¿CAMBIAMOS LOS 10 MANDAMIENTOS?
(Tomado de Vacuna de Fe)
Los Diez Mandamientos son los que representan a la ley natural que está escrita en el corazón de todo ser humano, pero fue en el monte Sinaí donde Moisés, el principal personaje del judaísmo, recibió las Tablas de la Ley, y desde entonces esos 10 mandamientos quedaron escritos y como centralidad de la ley natural, y de toda la ley de Moisés, que en el judaísmo y en tiempos de Jesús nada más se le conocía como “la Ley” con todo y sus obras. El texto del libro del Éxodo nos narra cómo fue ese evento, y que fue lo que Dios escribió. En el capítulo 20, Dios comienza a decir lo que se debe guardar y no hacer para que todos vivamos en armonía como seres humanos, pero no indica de donde a donde comienza y termina uno y otro mandamiento. Debido a este dilema, los hermanos separados y nosotros tenemos una discusión en la manera de entender y acomodar los 10 mandamientos.
¿Cambiamos Los Diez Mandamientos?
Los mandamientos de Ex 20 para muchos hermanos separados siguen sin derogarse, mientras que para nosotros los cristianos católicos la ley de Moisés quedó atrás, y es sólo para los judíos, pero aún así sabemos que son lo central de toda ley moral, es por eso que podemos revisar en el catecismo de la Iglesia Católica y ver que no han sido eliminados, pues son lo central de la ley de los que somos de religión monoteísta. En el catecismo están los mandamientos de Ex 20 con los mandamientos de Dt 5 y la fórmula de la catequesis de la Iglesia en un solo cuadro sinóptico. Pero los hermanos separados nos acusan de haber cambiado los mandamientos, sobre todo Ex 20,4, algo que me parece absurdo. En el catecismo está Ex 20,4 en los puntos 2129, 2130, 2131 y 2132 ¿Por qué nos acusan de quitar algo, si lo tocamos en nuestra doctrina?
A comienzos del siglo V, San Agustín organizó una fórmula apta para la Iglesia y su catequesis, sin quitar nada de Ex 20. Los hermanos separados dicen: – San Agustín quitó el segundo mandamiento para que no se dieran cuenta de lo malo que son las imágenes. Una vez visto el tema de las imágenes, sabemos que según el mandamiento primero de la fórmula de San Agustín, nadie que ame a Dios sobre todas las cosas puede cometer idolatría, pues así, aunque uno no tenga imágenes en su casa o en su iglesia, si ama más a sus Padres y a sus Hijos o a cualquier cosa (como el dinero y el sexo) mas que a Dios, comete idolatría sin tener imágenes (Col 3,5). Por eso el contexto de la idolatría no son las imágenes, sino poner a Dios en segundo término, y por eso un hombre tan sabio como San Agustín hizo esta fórmula tomando el primer mandamiento desde Ex 20,3 al 6, pues el Éxodo no dice desde donde termina un mandamiento y comienza otro. Los mandamientos de Éxodo 20 contienen la palabra “No” diez veces sin contar el mandamiento del sábado, y honrar a nuestro padre y madre. Esto nos haría pensar en más de diez mandamientos, y como en el tiempo de San Agustín no se leía la Biblia en versículos, resumió todo Éxodo 20 y Deuteronomio 5 en una fórmula para los catecúmenos sin borrar nada de Las Escrituras, como no ha sido eliminado nada del catecismo. La fórmula catequética de la Iglesia toma desde el versículo 3 al 6 un solo mandamiento contra la idolatría, mientras que los hermanos toman el versículo 4 como un siguiente mandamiento sacado del contexto del versículo 3. Y también, el guardar el sábado fue derogado con la venida de Cristo (Col 2,6) (Hch 20,7). De esta manera, San Agustín, viendo que el contexto de Ex 20,8-11 es guardar un día para el descanso como lo hizo Dios, propuso el mandamiento de Santificar un día de la semana, por eso reza: santificarás las fiestas en su fórmula catequética. Por último, el versículo 17 supone dos cosas: no tomar cosas ajenas, y no codiciar a la mujer de tu prójimo, la Iglesia los separa porque una mujer no es una cosa como se pensaba en el antiguo Israel, pues la mujer era rebajada del culto y la enseñanza y muy sometida al hombre, esto cambió con la llegada de Cristo. La mujer no es un objeto, y por tanto no va por la línea misma de codiciar un burro, un siervo, o un objeto (Mt 5,28), porque el adulterio no es lo mismo que el robo. Si los hermanos separados observan Ex 20 tan estricto como parece, entonces para los hermanos separados son lo mismo las cosas que su mujer, pero sabiendo que de ninguna manera esto es así, los mandamientos estarían enlistados de la siguiente manera.
