La respuesta que Jesús dio a sus discípulos acerca del fin
de los tiempos se llama el Discurso del Monte de los
Olivos. El contexto de San Mateo 24,1-25:46; San Marcos
13,5-27; y San Lucas 21,8-28 es que los discípulos querían
saber cuándo “serán todas estas cosas”. Querían conocer
las señales del fin de los tiempos. Anteriormente, San
Lucas 19, 11 revela que los discípulos asumieron que el
reino de Dios aparecería inmediatamente, pero estaban
equivocados. Más tarde, después de la muerte y
resurrección de Cristo, San Lucas 24,21 nos dice que dos
discípulos estaban esperando el reino. Además, Hechos
1, 6 dice que los discípulos preguntaron cuándo
aparecería el reino. Mateo 24:4 ya nos dice que los
discípulos tenían curiosidad acerca de los eventos del fin
de los tiempos. Es decir, la preocupación primordial de
los discípulos en los últimos días del ministerio terrenal
de Jesús era acerca de la llegada del reino terrenal.Por lo
tanto, el contenido de “esta generación” se refiere a
eventos futuros, y no al templo.
Significado de Esta Generación
La palabra griega que se traduce como “generación” en
San Mateo 24, 34 es “genea”. Esta palabra significa más
que solo “generación”. Tiene la idea de nacimiento,
descendencia, descendientes, familia y raza. Incluso se
usó para referirse al fin de los tiempos.
Por lo tanto, algunos han afirmado que “esta generación”
se refiere a la raza judía. Es decir, la raza judía no
desaparecería hasta que se haya producido segunda
venida de Cristo, ya que San Mateo 24, 34 afirma que
esta generación no pasaría “hasta que sucedan todas
estas cosas”. Es decir, todas estas cosas que se describen
en los versículos 5-24. Si ese fuera el significado correcto,
entonces la promesa sería vacía o hueca porque la raza
judía continuará hasta que el cielo y la tierra hayan
pasado (2 Pedro 3,10-13) se hagan realidad y uno con la
Iglesia. Esta opción implicaría que Jesús esperaba que
todas estas cosas ocurrieran en un futuro muy lejano
antes de que todos murieran. Por lo tanto, esta
generación no puede referirse a la raza judía.
Otro significado de esta generación
Una segunda perspectiva dice que la palabra generación
se refiere a la generación de personas que estaban vivas
cuando Jesús dio el discurso del Monte de los Olivos en el
año 33 d. C. Algunos afirman que “generación” significa
consistentemente las personas que estaban vivas en los
días de Jesús a lo largo del Nuevo Testamento.
Como era usual en el contexto profético de esa época
Jesús habla del futuro cercano de Israel y lejano de la
iglesia. Jesús acababa de profetizar la destrucción del
templo, y los discípulos preguntaron cuándo sucedería
eso y cuál sería la señal de tu venida y del fin de los
tiempos”.
La primera parte —la destrucción de Jerusalén— ocurrió
en el año 70 d. C. Jesús declaró: “No quedará aquí piedra
sobre piedra que no sea derribada” (San Mateo 24, 2).
Claramente lo indica el pasaje donde dice “¡Ay de las que
estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad
para que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado,
porque habrá entonces gran tribulación”. Esto aplica a
Israel pues los Israelitas no podían caminar más de pocos
metros en sábado y las puertas de la ciudad se cerraban
lo que producía un caos afuera de los que esperaban la
terminación del Shabat.
“El templo era mucho más que el punto en el que el cielo
y la tierra se encontraban. Más bien, se pensaba que
correspondía, representaba o, en cierto sentido, era ‘el
cielo y la tierra’ en su totalidad”. Cuando Jerusalén se
perdió, el mundo entero de los judíos pareció
desmoronarse a su alrededor, se acabo de hecho el
mundo judío acabo acá pues el Judaísmo hoy es
Talmúdico no Mosaico y ya no pueden adorar.
¿Qué pasó? Esta generación pasaría, pero sólo después
de que su cielo y su tierra fueran aplastados.
Incluso numerosos seguidores de Jesús y sus apóstoles
iban al templo, y su adoración cristiana reflejaba hasta
qué punto el pensamiento y el ritual judíos eran parte
integral de sus vidas.
El templo era un símbolo del antiguo pacto y la ley. A
partir del momento del derrumbe y extinción del
Templo, los judíos podían elegir ser la iglesia y adorar a
Cristo en cualquier lugar; la cruz era su nuevo símbolo.
El Señor permitiría a Roma destruir el templo, un símbolo
del fin del antiguo pacto, que Jesús reemplazó en la
Última Cena. “El pacto que él media es mejor, porque se
basa en mejores promesas” (Hebreos 8:6).
Los discípulos preguntan: “¿Cuándo?”
Los discípulos no sabían que el año 70 d. C. marcaría el
comienzo de esta terrible tragedia para el pueblo judío.
Como en todas las generaciones desde entonces, los
estudiantes de Jesús querían saber exactamente cuándo
podrían esperar experimentar los horrores que su
maestro predijo. ¿Cuándo regresaría Cristo? Cristo
respondió con una lección sobre las higueras.
“Cuando su rama se pone tierna y brotan las hojas,
sabéis que el verano está cerca. Así también, cuando
veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a las
puertas. De cierto os digo que no pasará esta generación
hasta que todo esto suceda” (vv. 32-34).
Jesús simplemente se aprovechó de lo que estaba cerca,
en este caso, una higuera, y lo utilizó para hacer su
ilustración, pero podría haber utilizado cualquier árbol
cercano.
El punto era este: todas las cosas suceden según un
tiempo preestablecido, así como la higuera florece y da
fruto en su tiempo. Todo sucede según su tiempo
señalado: hay “tiempo de nacer, y tiempo de morir;
tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado”
(Eclesiastés 3,2).
Jesús estaba diciendo a sus discípulos: “Quiero que estén
alertas sobre la proximidad de la destrucción de
Jerusalén. Aquí está cómo pueden saber cuándo su caída
es inminente. Seguramente seguirá a la Abominación de
la Desolación, como el verano sigue al brote de los higos”
. Antes de la caída de Jerusalem las diferentes facciones
judías luchaban dentro del Templo interrumpiendo el
Sacrificio y matando inclusive a lo Sacerdotes que lo
ofrecían.
En cuanto a saber el día y la hora de su regreso, Cristo no
tenía nada que compartir, es como si Cristo estuviera
diciendo: “Pero, por otro lado, cuando se trata del
tiempo y la proximidad de mi regreso y el fin de los
tiempos, ni siquiera yo sé cuándo ocurrirá ese día”.
El testimonio de Cristo es confiable.
Lo que Cristo dice es: “Pero de aquel día y de aquella
hora, nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el
Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32).
Aunque siempre fue uno con Dios, “la fuente infinita e
inmutable de todo conocimiento”como hombre, Jesús
podía aprender cosas; como hombre, no lo sabía todo. Y
El hablaba a hombres que no sabían de su divinidad.
Nosotros los humanos siempre buscamos el
conocimiento, pero con él, se alejan de Dios y confían en
sí mismos.
El “no saber”puede parecer cruel para nosotros, gente
impaciente, pero el Señor sabe lo que es mejor. No
debemos centrarnos en el fin de los tiempos. Los
“tiempos actuales” ya están aquí, y con ellos,
innumerables personas que aún no han oído hablar de
Jesús.
Los cristianos están llamados a cumplir la Gran Comisión,
sin importar lo que suceda antes de que pase esta
generación.
Maranatha!
מרנאתא