La Iglesia católica etíope (anteriormente también conocida como Iglesia uniata abisinia) es una de las Iglesias orientales católicas del tipo metropolitana sui iuris. Como parte de la Iglesia católica se halla en plena comunión eclesial con la Santa Sede de Roma. Es la contraparte católica de la Iglesia ortodoxa no calcedoniana Tewahedo etíope. Como esta última, la Iglesia católica etíope sigue el rito litúrgico alejandrino y su lengua litúrgica es la ge’ez, un lenguaje semítico no hablado desde hace siglos atrás.
A diferencia de otras Iglesias orientales católicas, cuya jurisdicción es personal sobre sus fieles, la Iglesia católica etíope tiene plena jurisdicción territorial sobre todo el territorio del norte de Etiopía, en donde los fieles de rito latino están bajo su jurisdicción. Existen vicariatos apostólicos y prefecturas apostólicas de rito latino y lengua vernácula en el sur de Etiopía, los cuales no integran la Iglesia metropolitana sui iuris. Desde el 19 de enero de 2015 dejó de tener jurisdicción en Eritrea al ser creada por el papa Francisco la Iglesia católica eritrea.
Historia
Alrededor del 341 san Frumencio fue consagrado como primer obispo de Etiopía por el arzobispo Atanasio de Alejandría, quien al formar parte de la Iglesia todavía indivisa estaba en comunión con el papa de Roma. Sus sucesores siguieron siendo enviados desde Egipto por el patriarca de Alejandría.
Luego del Concilio de Calcedonia del año 451, el cisma miafisista fue iniciado en su oposición por el patriarca de Alejandría Timoteo Eluro en el 457, quien excomulgó a los patriarcas ortodoxos, entre ellos el de Roma. A este patriarca lo sucedieron patriarcas ortodoxos y miafisistas, hasta que en 535 el patriarcado se dividió y la Iglesia ortodoxa copta, en cuya obediencia se hallaba la Iglesia de Etiopía, se constituyó definitivamente. El obispo de Etiopía (o abune) continuó siendo designado y enviado desde Egipto por el patriarca a requerimiento del gobernante de Etiopía, aunque con poderes muy limitados.
Patriarcado latino de Etiopía
La Iglesia de Etiopía quedó en completa separación con la Iglesia católica hasta que en el siglo XIV empezaron los esfuerzos misionales católicos en el país. El 28 de agosto de 1439 el papa Eugenio IV envió un mensaje en busca del restablecimiento de la unidad al emperador etíope Zara Yaqob, logrando que algunos monjes etíopes estuvieran presentes en el Concilio de Florencia.2
El 7 de febrero de 1555 llegó a Etiopía un grupo de misioneros jesuitas, pero el emperador los recibió con apatía. A requerimiento portugués, el papa designó en 1555 al jesuita João Nunes Barreto con el título de patriarca de Etiopía, y lo envió con dos obispos coadjutores y 8 misioneros jesuitas.
Reducida la amenaza islámica, la situación se volvió desfavorable por los misioneros católicos en Etiopía, por lo que Barreto llegó a Goa en 1556 y no viajó a Etiopía a causa de que el emperador Gelawdewos se negó a recibir un patriarca latino. El patriarca envió en 1557 a uno de sus obispos coadjutores, Andrés de Oviedo, con 6 misioneros, pero no lograron que el emperador se convirtiera al catolicismo. En 1559 el nuevo emperador Menas le prohibió predicar y confinó a los misioneros. En 1562 falleció el patriarca Barreto y Oviedo lo sucedió automáticamente, continuando confinado en la aldea de Fremona hasta que en 1563 el nuevo emperador Sarsa Dengel lo dejó en libertad, falleciendo en 1577. Su coadjutor, Melchor Carneiro, recibió automáticamente el título de patriarca, pero no viajó a Etiopía y renunció en 1581.
