Hay tres señales y un signo que anuncian la Eucaristía:
1) El Mana Pan bajado del cielo y que Jesús se aplica a sí mismo en San Juan 6
2) La multiplicación de los panes, que enseña el poder de Jesús de hacer lo que quiere con los panes
3) El caminar de Jesús sobre las Aguas
4) Las. Bodas de Cana donde Jesús nos enseña que va a dar “vino nuevo”
Los cuatro son atacados y lo niegan frecuentemente gentes inescrupulosas en la Iglesia. Satanás odia la Eucaristía alimento que nos lleva al cielo.
1) El ataque al Mana…alguien dijo en un Sermón que el Mana “era excremento de pájaros que los judíos encontraron bueno por su paladar dañado por el polvo del desierto”.
El pueblo de Israel había sido liberado de Egipto con la promesa de llegar a la tierra prometida. Sin embargo, llevaban probablemente un mes y medio caminando en el desierto, agotados y frustrados por divagar sin ver una señal de aquel lugar tan anhelado. Y peor aún, sin tener agua ni alimento. Es aquí donde encontramos la historia del maná, en Éxodo 16.
El término “maná” es una transliteración del griego “man”, que proviene del hebreo “manu, expresión cuyo significado es impreciso. Sin embargo, algunos eruditos han sugerido que esta frase quiere decir: “¿Qué es esto?” (lat. man hu), lo que dijeron los israelitas cuando vieron la provisión de Dios (Éx. 16:15).
Este alimento especial venía acompañado de algunas instrucciones importantes para los israelitas: 1) debían recoger el maná cada día; 2) no debían almacenar el maná para el día siguiente; y 3) el sexto día recogerían una doble porción, pues descansarían el séptimo, ya que ese último día no habría maná del cielo.
Pero a pesar de toda la claridad de las instrucciones, leemos en los versos 20 y 27 que los israelitas “no obedecieron a Moisés, y algunos dejaron parte del maná para la mañana siguiente, pero crio gusanos y se pudrió. […] Y en el séptimo día, algunos del pueblo salieron a recoger, pero no encontraron nada”.
La provisión del maná era diaria, no semanal ni mensual, porque el Señor quería enseñarle a su pueblo (y a nosotros hoy) que, más allá del alimento físico, la mayor necesidad que tiene el hombre en esta vida —en medio del desierto— es una relación íntima que dependa de Él. ¡Necesitamos saber que Él es el Señor, y debemos conocer que Él es nuestro Dios!
Esa fue la razón por la cual Dios llevó a Israel al desierto y no directamente a la tierra prometida. En el versículo 4 dijo: “Yo haré llover pan del cielo para ustedes. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en Mi ley” (énfasis añadido). Después en la historia, al reflexionar sobre la experiencia del Éxodo, Moisés instruyó a la siguiente generación: “Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no Sus mandamientos” (Dt. 8:2).
2) El ataque a la Multiplicación de los panes.
El Milagro de la Multiplicación de los panes apunta a la Eucaristía igual que el caminar de Jesús sobre las aguas, ellos quieren desvirtuar esto para desvirtuar la Eucaristía (muchas veces lo hacen sin saber, solo por seguir «modas» en la FE)
Dice el Evangelio según San Juan 6,1-15.
«Después de esto, Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?». Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?».
Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada».
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al Mundo». Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña. «
Ahora bien, si Felipe dijo que «doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan» entonces quiere decir que sí era muchísima la gente que los seguía.
Hagamos un poco de cálculos:
1 denario = una jornada de trabajo, en dólares serían 11 USD.
200 denarios = 2200 USD
Obviamente estos números son para «jugar» un poco y no puedo pretender que Felipe tenía una calculadora en la mano… Pero 200 denarios de pan son mucho dinero. ¿Cuántos panes me puedo comprar con 2200 USD?
Sigamos calculando:
1 pan grande = 1 USD acá en Miami. Entonces tendría 2200 panes aproximadamente… y que de un pan coman dos personas: tengo 4400 personas comiendo.
¿Para qué sirve todo esto?
Algunos argumentan que los cinco mil hombres es una cifra representativa, es decir, que no eran cinco mil sino muchos. A esto le llaman números gemátricos, es decir, números que no miden una cantidad, sino que tienen un significado concreto para esa cultura (algo así como cuando uno dice que alguien iba muy rápido en un carro: «iba a 1000», aunque en verdad esa no era la velocidad).
