LA APOSTASIA
II Tesalonicenses 2
“2 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos,
hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por
espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y
se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”
San Pablo en II de Tesalonicenses le da un dato crucial a esta comunidad, antes del fin habrá una
Apostasía. Siempre ha habido Apostatas pero en ninguna otra época anterior ha habido medios de
comunicación capaces de extender esta apostasía a nivel mundial y al alcance de todos.
Anteriormente las apostasías habían sido locales y de poco alcance. Hoy es a nivel mundial.
Que cosa es apostasía? El término apostasía viene del término griego apostasía («ἀποστασία») que
significa salida, defección, revuelta o rebelión
De acuerdo con el Profesor B.J. Oropeza, Ph.D. las causas de la Apostasía pueden ser:
Tentaciones:: idolatría, inmoralidad sexual, codicia, etc
Engaños: cristianos que encuentran herejías y falsas enseñanzas difundidas por falsos maestros y
profetas que amenazaban con seducirlos fuera de su devoción pura a Cristo.
Persecuciones: cristianos que fueron perseguidos por los poderes gobernantes de la época por su
lealtad a Cristo.
Estas tres condiciones están presentes en la vida de la sociedad de hoy. Estas tres condiciones están
afectando al cristiano promedio que se ve sometido a presiones personales y bombardeos
mediáticos.
La Apostasía es el abandono de la verdadera Fe para pasar a la militancia activa en contra de la fe
dejada detrás. No es un cambio de Iglesia, es una guerrilla desatada a la fe que abundante, a esto se
le llama el “Síndrome del Divorciado”. Una persona conscientemente culpable del fracaso del
matrimonio pero que no es honesta comienza a poner toda la culpa de su fracaso en la otra parte
para auto justificarse. Así lo apostatas que interiormente se siente culpables del abandono de su fe
por presiones internas o externas comienzan por echar la culpa de su apostasía a los errores de la
Iglesia. Estos se hacen militantemente agresivos y ácidos en contraste con quien encuentra una
verdad que lo hace tolerante hacia el equivocado. Estas personas “Apostatas agresivos” no quieren
convencer, quieren herir, quieren denigrar, quieren ofender a quienes su subconsciente les dice que
están manteniendo una actitud digna, es un problema espiritual y emocional.
El Apostata no oye, el apostata no quiere entender, el apostata no quiere dialogar, el apostata
quiere destruir lo que para él es un reproche interno de su fracaso.
No solo San Pablo nos habla de Apostasía, el mismo Señor nos alertó ante este hecho:
San Mateo 24
11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo
San Mateo 24
24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal
manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que,
si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
Tengamos en cuenta para cuando El Señor y San Pablo sitúan esta apostasía.
San Pablo cuando habla a los Tesalonicenses dice claramente que ocurrirá AL FINAL DE LOS
TIEMPOS. Tengamos claro la Apostasía será signo de los finales, porque hago énfasis en esto? Las
Sectas neo cristianas acusan a la Iglesia Católica de ser la Apostata, esto es imposible!! Porque? Me
explico:
Si tenemos en cuenta de que la apostasía es el abandono de la verdadera fe y Doctrina y que esta
ocurrirá al final de los tiempos no aplica a nuestra Iglesia pues nuestra Iglesia tiene la misma Fe
desde el siglo I y nunca la ha abandonado. El abandono de la Fe tiene que ser para que se cumpla el
signo un hecho reciente.
Dado esto me atrevo a plantear que hay dos Apostasía. La pequeña apostasía que da paso a la Gran
Apostasía.
La pequeña apostasía. Esta apostasía mundial propagada por los medios de comunicación ya
comenzó desde el florecimiento del Internet donde las Sectas surgidas del tele angelismo de los
años 70 invadieran los medios con sus fieros ataques dirigidos solamente a la Iglesia Católica,
haciendo que una marea de “Católicos-a-mi-manera” totalmente ignorantes de su Fe la
abandonaran en masa incrementando las mal llamadas “Iglesias cristianas” que no son más que
sectas fieramente anticatólicas las cuales basan su actividad no en predicar a Jesús sino a atacar a la
Iglesia con un odio nunca visto anteriormente. Ya esto lo hemos visto, ya esta pequeña apostasía
está establecida.
La Gran Apostasía. La Gran Apostasía apunta a mayores. Esta Apostasía será dentro de la misma
Iglesia. Ya la pequeña apostasía lo es y no es signo del final de los Tiempos. Ahora viene la grande y
está entre nosotros.
