Uno de los errores que que cometemos muchas veces al estudiar las Escrituras es hacerlo sin importar el contexto o el trasfondo histórico de lo que leemos o estudiamos y sin conocer que inspiro el Señor (sobre todo en la profecía).
Uno de los grandes males es estudiar la Palabra con mentalidad del Siglo XXI. Quien hace eso jamás entenderá el propósito del Señor al revelarse.
Dice el Catecismo de la Iglesia:
109 En la sagrada Escritura, Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a lo que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras (cf. DV 12,1).
110 Para descubrir la intención de los autores sagrados es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura, los «géneros literarios» usados en aquella época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. «Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios» (DV 12,2).
Un ejemplo de este tipo de error ha llevado a muchas falsas interpretaciones y confusiones. Hablo del del Discurso del Señor en el Monte de los Olivos (San Mateo 24)
Los judíos en la época en que el Señor llevo a cabo su Ministerio Mesiánico pensaban que el Mesías vendría con un ejército para librar a los judíos y establecer un reino terrenal.
Los discípulos esperaban que el Mesías trajera grandes cambios mundiales donde Israel estaría a la cabeza de las naciones en poder político y religioso. El interés principal de ellos estaba en la Nación de Israel y específicamente en el Reino de Judá. Esperaban a un Mesías para que los liberara de la esclavitud de otras naciones.
Los discípulos no pesaban en la muerte de Jesús y mucho menos en la resurrección de Jesús y mucho y ni hablar de la Segunda Venida.
Acá llegamos al Capítulo 24 del Evangelio de San Mateo que es nuestra meta:
“1.Salió Jesús del Templo y,
cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones
del Templo. 2. Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro no
quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida.»”
Mateo, 24 –
Los judíos pensaban que el Templo jamás seria destruido y que por este motivo Dios permanecería entre ellos. El Templo en época de Herodes era una de las grandes maravillas de la época y los judíos estaban enormemente orgullosos de él. Las palabas de Jesús tienen que haber sonado tremendamente perturbadoras a ellos
Y estando Jesús sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3).
Vemos que los discípulos le hacen a Jesús dos preguntas en una:
1) Cuando será la destrucción del Templo
2) Cuando será el fin de los tiempos
Jesús va a contestar con una profecía que da respuestas a ambas preguntas.
Muchas profecías bíblicas son duales. En tales casos, un profeta habla bajo la inspiración de Dios y se lleva a cabo el primer cumplimiento de la profecía. Después, generalmente al final de esta era se materializa el segundo cumplimiento. Jesús va a seguir esta forma de Profecía.
¿A que “fin” se estaba refiriendo Jesús en esas palabras?, obviamente e estaba refiriendo al fin del templo de Jerusalén. La palabra griega que ha sido traducida por “fin” en Mt.24:6, Mr.13:7 y Luc.21:9 es la palabra “télos”, que significa “meta, el punto al que se apunta como límite, la conclusión de un acto o estado, extremo, fin, finalmente”. Sin embargo, la palabra griega traducida por “fin” que aparece en San Mateo 24:3 es otra palabra muy diferente, es “suntéleia”, y significa “completar por entero, consumación, fin”. Por consiguiente, Jesús hablo de dos tipos de fin, el fin del templo de Jerusalén (télos) y el fin del mundo o fin de esta era (suntéleia), el cual sucederá cuando él venga en gloria a la tierra.
Cada uno de esos dos “fin” tiene su propia señal El fin o destrucción del templo de Jerusalén tuvo su señal en el año 70, y el fin de esta era o fin del mundo también tendrá su señal, y será la señal de la venida del Hijo del hombre.
Jesús va a hablar de la Destrucción del Templo y el cese del culto y de la Primera Alianza. Jesús no va a describir tampoco el fin del mundo, sino que lo va a anunciar con palabras ya existentes del Antiguo Testamento (Daniel, Jeremías, etc.).