A mí, en mi ignorancia, me gusta pensar en que sí era mucha gente. No sé cuántos, pero los 200 denarios me hablan de muchísima gente. Y también me gusta pensar en una multiplicación de los panes en la que Jesús VERDADERAMENTE dio de comer a esa multitud multiplicando los panes, o ¿acaso no era Dios? ¿Acaso Dios, que es capaz de hacer lo MÁS no va a ser capaz de hacer lo menos? ¿Si Dios confecciona la Eucaristía por manos de un Sacerdote, y convierte en su Cuerpo lo que antes no lo era, no será capaz convertir pan de lo que antes no lo era? Negar la multiplicación de los panes como algo imposible (negar lo menos), ¿no puede desembocar en negar la Eucaristía (porque también parece imposible, y sería negar lo MÁS)?
Si la multiplicación de los panes fue simplemente una narración literaria en la cual se habla del «pan de la palabra» ¿entonces por qué la gente quiso hacer rey a Jesús en esta ocasión y en otras no?
Al respecto comparto las opiniones de S. Légasse y X. Léon-Dufour:
“En cuanto al intento de desmitologizar el prodigio viendo en su origen un simple reparto de provisiones, lo único que debemos desear es que esta torpe explicación desaparezca para siempre de la literatura.” (S. Légasse, en: X. Léon-Dufour, o.c., p. 120).
“Este milagro no tiene nada que ver con una excursión en la que se reparte la merienda, sino que tiene como punto de referencia la figura de Dios alimentando a su pueblo en el desierto.” (X. Léon-Dufour, o.c., pp. 321-322).
Esto nos lleva a las siguientes conclusiones:
• Interpretación diversa, acuerdo en el fondo
. Cada evangelista narra el hecho desde su propia perspectiva, dando detalles levemente diferentes y aportando matices complementarios a su interpretación teológica.
• Discontinuidad
La multiplicación de los panes evoca diversos episodios del Antiguo Testamento y hace surgir la cuestión del Reino de Dios y del Mesías. Los judíos del tiempo de Jesús esperaban a un nuevo Moisés que habría de renovar el gran prodigio de la época del Éxodo. Ilustraré este punto con dos citas: “En aquel tiempo el maná guardado en reserva volverá a caer y comerán de él durante años, ya que todos han llegado al final de los tiempos” (Apocalipsis de Baruc).
“¿Qué signos quieres hacernos para que te creamos? ¿Qué obra vas a hacer? Nuestros padres comieron el maná en el desierto” (Juan 6,30-31).
No obstante, Jesús rompe con la idea corriente en Israel de un Mesías político y de un Reino mundano al sustraerse a los intentos de la gente que quiere nombrarlo rey, suscitando incluso la incomprensión de sus discípulos. Después de la multiplicación de los panes se pone en evidencia que Jesús pretende liberar a Israel por un camino totalmente inesperado para sus contemporáneos (anuncios de la Pasión).
• Conformidad
El sentido del signo de la multiplicación de los panes está en concordancia con el resto de la revelación cristológica y tiene funciones y significados análogos a los del resto de los milagros de Jesús.
• Estilo de Jesús
A pesar del carácter singularmente maravilloso de este prodigio, no pertenece al terreno de la magia. Jesús actúa, como en los demás milagros, con sencillez y por su propia autoridad. La sobriedad de los relatos hace eco a la del propio Jesús: no dicen cómo se obró el prodigio, sino que todos los invitados comieron hasta saciarse y que se recogieron restos en abundancia.
• Inteligibilidad interna del relato
Los relatos de la multiplicación de los panes tienen una estructura interna coherente, se insertan adecuadamente en el contexto de la crisis de la misión pública de Jesús y se relacionan perfectamente con otros misterios de la vida de Jesús.
• Explicación necesaria
Sólo la realidad histórica del milagro es capaz de explicar y armonizar los siguientes elementos:
Como consecuencia de aquel suceso, Jesús fue considerado como el profeta esperado y se le quiso proclamar rey (cf. Juan 6,14-15). Jesús se rehusó a ser rey, lo cual decepcionó a muchos de sus discípulos, que dejaron de seguirlo (cf. Juan 6,66).