San Pablo en II Tesalonicenses también nos lo explica, como será esta Apostasía interna?
En 2 de Tesalonicenses 2: 4… el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
Esta apostasía que llevara al Hombre de iniquidad se opondrá a todo lo que viene de Dios y tiene
relación con el culto de Dios.
En estos tiempos extraños en que estamos viviendo estamos viendo día a día como en la Iglesia
aparecen, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, teólogos y laicos cuya misión es desmontar la fe de los
Apóstoles, negando la Sana Doctrina, negando lo escrito en la Santa Palaba, desnudando de poder a
Dios, negando los Dogmas de Fe, contaminando el culto en base a experiencias personales muchas
veces llenas de una soberbia increíble y descalificando la Fe vi milenaria de la Iglesia para implantar
su propia doctrina como objeto de verdad. Este extraño ejército está dentro de la Iglesia actuando
con nuevas y falsas doctrinas y no nos debe de extrañar. Esta profetizado para que nadie se pierda.
El Apóstol nos lo repite:
1 de Timoteo 4:1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
San Juan nos lo da a conocer
I San Juan, 4, Queridos míos, no crean a cualquiera que se considere inspirado: pongan a prueba su
inspiración, para ver si procede de Dios, porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas.
II San Juan 1, 9 Todo el que se aventura más allá de la doctrina de Cristo y no permanece en ella, no
está unido a Dios. En cambio, el que permanece en su doctrina está unido al Padre y también al
Hijo. 10 Si alguien se presenta ante ustedes y no trae esta misma doctrina, no lo reciban en su casa
ni lo saluden. 11 Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras.
San Juan nos da el Remedio:
24 En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera,
permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
San Pedro nos alerta: II Pedro, 2, 1 En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma
manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones
perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente
perdición.2 Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto
de blasfemias.3 Llevados por la ambición, y valiéndose de palabras engañosas, ellos se
aprovecharán de ustedes. Pero hace mucho que el juicio los amenaza y la perdición los acecha.
La Apostasía trabaja en tres formas:
1: En contra de la Escritura, desmontando la continuidad de lo escrito que es base de la Fe,
basándose en falsas ciencias y opiniones “nuevas” y personales. Sobre esto el Concilio de Trento que
fue inspirado por el Espíritu Santo Y NO PASA de moda dijo:
“Decreta además, con el fin de contener los ingenios insolentes, que ninguno fiado en su propia
sabiduría, se atreva a interpretar la misma sagrada Escritura en cosas pertenecientes a la fe, y a las
costumbres que miran a la propagación de la doctrina cristiana, violentando la sagrada Escritura
para apoyar sus dictámenes, contra el sentido que le ha dado y da la santa madre Iglesia, a la que
privativamente toca determinar el verdadero sentido, e interpretación de las sagradas letras; ni
tampoco contra el unánime consentimiento de los santos Padres, aunque en ningún tiempo se
hayan de dar a luz estas interpretaciones.
El Concilio Vaticano II expresa en la Constitución Dei Verbun:
11. Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se
consignaron por inspiración del Espíritu Santo. la santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene
por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes,
porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le
han entregado a la misma Iglesia. Pero en la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres,
que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando El en ellos y por ellos,
escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que Él quería.
Pues, como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado
por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente, con
fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra
salvación. Así, pues, «toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir,
para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y equipado
para toda obra buena» (2 Tim., 3,16-17).
A continuación la Dei Verbun habla de los métodos de estudios de la Escritura pero para su
profundización NO PARA SU NEGACION
Que dice la Dei Verbun sobre los Evangelios:
Origen apostólico de los Evangelios
18. Nadie ignora que entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los Evangelios
ocupan, con razón, el lugar preeminente, puesto que son el testimonio principal de la vida y
doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador.
La Iglesia siempre ha defendido y defiende que los cuatro Evangelios tienen origen apostólico. Pues
lo que los Apóstoles predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la inspiración del Espíritu Santo,
ellos y los varones apostólicos nos lo transmitieron por escrito, fundamento de la fe, es decir, el
Evangelio en cuatro redacciones, según Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Su Santidad Benedicto XVI dejo claro la línea de la Iglesia, en 2009, el en la homilía de la misa al
inicio de los trabajos de la Comisión Teológica Internacional, donde hizo público el marco que había
utilizado para juzgar, la heterodoxia o la herejía teológica. El Santo Padre declaro que hay “grandes
especialistas que pueden decir dónde nace el Mesías” pero “no se sienten invitados a ir” y esa
noticia “no toca su vida, permanecen fuera. Pueden dar información pero la información no se
convierte en formación para la propia vida”. Añadió que existe “un modo de usar la razón que es
autónomo, que se pone por encima de Dios, en toda la gama de las ciencias, comenzando por las
ciencias naturales donde un método que se adopta para la investigación de la materia debe ser
universalizado: en este método, Dios no entra, por lo tanto, Dios no existe”.
