importancia de honrar a Nuestro Señor a través de su Divino Corazón.

 

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