EL AYUNO
Dios instituyó el ayuno por primera vez en el día de la Expiación, el décimo día del séptimo mes. Esté día, los israelitas tenían el mandamiento de “afligir el alma” o hacer morir de hambre el alma.
Ayunar significa empobrecer el alma, rehusar su subsistencia por medio de abstenerse de alimento. El ayuno en las escrituras descansa sobre la verdadera auto-humillación y penitencia. El ayuno es el método de Dios para subyugar el alma carnal bajo la soberanía de Su Espíritu. El ayuno es un acto de expresar y demostrar pena por el pecado, es una expresión externa de la pena y dolor interno por el pecado.
El abstenernos del pan de cada día es la forma en que le demostramos a Dios de que estamos conscientes de que no merecemos nada, ni siquiera recibir el pan cotidiano, mucho menos cualquier otra cosa, entonces Él nos ayudará a humillar nuestra naturaleza carnal debajo de su mano sublime y poderosa.