El hablar del futuro con palabras del pasado nos quita toda referencia a actos cronológicos. No ofrece una descripción del futuro, sino que nos muestra solamente el camino recto hasta su venida.
Las palabras apocalípticas de Jesús no tienen que ver con la adivinación. Él quiere apartarnos de la curiosidad por las cosas fútiles y llevarnos a lo esencial.
El tema principal de Mateo 24 es la destrucción de Jerusalén y del templo, tal como ocurrió en el año 70 DC, es a partir del versículo 35 de este capítulo, es donde comienza a relaciona con los primeros eventos anunciados con su segunda venida.
La clave para poder diferenciar ambas profecías está en el versículo 34, en éste se indica que las profecías correspondientes a los versículos anteriores se cumplirían en esa misma generación que conoció a Cristo y oyó sus sermones. Esto se cumplió como veremos a continuación.
Jesús en el versículo 29, se va a referir a la destrucción de Jerusalén, son símbolos usados para indicar el juicio de Dios sobre Jerusalén por la no consumación de la Alianza por parte de ellos, va a indicar el final del mundo judío y del templo y el culto.
Con esta explicación, Jesús les está profetizando, y avisando, a sus discípulos que Jerusalén que el templo caería poco después de su muerte y resurrección
En los capítulos 24 y 25 de San Mateo, Jesús responde a las preguntas de sus discípulos hablándoles con la mentalidad de ellos sobre el tema del fin del templo de Jerusalén, que la creencia popular creía que ocurriría el día del fin del mundo.
El Señor hablando con la mentalidad de aquéllos tiempos, habla primeramente dela destrucción del templo uniéndola con el fin de los tiempos y su segunda venida. Esto no ocurriría así porque serían dos eventos diferentes, en el versículo 34, indica que aunque estaba hablando de dos acontecimientos seguidos, se sucederían en épocas bien distintas.
Flavio Josefo, historiador judío que acompaño a tras tropas romanas en el sitio y caída de Jerusalén nos da una gran cantidad de destalles en sus capítulos 6 y 7 del Libro “La Guerra de los Judíos” veamos como él cuenta y veamos cómo se cumplió San Mateo 24.
A) “5.Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos.”
Falsos mesías de la época:
Manehem nieto de Judas de Seforis (66 AD) Juan de Giscala, hijo de Levi (67-70 AD) Simon Bar Giora de Gerasa (68-70 AD)
B) “6.Oiréis también hablar de guerras y rumores de
guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no
es todavía el fin.” “7.Pues se levantará nación contra nación y reino
contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos.”
Guerras: Tácito, el conocido historiador romano, dijo de este período: “La historia sobre la que estoy escribiendo es de un período rico en desastres, terrible, con batallas, rasgado por enfrentamientos civiles, horrible aun en tiempos de paz. Cuatro emperadores cayeron por la espada; hubo tres guerras civiles, más guerras extranjeras, y con frecuencia ambas al mismo tiempo‖ (Las Historias, 1:2). Josefo habla de un día en el cual ―Al mismo día y a la misma hora los de Cesárea mataron, como por cierta divina providencia, a cuantos judíos allí vivían, de manera que murieron en un mismo tiempo más de veinte”
Terremotos. Marcellus Kik dijo, ―Y en cuanto a los terremotos, muchos son mencionados por escritores justo durante el período previo al 70 DC. Hubo terremotos en Creta, Esmirna, Mileto, Chios, Samos, Laodicea, Hierápolis, Colosas, Campania, Roma y Judea. Es interesante observar que la ciudad de Pompeya fue muy dañada por el terremoto que ocurrió el 5 de Febrero del 63, DC‖. (Una Escatología de la Victoria, p. 93)
“9.«Entonces os entregarán a la tortura y os
matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.”