Siguió diciendo:
“hay teólogos que dejan a un lado “lo divino” y pescan “en las aguas de la Sagrada Escritura con una
red que permite sólo una cierta medida para los peces, y todo aquello que está más allá de esta
medida no entra en la red y, por lo tanto, no puede existir. Y así, el gran misterio de Jesús, del Hijo
hecho hombre, se reduce a un Jesús histórico, realmente una figura trágica, un fantasma sin carne y
hueso, uno que ha quedado en el sepulcro, está corrompido, es realmente un muerto”. Se trata,
dijo, de un método que “sabe pescar ciertos peces pero excluye el gran misterio, porque el hombre
se hace él mismo la medida y tiene esta soberbia que, al mismo tiempo, es una gran necedad, que
absolutiza ciertos métodos que no son aptos para las grandes realidades […] Es la especialización
que ve todos los detalles pero ya no ve la totalidad”.
Uno de los grandes problemas que tenemos en la apostasía es el “desnudamiento” de Dios en base
a una falsa ciencia mundana enraizada en algunos teólogos modernos, la Teológica Mundial declaró
en “La Teología Hoy: Perspectivas, Principios y Criterios”
“14. «Lo mismo que hubo en el pueblo falsos profetas, también habrá entre vosotros falsos
maestros que propondrán herejías de perdición» (2 Pe 2,1)[16]. El Nuevo Testamento muestra
sobradamente que, desde los comienzos de la Iglesia, ciertas personas han propuesto una
interpretación «herética» de la fe mantenida en común, una interpretación opuesta a la Tradición
apostólica. En la primera Carta de Juan, la separación de la comunión del amor es un indicador de
las falsas enseñanzas (1 Jn 2,18s). La herejía, por lo tanto, no solo distorsiona el Evangelio, sino que
también daña la comunión eclesial. La herejía es «la negación pertinaz, después de recibido el
bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la
misma»[17]. Aquellos que son culpables de dicha obstinación en contra de la enseñanza de la
Iglesia sustituyen la obediencia a la palabra de Dios, la fides qua (el motivo formal de la fe), por su
propio juicio. La herejía sirve como un recordatorio de que la comunión de la Iglesia puede solo
asegurarse sobre la base de la fe católica en su integridad, e induce a la Iglesia a una búsqueda aún
más profunda de la verdad en la comunión.
15. Es criterio de teología católica tomar la fe de la Iglesia como su fuente, contexto y norma. La
teología mantiene la fides qua y la fides quae juntas. Expone la enseñanza de los apóstoles, la buena
nueva sobre Jesucristo «según las Escrituras» (1 Cor 15,3s), como norma y estímulo de la fe de la
Iglesia.
Los teólogos deberían reconocer la contribución de las declaraciones magisteriales al progreso
teológico y deberían colaborar, aceptando dichas declaraciones. Las intervenciones magisteriales
pueden por sí mismas estimular la reflexión teológica, y los teólogos deberían mostrar cómo sus
propias contribuciones son conformes con declaraciones doctrinales previas del magisterio y las
desarrollan. Hay en la Iglesia, de hecho, un cierto «magisterio» de los teólogos [60], pero no hay
sitio para magisterios paralelos, opuestos o alternativos [61], o para visiones que podrían separar a
la teología del Magisterio de la Iglesia.
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_doc_20111129_teolog
ia-oggi_sp.html
Dice la Encíclica Fide et Ratio:
13. De todos modos no hay que olvidar que la Revelación está llena de misterio. Es verdad que con
toda su vida, Jesús revela el rostro del Padre, ya que ha venido para explicar los secretos de Dios; 13
sin embargo, el conocimiento que nosotros tenemos de ese rostro se caracteriza por el aspecto
fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe permite penetrar en el misterio,
favoreciendo su comprensión coherente.
El Concilio enseña que « cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe ».14 Con esta
afirmación breve pero densa, se indica una verdad fundamental del cristianismo. Se dice, ante todo,
que la fe es la respuesta de obediencia a Dios. Ello conlleva reconocerle en su divinidad,
trascendencia y libertad suprema. El Dios, que se da a conocer desde la autoridad de su absoluta
trascendencia, lleva consigo la credibilidad de aquello que revela. Desde la fe el hombre da su
asentimiento a ese testimonio divino. Ello quiere decir que reconoce plena e integralmente la
verdad de lo revelado, porque Dios mismo es su garante.
