La Biblia termina con un breve libro que se llama el Apocalipsis o el Libro de Revelación. Y
es que el apóstol San Juan fue inspirado por el Espíritu Santo para dar un mensaje de
consuelo a los cristianos de su tiempo que vivieron bajo graves peligros y persecuciones.
San Juan usa muchas imágenes y muchos símbolos bíblicos para transmitir su mensaje,
sabiendo que los cristianos de su día sabrían interpretarlos correctamente según la
situación actual que estaban viviendo. San Juan no pretendió escribir una crónica
adelantada de lo que iba a pasar en nuestros días. Y no vale tomar sus palabras como si
fueran un reportaje de periódico que sería trastornar el verdadero mensaje del apóstol.
Pero es precisamente lo que hacen los sabatistas.
En el capítulo 13 de su libro, San Juan habla de dos bestias que se van a oponer a Cristo
en los últimos días. Una representa el imperio del mal y la otra es el emperador del reino
del mal o el anticristo.
Para los cristianos de aquellos tiempos estaba claro que la primera bestia se refería al
Imperio Romano que tanto les perseguía y la segunda al Emperador Nerón que echó a los
cristianos la culpa de todos los males de su reino.
San Juan escribió en griego, pero su idioma nativo era el hebreo y estaba escribiendo para
judíos convertidos al catolicismo. Ellos sabían que las cifras 666 se referían al nombre de
«Nerón César», pues el hebreo antiguo, en vez de cifras (que no tenía), daba un valor
numérico a cada letra.
Ellos escribían «NeRUN QeSaR» donde N tenía valor de 50, R de 200, U de 6, N de 50, Q
de 100, S de 60 y R de 200. O sea, exactamente 666.
Eso lo hizo San Juan para evitar que los romanos entendiesen de quién estaba hablando.
Los romanos no conocían ni el hebreo antiguo ni el verdadero sentido del simbolismo
bíblico…por lo visto, Ellen Gould White tampoco.
¿Por qué dice esa señora tal mal informada que el número 666 se refiere al Papa?
Según ella el título oficial del Papa en latín es «Vicarius Filii Dei» (es decir, Vicario del Hijo
de Dios) y que la suma de las cifras que corresponden a números latinos sería: V=5, I=1,
C=100, I=1, V=5(total de «vicarius»:112); I=1, L=50, II=2 (total de «filli»: 53) y D=500, I=1
(total de «dei»: 501) …o sea, un gran total de 666.
De ahí sacan los sabatistas que el Papa es el anticristo.
Desgraciadamente a la Sra. White se le pasaron varios detalles. Primero, en ningún
momento de la historia se ha utilizado el título «Vicario del Hijo de Dios» para el Papa. En
todo caso se le dice el Vicario de Cristo como quien guía la Iglesia de Cristo hasta que El
vuelva. Lo otro es una invención para ajustar cálculos.
Pero tampoco se ajustan los cálculos. Cualquier niño que conozca los números romanos le
pudiera haber dicho a la Sra. White que en el sistema de números romanos la combinación
IV (como en «vicarIUs») no se lee 1+5, sino 4; y IL (como en «fILii») no es 1+50 sino 49.
Sumadas correctamente las cifras nos dan 662 y no 666.
La verdad es que hasta estas observaciones salen sobrando porque el idioma nativo del
autor del Apocalipsis fue el hebreo, escribió en griego con cierta dificultad y no sabía nada
de latín. Además, si lo que quería con sus símbolos y claves fue evitar que le entendiesen
precisamente los romanos, hubiera sido un poco tonto darles la pista en latín.
Ah, sí. Una observación más: si aplicamos el mismo sistema de la Sra. White a su propio
nombre, da unos resultados sorprendentes.