En el libro de los Hechos de los Apóstoles se describe perfectamente como los cristianos de Jerusalén fueron perseguidos por los judíos religiosos fanáticos, Esteban, Santiago el Justo, el apóstol Pablo después de su conversión a Jesús, el cual fue llevado ante reyes y gobernadores para ser juzgado. Muchos de esos cristianos judíos fueron encarcelados, azotados y muertos por los propios judíos anticristianos. Hechos de los Apóstoles nos habla de los sufrimientos de San Pablo y otros que fueron entregados a las sinagogas de los judíos y llevados a las cárceles, y también serían llevados ante reyes y gobernadores por causa de su nombre, en el año 65 DC comenzó la gran persecución de los cristianos por Nerón
“11.Surgirán muchos falsos profetas, que
engañarán a muchos.”
Dice Flavio Josefo:
5. Pero había un falso profeta egipcio que hizo más daño a los judíos que los anteriores; porque era un estafador, y pretendía ser profeta también, y reunió a treinta mil hombres engañados por él; a éstos condujo desde el desierto hasta el llamado Monte de los Olivos, y estaba listo para, desde este lugar, tomar a Jerusalén por la fuerza; y si hubiese podido derrotar a la guarnición romana y al pueblo una sola vez, se proponía dominarlos con la ayuda de los guardias que debían irrumpir en la ciudad con él. Pero Félix impidió este intento, y lo enfrentó con sus soldados romanos, mientras todo el pueblo le ayudó en su ataque contra ellos, de manera que, cuando se inició el combate, el egipcio huyó junto con algunos otros, mientras que la mayor parte de los que le acompañaban fueron o destruidos o tomados vivos; pero el resto de la multitud fue dispersado, y se fueron cada uno a su propia casa, y allí se ocultaron.
6. Ahora bien, cuando estas gentes se aquietaron, sucedió, como ocurre en un cuerpo muerto, que otra parte estaba sujeta a inflamación; porque se reunió una compañía de engañadores y ladrones, y persuadieron a los judíos para que se rebelaran, y les exhortó a declarar su libertad, infligiendo la muerte a los que continuaban obedeciendo al gobierno romano, y diciendo que los que escogieran voluntariamente la esclavitud deberían ser obligados a abandonar tales deseadas inclinaciones; porque se separaron en diferentes grupos, y poniéndose al acecho a lo largo de todo el país, saqueaban las casas de los hombres importantes, y mataban a los mismos hombres, e incendiaban las poblaciones; y esto ocurrió hasta que toda Judea estuvo llena de los efectos de la locura de ellos. Y así, las llamas eran avivadas más y más todos los días, hasta que estalló la guerra directa.
2. “Un falso profeta fue la causa de la muerte de esta gente, pues ese mismo día había anunciado públicamente que Dios les había ordenado subir al templo, porque allí recibirían señales milagrosas de su liberación. Había entonces gran número de falsos profetas, que habían sido sobornados por los tiranos para hacer creer al pueblo, que denunciaba esto a los tiranos, que debían esperar la liberación de parte de Dios. Y esto era para impedir que desertaran y para que tal esperanza fortaleciera su ánimo por encima de su temor y sus preocupaciones. Ahora bien, un hombre en una situación adversa cree fácilmente tales promesas, pues, cuando un engañador le hace creer que será librado de las miserias que lo oprimen, entonces es cuando se llena de esperanza de tal liberación.
(Josefo, Las Antigüedades de los Judíos, 20:8:10) ―…Jonatás, hombre muy malo, urdidor de oficio, persuadió a muchos de los ignorantes que lo esperasen, y llevólos por las soledades y desiertos, prometiéndoles mostrarles señales e imágenes de las almas… aunque la mayor parte murió peleando; pero presos algunos vivos, fueron presentados a Catulo‖. (Josefo, Las Guerras de los Judíos, 7:31) ―Causa de la muerte de éstos había sido un falso profeta, el cual había predicado el mismo día en la ciudad, que Dios los mandaba subir al templo por darles señal y respuesta de su salud y salvación, porque muchos profetas sobornados entonces por los tiranos, denunciaban al pueblo que esperasen el socorro de Dios y no tuviesen cuidado de guardarse y menos de huir de ellos, y los que no temían, ni se guardaban, se detuviesen también mucho mejor con la esperanza que les daban estos falsos profetas‖. (Josefo, Las Guerras de los Judíos, 7:11)
“12.Y al crecer cada vez más la iniquidad, la
caridad de la mayoría se enfriará.”