54. También en nuestro siglo el Magisterio ha vuelto sobre el tema en varias ocasiones llamando la
atención contra la tentación racionalista. En este marco se deben situar las intervenciones del Papa
san Pío X, que puso de relieve cómo en la base del modernismo se hallan aserciones filosóficas de
orientación fenoménica, agnóstica e inmanentista.66 Tampoco se puede olvidar la importancia que
tuvo el rechazo católico de la filosofía marxista y del comunismo ateo.67
Posteriormente el Papa Pío XII hizo oír su voz cuando, en la Encíclica Humani generis, llamó la
atención sobre las interpretaciones erróneas relacionadas con las tesis del evolucionismo, del
existencialismo y del historicismo. Precisaba que estas tesis habían sido elaboradas y eran
propuestas no por teólogos, sino que tenían su origen « fuera del redil de Cristo »; 68 así mismo,
añadía que estas desviaciones debían ser no sólo rechazadas, sino además examinadas
críticamente: « Ahora bien, a los teólogos y filósofos católicos, a quienes incumbe el grave cargo de
defender la verdad divina y humana y sembrarla en las almas de los hombres, no les es lícito ni
ignorar ni descuidar esas opiniones que se apartan más o menos del recto camino. Más aún, es
menester que las conozcan a fondo, primero porque no se curan bien las enfermedades si no son
de antemano debidamente conocidas; luego, porque alguna vez en esos mismos falsos sistemas se
esconde algo de verdad; y, finalmente, porque estimulan la mente a investigar y ponderar con más
diligencia algunas verdades filosóficas y teológicas ».69
Por último, también la Congregación para la Doctrina de la Fe, en cumplimiento de su específica
tarea al servicio del magisterio universal del Romano Pontífice,70 ha debido intervenir para señalar
el peligro que comporta asumir acríticamente, por parte de algunos teólogos de la liberación, tesis y
metodologías derivadas del marxismo.71
Así pues, en el pasado el Magisterio ha ejercido repetidamente y bajo diversas modalidades el
discernimiento en materia filosófica. Todo lo que mis Venerados Predecesores han enseñado es una
preciosa contribución que no se puede olvidar.
En la teología misma vuelven a aparecer las tentaciones del pasado. Por ejemplo, en algunas
teologías contemporáneas se abre camino nuevamente un cierto racionalismo, sobre todo cuando
se toman como norma para la investigación filosófica afirmaciones consideradas filosóficamente
fundadas. Esto sucede principalmente cuando el teólogo, por falta de competencia filosófica, se deja
condicionar de forma acrítica por afirmaciones que han entrado ya en el lenguaje y en la cultura
corriente, pero que no tienen suficiente base racional.72
La Teología no está para confundir a los creyentes, negar el Magisterio o ensenar doctrinas nuevas,
esta para llevar al creyente a Dios. Así lo entendió san Buenaventura, en su “Itinerarium mentis in
Deum” “ no es suficiente la lectura sin el arrepentimiento, el conocimiento sin la devoción, la
búsqueda sin el impulso de la sorpresa, la prudencia sin la capacidad de abandonarse a la alegría, la
actividad disociada de la religiosidad, el saber separado de la caridad, la inteligencia sin la humildad,
el estudio no sostenido por la divina gracia, la reflexión sin la sabiduría inspirada por Dios”
2) En contra del Culto. Cuando el Señor llamo a Moisés para ir a hablar a Faraón le dijo:
Éxodo 3
18 Ellos te escucharán, y tú irás a presentarte ante el rey de Egipto, junto con los ancianos de Israel.
Entonces le dirás: «El Señor, el Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Y ahora tenemos que
realizar una marcha de tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios».
El Señor quiso que su pueblo se separara de la idolatría y fuera al Desierto a “ofrecer Sacrificio” o
sea a ADORAR, a partir de ese momento la función del Pueblo de Dios en el Antiguo Pacto será la
adoración, también en el Nuevo. El Señor Jesús nos dio una sola orden “haced Esto”, haced el
Sacrificio Memorial, el Sacrificio que le recuerda a Dios que él tiene un pacto con nosotros por
medio de su Hijo Jesucristo. Somos el pueblo que adora entre los pueblos idolatra. La Adoración es
dictada por Dios y nadie tiene potestad de cambiarla a gusto propio, el Señor en Levítico dio las
leyes de la Adoración y el Templo la guardo. En estos tiempos observamos una actividad de
apostasía en el culto. Como se manifiesta?? En no seguir las normas de la Iglesia, en dejar que
nuestra adoración sea “católica “para hacer una adoración “personal a mi estilo”
NADIE TIENE PODER PARA ALTERAR LA ADORACION LITURGICA DE LA IGLESIA!