Después de la multiplicación de los panes recrudecieron las discusiones de Jesús con los fariseos y saduceos, quienes le pedían que hiciera una señal (cf. Mateo 16,1-4; Marcos 8,11-13; Lucas 11,29-32; Juan 6,30-31).
Este episodio, al principio incomprendido por los apóstoles (cf. Mateo 16,5-12; Marcos 8,14-21; Lucas 12,1), resultó sin embargo fundamental en su camino hacia la fe en la mesianidad de Jesús (cf. Mateo 16,13-20; Marcos 8,27-30; Lucas 9,18-21; Juan 6,69).
Además, Andrés, hermano de Simón Pedro le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? (Vr. 8-9). Andrés en contraste con Felipe, había investigado cuales eran los recursos de que disponía la multitud y él sabía que no había más, todo lo que había era el almuerzo de un muchacho. La incapacidad humana preparo el escenario para una manifestación de la compasión y poder de Dios».
¿¿Hay otras consideraciones…si cada uno traía lo justo para si, como es que sobraron doce canastas??
La primera Multiplicación de los panes abre el capítulo 6 del evangelio de Juan. Más adelante Jesús se encuentra con las mismas personas en la ciudad de Cafarnaúm, que habían ido a buscarlo.8 Jesús les dijo que no fueron a buscarlo por haber visto signos [milagros], sino porque habían comido hasta saciarse, y que tiene que trabajar por el alimento imperecedero «que permanece hasta la Vida eterna»9 (ver Profecía de Amós 8.11). Ellos contestaron que sus antepasados habían comido del pan de Dios, el maná del desierto, pero el Nazareno les contestó que ese pan no era de Moisés -como ellos creían- sino que el verdadero Pan descendía del Cielo y venía de Dios. Entonces dijo:
«Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre. El que cree en mí jamás tendrá sed.» (Jn 6.35)» Sus padres, en el desierto, comieron maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo.» (Jn 6.51)» Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente.» (Jn 6.58).
Se ha planteado, además, un paralelismo entre la multiplicación de los panes y la Última Cena.
Esta idea se refuerza porque se utilizan los mismos verbos en ambos pasajes, que se puede notar aún sin saber griego viendo el texto resaltado:
Marcos 6.41: ΚΑΙ ΛΑΒΩΝ ΤΟΥΣ ΠΕΝΤΕ ΑΡΤΟΥΣ ΚΑΙ ΤΟΥΣ ΔΥΟ ΙΧΘΥΑΣ ΑΝΑΒΛΕΨΑΣ ΕΙΣ ΤΟΝ ΟΥΡΑΝΟΝ ΕΥΛΟΓΗΣΕΝ ΚΑΙ ΚΑΤΕΚΛΑΣΕΝ ΤΟΥΣ ΑΡΤΟΥΣ
Marcos 14.22: ΚΑΙ ΕΣΘΙΟΝΤΩΝ ΑΥΤΩΝ ΛΑΒΩΝ ΑΡΤΟΝ ΕΥΛΟΓΗΣΑΣ ΕΚΛΑΣΕΝ ΚΑΙ ΕΔΩΚΕΝ ΑΥΤΟΙΣ ΚΑΙ ΕΙΠΕΝ ΛΑΒΕΤΕ ΤΟΥΤΟ ΕΣΤΙΝ ΤΟ ΣΩΜΑ ΜΟΥ
Por último, leamos con detenimiento estos pasajes evangélicos
San Mateo 16:8-10
8 Mas Jesús, dándose cuenta, dijo: «Hombres de poca fe, ¿por qué estáis hablando entre vosotros de que no tenéis panes? 9 ¿Aún no comprendéis, ni os acordáis de los cinco panes de los 5.000 hombres, y cuántos canastos recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes de los 4.000, y cuántas espuertas recogisteis?
San Marcos 8:18-21
18 ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de 19cuando partí los cinco panes para los 5.000? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?» «Doce», le dicen. 20 «Y cuando partí los siete entre los 4.000, ¿cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?» Le dicen: «Siete.» 21Y continuó: «¿Aún no entendéis?»
¿¿Acá vemos como el Señor Jesús mucho después del hecho les recuerda a los Discípulos la Multiplicación de los panes?? ¿Si no paso, para que se los iba a recordar? (a no ser que vengan ahora a decir que tampoco Jesús dijo esto y entonces el Evangelio sería un cuento de viejas.