Dice Flavio Josefo:
Cuando el país fue purgado de estas gentes, surgió en Jerusalén otro tipo de ladrones, que eran llamados sicarios, y mataban de día y en medio de la ciudad; esto lo hacían principalmente durante las fiestas, cuando se mezclaban entre la multitud y ocultaban dagas bajo sus ropas, con las cuales apuñalaban a sus enemigos; y cuando alguno caía muerto, los asesinos se convertían en parte de los que se indignaban contra ellos; por este medio, parecían personas de tal reputación que de ninguna manera podían ser descubiertos. El primer hombre que fue asesinado por ellos fue Jonatán el sumo sacerdote,
10. … Este Simón, que estaba fuera del muro, era para el pueblo un terror mayor que los romanos mismos, lo mismo que los zelotes dentro del muro eran una carga más pesada que tanto los hombres de Simón y los romanos juntos. Y durante este tiempo, las ingeniosas picardías y el valor [de Juan] corrompieron el grupo de galileos. Estos galileos habían adelantado a este Juan y le habían hecho muy poderoso, y él les había retribuido la autoridad que había obtenido por medio de ellos. Les permita hacer todo lo que deseaban, y su inclinación al saqueo era insaciable, así como su celo por saquear las casas de los ricos. Para ellos, asesinar a los hombres y abusar de las mujeres era como un deporte. Además, devoraban el despojos que tomaban, junto con la sangre y se comportaban con femenino abandono, sin ningún límite, hasta que se saciaban. Se adornaban el cabello, se ponían ropa de mujer, y se ponían ungüentos y, para parecer más atractivos, se pintaban debajo de los ojos e imitaban, no sólo los adornos, sino también la lujuria de las mujeres, y eran culpables de una suciedad tan intolerable que inventaron placeres ilegítimos de esa clase.
3. Esta era ahora una situación miserable, un espectáculo que apropiadamente llenaría de lágrimas nuestros ojos, la actitud que los hombres asumían con relación a su alimento. Mientras los más fuertes tenían más que lo suficiente, los más débiles se lamentaban [por falta de alimento]. Pero el hambre era demasiado fuerte para todos los otros deseos y destruye hasta la modestia. Porque lo que de otro modo era digno de reverencia, en este caso era despreciado, por cuanto los niños les quitaban a sus padres de la boca el mismo bocado que estaban comiendo. Y lo que era más triste, las madres hacían lo mismo con sus recién nacidos. Cuando los que eran más queridos morían en sus manos, no les daba vergüenza quitarles las últimas gotas del alimento que les podrían haber preservado la vida. Y mientras comían de esta manera, no se ocultaban para hacerlo.
“15.«Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda), 16.entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; 17.el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa; 18.y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto.”
El lugar
santo se refiere a la ciudad de Jerusalén y a sus alrededores, y también se
refiere al templo de Jerusalén (Jn.11:48, Hch.6:13, Heb.9:2) El profeta Daniel
habló de esa abominación desoladora en Daniel 9:27, 12:11 para referirse a los
ejércitos que destruirían Jerusalén, y esos ejércitos fueron las legiones
romanas, las cuales arrasaron Jerusalén y el templo en el año 70.