El Concilio de Trento fue claro:
CAN. VI. Si alguno dijere, que el Cánon de la Misa contiene errores, y que por esta causa se debe
abrogar; sea excomulgado.
NADIE TIENE PODER PARA ALTERAR EL CANON LITURGICO
La importante carta Redemptionis Sacramentun nos dice:
[4.] «No hay duda de que la reforma litúrgica del Concilio ha tenido grandes ventajas para una
participación más consciente, activa y fructuosa de los fieles en el santo Sacrificio del altar».[10] Sin
embargo, «no faltan sombras».[11] Así, no se puede callar ante los abusos, incluso gravísimos,
contra la naturaleza de la Liturgia y de los sacramentos, también contra la tradición y autoridad de
la Iglesia, que en nuestros tiempos, no raramente, dañan las celebraciones litúrgicas en diversos
ámbitos eclesiales. En algunos lugares, los abusos litúrgicos se han convertido en una costumbre, lo
cual no se puede admitir y debe terminarse
Se vale de todo lo que funcione con tal de lograr el «éxito». Se acepta a cualquier persona sin
importar a que iglesia o secta herética pertenezca. No importa lo que crea doctrinalmente. Lo que
importa es la “experiencia espiritual”, que sientan a Dios. La doctrina no tiene ningún valor para
estos promotores de falacias.
6.] Los abusos, sin embargo, «contribuyen a oscurecer la recta fe y la doctrina católica sobre este
admirable Sacramento».[14] De esta forma, también se impide que puedan «los fieles revivir de
algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: Entonces se les abrieron los ojos y lo
reconocieron».[15] Conviene que todos los fieles tengan y realicen aquellos sentimientos que han
recibido por la pasión salvadora del Hijo Unigénito, que manifiesta la majestad de Dios, ya que
están ante la fuerza, la divinidad y el esplendor de la bondad de Dios[16], especialmente presente
en el sacramento de la Eucaristía.[17]
[7.] No es extraño que los abusos tengan su origen en un falso concepto de libertad. Pero Dios nos
ha concedido, en Cristo, no una falsa libertad para hacer lo que queramos, sino la libertad para que
podamos realizar lo que es digno y justo.[18] Esto es válido no sólo para los preceptos que
provienen directamente de Dios, sino también, según la valoración conveniente de cada norma,
para las leyes promulgadas por la Iglesia. Por ello, todos deben ajustarse a las disposiciones
establecidas por la legítima autoridad eclesiástica.
[8.] Además, se advierte con gran tristeza la existencia de «iniciativas ecuménicas que, aun siendo
generosas en su intención, transigen con prácticas eucarísticas contrarias a la disciplina con la cual
la Iglesia expresa su fe». Sin embargo, «la Eucaristía es un don demasiado grande para admitir
ambigüedades y reducciones». Por lo que conviene corregir algunas cosas y definirlas con precisión,
para que también en esto «la Eucaristía siga resplandeciendo con todo el esplendor de su
misterio».[19]
[9.] Finalmente, los abusos se fundamentan con frecuencia en la ignorancia, ya que casi siempre se
rechaza aquello de lo que no se comprende su sentido más profundo y su antigüedad. Por eso, con
su raíz en la misma Sagrada Escritura, «las preces, oraciones e himnos litúrgicos están penetrados
de su espíritu, y de ella reciben su significado las acciones y los signos».[20] Por lo que se refiere a
los signos visibles «que usa la sagrada Liturgia, han sido escogidos por Cristo o por la Iglesia para
significar las realidades divinas invisibles».[21] Justamente, la estructura y la forma de las
celebraciones sagradas según cada uno de los Ritos, sea de la tradición de Oriente sea de la de
Occidente, concuerdan con la Iglesia Universal y con las costumbres universalmente aceptadas por
la constante tradición apostólica,[22] que la Iglesia entrega, con solicitud y fidelidad, a las
generaciones futuras. Todo esto es sabiamente custodiado y protegido por las normas litúrgicas.