3) El ataque a Jesús que camina sobre las Aguas
¡¡¡¡En esto he llegado hasta leer que Jesús camino sobre témpanos de hielo…en el mar de Galilea!!!!
El relato de Jesús caminando sobre el agua se registra tres veces en las Escrituras. Es significativo notar que son Mateo, Marcos y Juan, tres de los discípulos de Jesús, quienes cuentan la historia.
¿Por qué Jesús caminó sobre el agua? ¿Qué significa?
Jesús camina sobre el agua en Marcos 6
Tome nota del tono de Mark al principio y cómo cambia al final. El número de los hombres que habían comido era cinco mil.
Inmediatamente hizo que sus discípulos subieran a la barca y fueran delante de él a la otra orilla, a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Y después de despedirse de ellos, subió al monte a orar.
Y cuando llegó la tarde, la barca estaba en el mar, y él estaba solo en tierra. Y vio que avanzaban con dificultad, porque el viento soplaba en contra. Y hacia la cuarta vigilia de la noche vino hacia ellos, caminando sobre el mar. Quería pasar junto a ellos, pero cuando lo vieron caminando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y gritaron, porque todos lo vieron y quedaron aterrorizados.
Pero en seguida les habló y les dijo: Confiad; soy yo. No tengáis miedo”. Y subió con ellos a la barca, y cesó el viento. Y quedaron estupefactos, porque no entendían lo de los panes, pero su corazón se endureció (Marcos 6, 44-52).
Mark comienza con un tono natural, pero termina con asombro. Cuando Jesús subió a la barca, el viento cesó y quedaron asombrados. El peligro había pasado. No entendieron. Su falta de comprensión y sus “corazones endurecidos” no impidieron que Jesús los ayudara.
Jesús camina sobre el agua en Juan 6
Juan (conocido como el discípulo a quien Jesús ama) era el amigo más cercano de Jesús. Él notó y registró muchas cosas que los demás no notaron. que ves aquí?
Después que la gente vio la señal que Jesús había hecho, comenzaron a decir: “Seguramente éste es el Profeta que ha de venir al mundo”. Jesús, sabiendo que pretendían venir y hacerlo rey por la fuerza, se retiró otra vez solo a un monte.
Al anochecer, sus discípulos bajaron al mar, subieron a una barca y cruzaron el mar hacia Cafarnaúm. Ya estaba oscuro y Jesús aún no había venido a ellos. El mar se puso agitado porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unas tres o cuatro millas, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca, y se asustaron. Pero él les dijo: “Soy yo; No tengas miedo.” Entonces se alegraron de subirle a la barca, y en seguida la barca llegó a la tierra adonde iban (Juan 6, 14-21).
San Juan entendió que la alimentación de los cinco mil era una señal. También tomó nota de lo que la gente tenía que decir al respecto y cómo respondió Jesús. A diferencia de Marcos, Juan no registra las instrucciones de Jesús para cruzar el lago, sino que atribuye la iniciativa a los discípulos para hacer lo que saben. Luego, cuando se encontraron en problemas, aceptaron felices a Jesús en la barca e inmediatamente llegaron a donde iban.
Jesús camina sobre el agua en Mateo 14
El relato de Mateo profundiza más en la situación de los otros dos.
Todos comieron y se saciaron, y los discípulos recogieron doce cestos llenos de los pedazos que sobraron. El número de los que comieron fue unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Inmediatamente hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Y después de despedir a la multitud, subió solo al monte a orar. Cuando llegó la noche, él estaba allí solo, pero la barca ya estaba muy lejos de tierra, batida por las olas, porque el viento era contrario.
Y a la cuarta vigilia de la noche vino a ellos, caminando sobre el mar. Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, se asustaron y dijeron: “¡Es un fantasma!” y gritaron de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: Confiad; soy yo. No tengáis miedo”.
Y Pedro le respondió: “Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre el agua”. Él dijo: “Ven”. Entonces Pedro salió de la barca, caminó sobre el agua y se acercó a Jesús. Pero cuando vio el viento, tuvo miedo y, comenzando a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. Jesús en seguida extendió su mano y lo asió, diciéndole: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Y cuando subieron a la barca, el viento cesó. Y los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios (Mateo 14, 20-33).
Al igual que Marcos, Mateo registra a Jesús dando instrucciones y la situación como si la informara para las noticias. Sin embargo, Mateo es el único que registra la respuesta de Pedro a la situación y su posterior declaración de la deidad de Jesús.