Josefo también nos habla del triste estado en que cayó el Templo antes del arribo de Tito, el general romano. ―Juntado ya todo el pueblo para oír el razonamiento, estaban todos muy enojados viendo el templo y las cosas sagradas ocupadas, las rapiñas, hurtos y muertes que se hacían; pero no se veían aún bastantes para tomar venganza…Estando en medio de ellos Anano, y mirando muchas veces sus leyes, dijo con los ojos llenos de lágrimas: “Más razón sería que yo muriese antes de ver cosas tan malas y nefandas en la casa de Dios, y antes que ver los lugares santos y secretos, tan frecuentados por pies de hombres malos‖. (Las Guerras de los Judíos, 4:5:5). Antes de la destrucción de Jerusalén el templo se convirtió en lugar de reunión de hombres malos. Jesús instruyó a sus discípulos a que cuando vieran tal ―abominación desoladora‖, debían ―huir a los montes.
Dice Josefo que antes del final el general Tito, después de profanar el templo, por alguna causa desconocida, retiró sus tropas por un tiempo breve antes de poner sitio a la ciudad. Dice que durante ese tiempo huyeron muchos judíos; sin duda, entre ese número eran muchos cristianos.
6. Por lo que concierne a Juan, cuando ya no pudo saquear a la gente, se volvió sacrílego, y fundió muchos de los utensilios sagrados que habían sido regalados al templo. Fundió también muchos de los vasos que eran necesarios para los que ministraban las cosas sagradas, como calderos, platos, y mesas. No sólo eso, sino que no se detuvo, y también fundió los vasos de libaciones que habían sido enviados por Augusto y su esposa, pues los emperadores romanos siempre honraban y adornaban este templo, mientras que este hombre, que era judío, se apoderaba de lo que extranjeros habían donado y les decía a los que estaban con él que era correcto usar las cosas divinas con tal de que ellos luchasen sin temor a favor de la Divinidad, que los que combatían por el templo debían vivir del templo. En consecuencia, vació los vasos de aquel vino sagrado y de aquel aceite sagrado, que los sacerdotes guardaban para ser vertidos sobre los holocaustos y que estaban en el atrio interior del templo, y los distribuyó entre la multitud. Al ungirse a sí mismos y beber, [cada uno de ellos] usó más de un hin.
Este pasaje no se refiere en ninguna manera al fin de los tiempos. Al fin de los tiempos no habrá para donde escapar, acá Jesús habla de eventos locales. Cuando esta (abominación desoladora) ocurriera, aquellos en ―Judea debían huir a las montañas. Jerusalén Rodeada En el relato de Lucas del discurso, Jesús también les dijo a los discípulos que ―Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
19.¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos
días!”
Los soldados también llegaron al resto de los claustros que había en el atrio exterior del templo, a donde habían huido las mujeres y los niños, así como una gran muchedumbre de como seis mil personas. Pero, antes de que César decidiera lo que iba a hacer con estas personas o les hubiese dado órdenes a los comandantes en relación con ellos, los soldados, que estaban muy furiosos, incendiaron al claustro. Fue así como sucedió que algunas de estas personas murieron al lanzarse de cabeza, y otros se quemaron en los mismos claustros. Ni uno solo de ellos escapó con vida.
3. Así, pues, ahora los judíos habían perdido toda esperanza de escapar, junto con la libertad de salir de la ciudad. La hambruna aumentó y devoró al pueblo por casas enteras con sus familias. Las habitaciones superiores estaban llenas de mujeres y niños que morían de hambre, y los senderos de la ciudad estaban llenos de cadáveres de ancianos. También los niños y los jóvenes vagaban como sombras por los mercados, todos hinchados por el hambre, y caían muertos dondequiera que su miseria les sobrecogía.
Ellos exclamaban en alta voz en el lenguaje de su propio país: “¡VIENE EL HIJO!” (27). De modo que los que estaban en la trayectoria de la piedra se apartaban y se arrojaban al suelo. De esta manera, y como además se protegían a sí mismos, la piedra caía sin hacerles ningún daño. Pero los romanos encontraron la manera de evitar esto pintando las piedras de negro, y así lograban apuntar y disparar con más éxito, pues la piedra no podía ser vista de antemano, como hasta ese momento. Mataron a muchos judíos con un solo golpe…
“29.«Inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las
estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.”