[10.] La misma Iglesia no tiene ninguna potestad sobre aquello que ha sido establecido por Cristo, y
que constituye la parte inmutable de la Liturgia.[23] Pero si se rompiera este vínculo que los
sacramentos tienen con el mismo Cristo, que los ha instituido, y con los acontecimientos en los que
la Iglesia ha sido fundada,[24] nada aprovecharía a los fieles, sino que podría dañarles gravemente.
De hecho, la sagrada Liturgia está estrechamente ligada con los principios doctrinales,[25] por lo
que el uso de textos y ritos que no han sido aprobados lleva a que disminuya o desaparezca el nexo
necesario entre la lex orandi y la lex credend
.] El Misterio de la Eucaristía es demasiado grande «para que alguien pueda permitirse tratarlo a su
arbitrio personal, lo que no respetaría ni su carácter sagrado ni su dimensión universal».[27] Quien
actúa contra esto, cediendo a sus propias inspiraciones, aunque sea sacerdote, atenta contra la
unidad substancial del Rito romano, que se debe cuidar con decisión,[28] y realiza acciones que de
ningún modo corresponden con el hambre y la sed del Dios vivo, que el pueblo de nuestros tiempos
experimenta, ni a un auténtico celo pastoral, ni sirve a la adecuada renovación litúrgica, sino que
más bien defrauda el patrimonio y la herencia de los fieles. Los actos arbitrarios no benefician la
verdadera renovación,[29] sino que lesionan el verdadero derecho de los fieles a la acción litúrgica,
que es expresión de la vida de la Iglesia, según su tradición y disciplina. Además, introducen en la
misma celebración de la Eucaristía elementos de discordia y la deforman, cuando ella tiende, por su
propia naturaleza y de forma eminente, a significar y realizar admirablemente la comunión con la
vida divina y la unidad del pueblo de Dios.[30] De estos actos arbitrarios se deriva incertidumbre en
la doctrina, duda y escándalo para el pueblo de Dios y, casi inevitablemente, una violenta
repugnancia que confunde y aflige con fuerza a muchos fieles en nuestros tiempos, en que
frecuentemente la vida cristiana sufre el ambiente, muy difícil, de la «secularización».[31]
QUEJAS POR ABUSOS EN MATERIA LITÚRGICA
[183.] De forma muy especial, todos procuren, según sus medios, que el santísimo sacramento de la
Eucaristía sea defendido de toda irreverencia y deformación, y todos los abusos sean
completamente corregidos. Esto, por lo tanto, es una tarea gravísima para todos y cada uno, y,
excluida toda acepción de personas, todos están obligados a cumplir esta labor.
[184.] Cualquier católico, sea sacerdote, sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer una
queja por un abuso litúrgico, ante el Obispo diocesano o el Ordinario competente que se le
equipara en derecho, o ante la Sede Apostólica, en virtud del primado del Romano Pontífice.[290]
Conviene, sin embargo, que, en cuanto sea posible, la reclamación o queja sea expuesta primero al
Obispo diocesano. Pero esto se haga siempre con veracidad y caridad.
Entre la apostasía en el culto hay que estar alertas a los abusos litúrgicos introducidos por
parroquias o por Presbíteros, cuidado a la banalización del culto, cuidado a hacer de la Santa
Liturgia un show de entretenimiento, de introducir elementos ajenos a ella, de hacer de la
Adoración un mero culto religioso como los protestantes.
Prueba triste de esta banalización es la falta de sacralidad de nuestras Iglesias donde el Pueblo de
Dios se comporta como en un estadio de futbol o una feria ganadera, no como en la presencia del
Misterio de Dios .
Somos el único pueblo que adora, si nuestra adoración es mala, hemos fallado en nuestro cometido
y Dios no se adorado, cosa que es lo que satanás busca.
La apostasía Litúrgica también se manifiesta en la contaminación del culto y del alma del creyente
con paganismos e orientalismos que tratan de suprimir la Obra del Espíritu Santo en el creyente,
haciendo de este el centro de poder, sanación y salvación.
Dice la Dominus Iesus:
6. Es, por lo tanto, contraria a la fe de la Iglesia la tesis del carácter limitado, incompleto e
imperfecto de la revelación de Jesucristo, que sería complementaria a la presente en las otras
religiones. La razón que está a la base de esta aserción pretendería fundarse sobre el hecho de que
la verdad acerca de Dios no podría ser acogida y manifestada en su globalidad y plenitud por
ninguna religión histórica, por lo tanto, tampoco por el cristianismo ni por Jesucristo.