Significado de Jesús caminando sobre el agua
La hazaña milagrosa de Jesús caminando sobre el agua, escrita en tres de los Evangelios, se produjo justo después de Su maravillosa alimentación de los 5.000 con sólo cinco panes y dos peces (Mateo 14:17). Pero fue la revelación de Jesús caminando sobre el agua la que, más que cualquier otra, convenció a los discípulos de Jesús de que Él era sin duda el Hijo de Dios.
Jesús demostró tener dominio sobre los elementos naturales y sobre su cuerpo, algo que sólo Dios puede hacer. Mostró esta verdad a los discípulos que fueron testigos de su divinidad y respondieron con una confesión de fe en Jesús como Dios: “Y cuando subieron a la barca, el viento cesó. Y los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: “En verdad eres el Hijo de Dios.” (Mateo 14, 32-33).
4) Ataque a las Bodas de Cana.
También los mismo que niegan el Mana, la Multiplicación de los Panes, El caminar sobre las aguas, niegan las Bodas de Cana y dicen que son simbólicas. Veamos
En la boda los novios no aparecen, no son protagonistas; el que aparece el primer plano es Jesús, quien es el que agasaja con vino excelente. Recuerda a la imagen de la boda o banquete de celestial, que quien invita gratuitamente a todos es Dios. En la Creación del hombre el pacto con Dios se iba a cerrar el séptimo día con la unión del hombre y la mujer (boda) este acto no se llevo a cabo por la insidia del demonio y de este matrimonio fallido nació una generación en pecado. Acá después del primer capítulo de San Juan que no es mas que otro relato de la Creación de forma mística, y así comienza este Evangelio (en el principio) vemos y una boda y en ella un hombre, Jesús y una mujer, María, ambos llenos de Gracia, ambos en fidelidad al Creador y si de la primera boda fallida nació una generación de pecadores, de esta boda nacerá una generación de santos. Esta es la verdadera boda, no física, sino espiritual que anuncia la gran boda del Cordero y de la Iglesia y su gran fiesta nupcial, la Eucaristía. Es en la Eucaristía donde Jesús nos va a dar ese vino nuevo de boda que nos llevara a la vida eterna.
El significado de este hecho milagroso de Jesús es muy grande y muy profundo. San Juan, al narrar el milagro del agua convertida en vino (y en un banquete de bodas), ya está adelantando una relación matrimonial de Jesús con la humanidad salvada, en la que la boda se celebra con un vino nuevo, la propia sangre de Cristo. Este milagro-signo sería casi como una representación adelantada de la redención. Una redención en que habrá un vino que nadie había probado antes, y que es una verdadera fiesta de bodas, porque todo lo que reina ahí es el amor. Y a este nuevo banquete de bodas están invitados especialmente sus seguidores y de forma particular la Virgen María. Cuando narre Juan la crucifixión de Jesús también subrayará que de su costado brotó sangre y agua; esto ocurre en la última escena de la Redención. Y hay ahí una alusión del agua convertida en vino, que es la primera escena de la obra de la Redención. San Juan subraya por eso, que el milagro de las bodas de Caná es el primer signo que hizo Jesús.
Pero además hay muchas más consideraciones que podemos sacar de esta escena cargada de simbolismo. Jesús transforma el agua en vino. Esto está adelantando todos los milagros “invisibles” que se realizan en cada sacramento, y en cada uno de ellos hay una transformación, como la del agua en vino. En el sacramento del bautismo, es el agua corriente que adquiere una fuerza salvadora y purificadora, que antes no tenía: es un agua transformada por la presencia de Jesús. Y lo mismo pasa en cada sacramento, y especialmente en la Eucaristía, donde hay además la transformación de la misma sustancia del pan y del vino. Pero en todos los sacramentos hay algún tipo de transformación del material empleado, y en todos se produce por la presencia y la intervención de Cristo. Podríamos decir así que cada sacramento es una especie de “bodas de Caná”.
Es por esto por lo que estos tres grandes milagros que son más bien Signos están siendo hoy atacados y puestos en duda. No es un ataque al milagro en sí, es un sutil ataque a la Eucaristía la cual es odiada por el demonio pues es la que nos resucitara en el último día.
No caigas en esa trampa.
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.”
San Juan 6, 54