Si un hermano reconoce que no es lo mismo la mujer que las cosas, entonces tiene 11 mandamientos.[1] Si no reconoce que el concepto del sábado era guardar un día de la semana, entonces por fuerza tiene que seguir guardando el sábado. Y si no tiene por contexto que la idolatría es no tener dioses ajenos, sigue teniendo 11 mandamientos. En Jer 31,33 dice que la Nueva Alianza de Dios no obligará la ley antigua, sino que la ley la llevaremos grabada en nuestros corazones (Hb 8,6-10). Cuando San Pablo comenzó la evangelización de pueblos paganos, llegó a Grecia, Antioquia, Roma, y muchos lugares en los que había imágenes, y nunca en sus epístolas se ve citado el versículo de Ex 20,4 para apartar a los evangelizados de la idolatría, pues el contexto de la idolatría no son las imágenes, sino apartar el corazón de Dios y ponerlo en dioses falsos (ídolos) (1 Co 10,19-20).
San Pablo, hablando de mandamientos para la vida cristiana desde el capítulo 12,9 hasta terminar el capítulo 13 de la carta a los romanos, cita constantemente el libro del Éxodo, y tal parece como si ordenara unos mandamientos para los cristianos de Roma y no menciona en absoluto Ex 20,4, y menciona que el amor es el cumplimiento de la ley ¿También van a acusar a San Pablo por no mencionar Ex 20,4 en sus mandamientos? ¿O vamos a acusar a Jesús de poner nuevos mandamientos? (Jn 12,34). Los hermanos separados me han preguntado que si yo creo que San Agustín es más sabio que Dios como para hacer otros mandamientos, definitivamente San Agustín no es más sabio que Dios, pero ese no es el argumento, pues San Agustín simplemente sabía que la ley de Moisés ya no tiene validez para el cristiano.
No es que por el hecho de no estar bajo los mandamientos de Moisés entonces tengamos derecho de matar, robar, y renegar de nuestros Padres, eso de ninguna manera, sino que estamos bajo los mandamientos del evangelio de Cristo, donde Jesús mismo nos habló de cambios en los mandamientos. Jesús no vino a abolir la ley, sino a perfeccionarla (Mt 5,17-19), muchas veces con la frase: Habéis oído que se dijo (tal cosa) pero yo os digo. (Mt 5,21-22) (Mt 5,27-28) (Mt 5,31-32) (Mt 5,33-34) (Mt 5,38-39) (Mt 5,43-44).
Por decir esto Jesús fue acusado de blasfemo con respecto a la ley, por curar gente en sábado se organizaban para matarlo (Mt 12,9-14), ¡de la misma manera, los hermanos separados nos acusan de no guardar la ley de Moisés! Pero la ley de Moisés no justifica a ningún cristiano, y más aparte, un hermano que quiere acusarnos por no fijarnos estrictamente en los mandamientos judíos, primeramente él está obligado a guardar toda la ley o que mejor no nos acuse.
Ga 3,10… porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición, pues dice la escritura: Maldito todo aquel que falle en alguno de los preceptos de la ley…
Stg 2,10… Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho culpable de todos…
Si los hermanos nos acusan por no observar al pie de la letra la ley de Moisés, debemos decirles que no han notado que entonces la propia ley de Moisés los delata al no cumplirla toda, pues ellos no sacrifican animales (Ex 12), no guardan el día sábado (Ex 20,8-10), no circuncidan a sus hijos primogénitos a los ocho días (Lv 12,3) y sus mujeres no se quedan en casa sesenta y seis días cuando alumbran una niña (Lv 12,5), y sin embargo, todo eso viene en la ley que nos quieren hacer guardar a nosotros los católicos.
El fin de la ley es Cristo (Rm 10,4) y como cristianos ponemos nuestro amor en Dios, y en nuestro prójimo (Lc 10,25-28) siguiendo los mandamientos cristianos, no judíos, pues Jesús tampoco habló de diez mandamientos, ni tampoco mencionó Ex 20,4. Si queremos tomar Éxodo 20 al pie de la letra dejaríamos de ser cristianos para convertirnos en judíos, o ser cristianos judaizantes contra los que Pablo peleó doctrinalmente el resto de su vida cristiana (Hch 15,1-5… algunos de la secta de los fariseos que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos y mandarles a guardar la ley de Moisés.)
Hoy, muchos hermanos separados siguen haciéndole eco a los fariseos. Nosotros preferimos seguir siendo cristianos del Nuevo Testamento.
Conclusión
Como vimos, no hemos cambiado nada, ni hemos agregado nada, simplemente tenemos una manera diferente de entenderlos. Nosotros los católicos entendemos desde la perspectiva cristiana los mandamientos, mientras que los hermanos separados quieren seguir al pie de la letra los mandamientos judíos para acusarnos, algo que no terminamos de comprender, pues ellos mismos nos han dicho que no somos cristianos los católicos, y ellos sí, pero siguen judaizando ¿Quién los entiende?