A ellas, sin embargo no se les puede atribuir un origen divino ni una eficacia salvífica ex opere
operato, que es propia de los sacramentos cristianos.88 Por otro lado, no se puede ignorar que
otros ritos no cristianos, en cuanto dependen de supersticiones o de otros errores (cf. 1 Co 10,20-
21), constituyen más bien un obstáculo para la salvación.
3) la Apostasía Moral. El Libro del Génesis nos muestra que el juicio divino que cayó sobre Adán no
solamente resultó en su muerte física, sino también en su muerte espiritual. Adán se relacionó a
todo tipo de estímulo corrupto, humano, , pero quedo no solo insensible sino hostil a voluntad de
Dios. Adan fue avisado por el Señor de las conciencia de obviar a Dios en la toma de decisiones y
ocupar su lugar como Señor de la Conciencia Éxodo 2,17 17 “exceptuando únicamente el árbol del
conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás
sujeto a la muerte”.
La Iglesia tiene la obligación de decir al hombre la verdad sobre sí mismo, la Iglesia es la conciencia
del creyente. Una Iglesia de moral laxa engendra apostasía Moral, sin guía el hombre ira por su
propia voluntad al Árbol del bien y del mal y comerá haciendo como dios y quedando sujeto a la
muerte espiritual.
Jesús dijo a sus creyentes que somos la Sal de la tierra. San Mateo 5:13
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra
vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
La apostasía en Moral ha entrado a la iglesia en enseñanzas relativistas en cuanto al bien y al mal.
Se puede decir que el hombre sin la guía moral de la Iglesia tiene una voluntad “libre”, pero no tiene
una voluntad “buena.” Y por este motivo escoge estar en oposición a la voluntad de Dios.
Si la Iglesia no habla del pecado el hombre pierde la conciencia del bien y del mal y esta es la
Apostasía moral.
El argumento principal de los relativistas, es el de la tolerancia. La tolerancia conlleva a la
condenación del alma. Jesús no fue tolerante, Jesús fue radical y bien que lo expresa en el Sermón
del Monte “Si tu ojo te escandaliza, sácatelo”. El relativismo moral no es evangélico y es una falta de
caridad a la Iglesia y al hombre que busca como ser bueno y agradar a Dios.
San Pedro nos da cuenta clara de este hecho:
2 Pedro 2:20-22
20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el
conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su
postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido
el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento
que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito,
y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
La Apostasía Moral Borra el sentido del pecado; la noción del bien y del mal; suprime la ley natural;
quita valor a la enseñanza Evangélica.
Hay que tener cuidado con una pastoral que imponga no hablar sobre el mal, renunciando a la
conversión del pecador y aceptando que es mejor que el hombre permanezca como esta, en base a
una FALSA MISERICORDIA.
Jesús es misericordioso y así lo deja saber en el Evangelio de la Adultera “yo tampoco te condeno”
pero Jesús NO deja así a la mujer en falta, eso sería una falta de Misericordia, Jesús le da el remedio
“vete y NO lo hagas más”. Sin el segundo consejo del Señor la misericordia se convierte en
justificación del mal. La Iglesia está llamada a decir como su Señor “No lo hagas más”.
La Apostasía Moral se manifiesta:
1) en cubrir el pecado bajo una falsa misericordia que no sana, solo acepta el mal sin dar remedio
alguno.
2) En disminuir la importancia de la Confesión y la Dirección Espiritual
3) En aconsejar mal en estas despreciando la enseñanza de la Iglesia sobre el pecado y su
consecuencia
4) En seguir los dictámenes morales del mundo en contra de la enseñanza de la Iglesia y del
Evangelio
5) En hacer de la Iglesia y del confesionario una consulta psiquiátrica y no un examen del espíritu
6) El hacer nulo en la mente del hombre la acción de satanás, obviándolo o eliminándolo y haciendo
a la mente humana la fuente de todo mal.
1Timoteo 4:1
“Habrá un período en que [los cristianos] no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de
acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los
oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos.”