Nos cuenta Josefo que los romanos quemaron todos los montes y sembrados de olivos y que el humo era tal que no se sabía si era de día o de noche. Espantosos Eventos del Cielo. Josefo nos habla de un tiempo cuando ―Sucedió que aquella noche hizo muy gran frío, levantáronse vientos muy bravos, y vino grande agua, muchos rayos y horribles truenos; sintieron que la tierra temblaba, por lo cual todos estaban ya muy ciertos que por destrucción de los hombres el estado del mundo se confundía, porque aquellas señales no manifestaban haber de ser algo que poco importase‖. (Las Guerras de los Judíos 4:7) En otra ocasión Josefo escribió, ―Una vez cuando apareció la estrella como una espada ardiente encima de la ciudad, y duró la cometa todo el espacio de un año entero; también cuando antes de la guerra y rebelión primera…se mostró tanta lumbre alrededor del altar y alrededor del templo, que parecía ciertamente ser un día muy claro, y duró esto media hora larga…La puerta oriental del templo interior, siendo de cobre muy grande y muy pesada, la cual apenas podían cerrar cada noche veinte hombres, y tenía los cerrojos todos de hierro y las aldabas muy altas, las cuales daban en lo hondo de una piedra muy grande, que estaba en el umbral de la puerta, se mostró abierta una noche a las seis horas, sin que alguno llegase a ella‖. (Las Guerras de los Judíos, 7:12:5). “Además, un profundo silencio y una oscuridad mortal se habían apoderado de la ciudad”.
“34.Yo os aseguro que no pasará
esta generación hasta que todo esto suceda.”
Notemos que el versículo 34 dice: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.” La palabra griega que fue traducida generación quiere decir: “De toda la multitud de los hombres viviendo al mismo tiempo.
- Mateo 11:16 “Mas ¿a qué compararé esta generación? . . .”. (Sin duda, Jesús habló de la generación que vivía cuanto Él estaba en la tierra.)
- Mateo 12:41 “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán. . .”.
- Mateo 23:36 “De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación”.
A estas palabras se le ha dado diferentes interpretaciones (muchas de ellas forzadas) en realidad Jesús dijo que la pregunta principal de los discípulos sobre la destrucción del Templo seria en su época y que muchos de ellos serían testigos de este terrible acontecimiento.
“30.Entonces aparecerá en el
cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las
razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo
con gran poder y gloria.”
Entre las profecías mezcladas Jesús termina hablando de otra “señal” y acá si podemos instruir se refiere a su venida en Gloria y Majestad. Recuerde que los apóstoles le preguntaron a Jesús por DOS SEÑALES, la señal de la destrucción de Jerusalén, y la señal de su venida. Ya vimos que la señal de la destrucción de Jerusalén fueron los ejércitos romanos rodeando Jerusalén para destruirla, lo cual sucedió en el año 70, y esa señal ocurrió en la “tierra”, una señal terrestre. Pero también hablo de una segunda señal, esta vez en el cielo. Sin embargo, son dos señales totalmente diferentes. Esa señal de su venida que aparecerá en el cielo será la venida gloriosa de Cristo, su resplandor glorioso cuando él venga, y entonces todas las tribus de la tierra se lamentarán al verle llegar en las “nubes” del cielo con gran poder y gloria.
En la versión de Lucas 21:27 se dice que verán llegar a Cristo es UNA “NUBE” (en singular) con poder y gran gloria. La explicación es muy sencilla: Jesús regresara rodeado de la Shekina o Gloria de Dios, la misma que lo oculto al irse lo mostrara en su venida:
“9.Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos. 10.Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco 11.que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.»”
Μαραναθα!!!!!!!!!!
VEN SEÑOR JESUS!