La misión católica siguió establecida en Fremona, a dónde llegó el jesuita español Pedro Páez en 1603. Fue llamado a la corte y logró convertir al catolicismo al emperador Za Dengel en 1603, quien comenzó a realizar cambios en la Iglesia etíope, pero a pesar de la ayuda portuguesa Za Dengel fue derrotado y muerto a causa de una rebelión el 24 de octubre de 1604. En 1607 asumió como emperador Susenyos I, quien fue convertido por Pedro Páez, y en 1622 declaró al catolicismo la religión del estado. En 1623 el papa Gregorio XV designó al jesuita portugués Afonso Mendes como patriarca de Etiopía, quien llegó al país en 1624 y el 11 de diciembre de 1624 hizo públicamente que la Iglesia de Etiopía adjurara de la herejía de Eutiques y del cisma de Dioscoros, proclamando formalmente la obediencia al papa de la Iglesia etíope.4 Con la ayuda de Susenyos Mendes intentó latinizar la Iglesia etíope, generando un malestar en parte la población, pero logrando convertir a miles de etíopes. En 1632 Susenyos prohibió la conversión forzosa al catolicismo y luego abdicó. Su sucesor, Fasilides, restauró inmediatamente la Iglesia etíope, confinó a los jesuitas en Fremona, y pidió un obispo al patriarca copto de Alejandría. En 1636 expulsó a Mendes de Etiopía, siendo expulsados o asesinados los misioneros remanentes, y en 1665 ordenó la quema de los libros católicos remanentes. En los siguientes dos siglos Etiopía fue completamente cerrada a las actividades misionales católicas
Instauración de la Iglesia católica etíope
En 1702 tres franciscanos ingresaron a Etiopía y fueron asesinados. En 1839 los lazaristas y capuchinos reasumieron la actividad misionera católica en Etiopía, aunque con ciertas limitaciones debido a la fuerte oposición pública. Ese año el papa creó la prefectura apostólica de Abisinia a cargo de Justino de Jacobis, quien arribó al país.
Él prefirió usar el rito etiópico. Muchos sacerdotes etíopes fueron atraídos por su vida ejemplar y sus enseñanzas, así dio nacimiento a lo que en 1930 se volvió la Iglesia católica etíope.
En vista de su continuo crecimiento, un ordinariato para los fieles de rito etiópico de Eritrea, confiado a un obispo erítreo, fue establecido. Eritrea, una posesión de Italia desde 1894, ya tenía una jurisdicción eclesiástica separada, encabezada por un obispo titular italiano para los católicos latinos principalmente italianos.
El rito latino se estableció en el sur de Etiopía en áreas que no habían sido cristianizadas y que fueron incorporadas al país al final del siglo XIX. La ocupación italiana de Etiopía en 1936 dio lugar a la aparición de gran número de jurisdicciones de rito latino, pero la expulsión de los misioneros extranjeros al final de la Segunda Guerra Mundial significó que los clérigos de rito etíope tomaran responsibilidades en grandes áreas del país.
Por consiguiente, en 1951 fue establecido el exarcado apostólico de Addis Abeba y el ordinariato para Eritrea fue elevado al rango de exarcado. Diez años después, el 9 de abril de 1961, una metrópolis etíope fue establecida, con Addis Abeba como sede metropolitana y Asmara (en Eritrea) y Adigrat (en Etiopía) como eparquías sufragáneas.
En 1995 dos nuevas eparquías, Barentu y Keren, fueron establecidas en Eritrea y el vicariato apostólico latino fue abolido. Eritrea se volvió el único país donde todos los católicos, cualquiera sea su rito litúrgico personal, quedaron bajo una jurisdicción de rito oriental. En 2003 una nueva eparquía fue creada en Emdeber en Etiopía.
Jurisdicciones
Archieparquía metropolitana de Addis Abeba, que tiene como sufragáneas a las eparquías de:
Adigrat
Emdeber
Bahir Dar–Dessie
Las diócesis incluyen también a los fieles latinos, en los vicariatos y prefecturas apostólicas latinas de Etiopía los fieles de rito etíopes también están incluidos.
Arzobispos
Arzobispo metropolitano de Addis Abeba Berhaneyesus Souraphiel (a la izquierda).
Arzobispos metropolitanos de Addis Abeba, primados de la Iglesia católica etíope:
Hailé Mariam Cahsai (1951 – 1961)
Asrate Mariam Yemmeru (1961 – 1977)
Paulos Tzadua (1977 – 1998)
Berhaneyesus Demerew Souraphiel (1999 -…)
LITURGIA DE LA IGLESIA ORIENTAL ETIOPE
La liturgia etíope ha recibido influencias de las tradiciones judía y siria, así como de la copta alejandrina. A estos elementos venidos del exterior hay que añadir numerosos factores autóctonos, propios de la piedad popular e imaginativa de los etíopes: ceremonias folclóricas de cantos y danzas de ritmo africano acompañadas por instrumentos musicales de percusión. El calendario litúrgico conoce ocho grandes festividades vinculadas a las etapas más importantes de la vida del Señor, y 33 en honor de la Virgen María, así como numerosas fiestas de santos del Antiguo Testamento: Melquisedec, Sansón, etc. – influencia del judaísmo junto con la circuncisión – y fiestas de los ángeles – San Miguel cuenta con 12 festividades anuales – además de los mártires locales. El ayuno ocupa un lugar de honor en la vida de la Iglesia. Los etíopes ayunan durante largos períodos, además de los miércoles y viernes de cada semana. Se cuentan 286 días de ayuno para los monjes y 186 para los simples fieles.