En el Decreto Conciliar sobre la Formación Sacerdotal se lee: «Téngase especial cuidado en
perfeccionar la teología moral, cuya exposición científica, nutrida con mayor intensidad por la
doctrina de la Sagrada Escritura, deberá mostrar la excelencia de la vocación de los fieles en Cristo y
su obligación de producir frutos en la caridad para la vida del mundo»
SS San Juan Pablo II dijo:
«Entre los medios que el amor redentor de Cristo ha dispuesto para evitar este peligro de error
[hace referencia a la conciencia venciblemente errónea], se encuentra el Magisterio de la Iglesia: en
su nombre, posee una verdadera y propia autoridad de enseñanza. Por tanto, no se puede decir que
un fiel ha realizado una diligente búsqueda de la verdad, si no tiene en cuenta lo que el Magisterio
enseña; si, equiparándolo a cualquier otra fuente de conocimiento, él se constituye en su juez; si, en
la duda, sigue más bien su propia opinión o la de los teólogos, prefiriéndola a la enseñanza cierta
del Magisterio”
Esto es serio pues con un pecado mortal cometido deliberadamente, el hombre ofende a Dios que
ha dado la ley y, por tanto, se hace culpable frente a toda la ley (Sant 2, 8-11); a pesar de conservar
la fe, pierde la «gracia santificante», la «caridad» y la «bienaventuranza eterna». «La gracia de la
justificación que se ha recibido –enseña el Concilio de Trento– no sólo se pierde por la infidelidad,
por la cual se pierde incluso la fe, sino por cualquier otro pecado mortal» (Conc. Trento, Sesión VI,
cap. XV).
Queridos hermanos estamos en tiempo de apostasía y esta apostasía, como vimos será en la Iglesia
Apostólica de Jesús y en ninguna otra. Estemos atentos a estos signos y no nos callemos.
A menudo las personas me escriben con quejas de cosas que sus pastores hacen, yo las escucho
pero no puedo hacer nada. Es necesario que los Católicos aprendamos a hablar donde tenemos que
hablar. Si en tu grupo se está hablando palabras apostatas habla con el Párroco, si tu Párroco está
hablando en apostasía, habla con tu Obispo, escríbele, llámalo!
Si no te hacen caso escribe al Discaterio de la Congregación de la FE:
SER Cardenal Gerhard Ludwig Müller
Piazza del S. Uffizio, 11, 00193 Roma, Italy
Telephone: 06.69.89.59.11
Fax: 06.69.88.34.09
No nos quedemos callados.
Termino recordando las palabras del Santo Padre Beato Pablo VI en su discurso de la audiencia del
Pablo
“como hemos llegado a esto? Pareciera que el humo de satanás ha entrado en el Templo de Dios”
http://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/homilies/1972/documents/hf_p-vi_hom_19720629.html
Esta profetizado, pasara y pasara en nuestra Iglesia, es más ya está pasando. Que podemos hacer?
Tenemos que predicar a tiempo y destiempo pues si es cierto que esto tiene que suceder también
es cierto que tenemos que tratar de que la menor cantidad posible de cristianos caigan en ella.
La Buena Noticia???/ Nosotros tenemos la Promesa de que “las puertas del infierno NO
prevalecerán!”
En un día de diciembre de 1884 o de enero de 1885, en el Vaticano, en la capilla privada de León
XIIII. Después de haber celebrado la misa, el Papa, según su costumbre, asistió a una segunda misa.
Hacia el final, se le vio levantar la cabeza de repente y mirar fijamente hacia el altar, encima del
tabernáculo. El rostro del Papa palideció y sus rasgos se tensaron. Acabada la misa, León XIII se
levantó y, todavía bajo los efectos de una intensa emoción, se dirigió hacia su estudio. Un prelado
de los que le rodeaban le preguntó: «Santo Padre, ¿Se siente fatigado? ¿Necesita algo?». «No,
respondió León XIII, no necesito nada… «
El Papa se encerró en su estudio. Media hora más tarde, hizo llamar al secretario de la
Congregación de Ritos. Le dio una hoja, y le pidió que la hiciera imprimir y la enviara a los obispos
de todo el mundo.
¿Cuál era el contenido de esta hoja? Era una oración al arcángel San Miguel, compuesta por el
mismo León XIII. Una oración que los sacerdotes recitarían después de cada misa rezada, al pie del
altar, después del Salve Regina ya prescrito por Pío IX:
Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la adversidad y las
asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes. Y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros malos espíritus que andan dispersos
por el mundo para la perdición de las almas.
León XIII confió más tarde a uno de sus secretarios, Mons. Rinaldo Angeh, que durante la misa
había visto una nube de demonios que se lanzaban contra la Ciudad Eterna para atacarla. De ahí su
decisión de movilizar a San Miguel Arcángel y a las milicias del cielo para defender a la Iglesia contra
Satanás y sus ejércitos.
Con muestra acción y la ayuda de San Miguel Arcangel se cumplirá la Palabra del Señor en San
Mateo 24 “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”