El segundo mandamiento.
175. ¿Qué nos ordena el segundo mandamiento?
El segundo mandamiento – «No tomarás el nombre de Dios en vano» – nos manda respetar el nombre del Señor, de testimoniarlo profesando nuestra fe sin ceder al miedo, y de cumplir los juramentos y las promesas hechas a los otros en el nombre de Dios.
176. ¿Qué nos prohíbe el segundo mandamiento?
El segundo mandamiento nos prohíbe ante todo la blasfemia, que es objetivamente un pecado gravísimo. Nos prohíbe además pronunciar el santo nombre de Dios, como el de Jesucristo, de la Bienaventurada Virgen y de los Santos, con ira, con desprecio o de otro modo irreverente.
177. ¿Hay diferencia entre la blasfemia y la imprecación?
Hay diferencia porque la blasfemia esta dirigida contra Dios, mientras la imprecación puede ser dirigida también contra el prójimo o hacia los acontecimientos contra los que se rebela.
178. ¿Qué es el juramento?
El juramento es aquel acto con que se pone a Dios como testigo de la verdad de lo que se dice o se promete. Con él se invoca la veracidad divina como testimonio de la propia verdad.
179. ¿Qué prohíbe el segundo mandamiento respecto al juramento?
El segundo mandamiento prohíbe el perjurio o juramento falso, y también los juramentos ilícitos, aquellos con los que nos comprometemos a cumplir el mal.
180. ¿Estamos obligados a mantener los juramentos con los cuales nos comprometemos a hacer cosas injustas o ilícitas?
No sólo no estamos obligados, sino que cometeremos un pecado ejecutando aquellas acciones malas, a las culpablemente nos hemos comprometido de esa manera.
181. ¿Está bien recurrir a menudo al juramento?
No esta bien recurrir a menudo al juramento, sino que está reservado para casos de verdadera necesidad.
182. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el segundo mandamiento?
Quien observa fielmente el segundo mandamiento obtiene una familiar confianza con Dios, con la Bienaventurada Virgen María y con los Santos, su especial protección y una alabanza espontánea y gozosa de la grandeza y de la omnipotencia divina.
El tercer mandamiento
183. ¿Qué nos ordena el tercer mandamiento?
El tercer mandamiento – «Acuérdate de santificar las fiestas» – nos ordena honrar a Dios con obras de culto en los días festivos de precepto.
184. ¿Cuál es la fiesta fundamental para los cristianos?
La fiesta fundamental y primordial para los cristianos es la Pascua de Resurrección, cuya celebración se revive cada semana en el día del Señor, el domingo.
185. ¿Cuáles son los otros días festivos de precepto además del domingo?
Además del domingo celebramos actualmente en toda España como días festivos de precepto las solemnidades de la Santísima Madre de Dios (1 de enero), la Epifanía (6 de enero), San José (19 de marzo), Santiago Apóstol (25 de junio), la Asunción (15 de agosto), Todos los Santos (1 de noviembre), la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), y la Navidad (25 de diciembre). Algunas comunidades autónomas tienen además otras fiestas de precepto.
186. ¿Qué actos de culto están prescritos para el domingo y las otras fiestas de precepto?
La Iglesia ha especificado el tercer mandamiento con l precepto de la participación en la celebración de la Eucaristía. Satisface tal precepto quien asiste a la Santa misa, dondequiera que se celebre el rito católico, en el mismo día de la fiesta o en la tarde del día precedente.
187.¿Es grave la obligación de participar en la celebración de la eucaristía los días festivos?
La Santa Misa en días festivos funda y confirma todo comportamiento cristiano, por lo cual aquellos que deliberadamente y sin un real impedimento no observan esta obligación cometen pecado mortal.
188.¿Se puede sustituir la Misa en días festivos con otra practica o con una Misa en otros días?
Esto no es posible: tanto porque la Eucaristía es el único acto de culto verdaderamente digno de Dios , como porque estaría abiertamente contra el mandamiento que ordena santificar la fiesta . Es especialmente en el domingo, memorial de la Pascua, cuando los fieles se sienten y son comunidad, Pueblo de Dios e Iglesia, unidos por el Espíritu de Cristo muerto y resucitado
.
189. ¿Qué nos prohíbe el tercer mandamiento?
El tercer mandamiento nos prohíbe el trabajo en días de fiesta. Por lo tanto, en los días de precepto los fieles deben abstenerse de aquellos trabajos o de aquellas actividades que impiden el culto debido a Dios, La alegría propia del día del Señor, la practica de las obras de misericordia y la necesaria distinción de la mente y del cuerpo. Se debe también evitar, por consiguiente, el imponer a otros sin necesidad lo que les impediría respetar el día del Señor.
190. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el tercer mandamiento?
Quien observa fielmente el tercer mandamiento se siente parte viva de la gran familia de Dios, que tiene a Cristo como cabeza, goza de la presencia de los hermanos en la fe y se siente participe del reposo de Dios (que el séptimo día descanso), viviendo casi un anticipo del paraíso.
El cuarto mandamiento
191. ¿ Qué nos ordena el cuarto mandamiento?
El cuarto mandamiento «Honra a tu padre y a tu madre» nos ordena respetar, después de Dios, a nuestros padres, y también a todos aquellos que Dios, para nuestro bien, ha revestido de una cierta autoridad.
192. ¿ A quiénes se dirige el cuarto mandamiento?
El cuarto mandamiento se dirige ante todo a los hijos, pero implícitamente concierne a cualquiera que esta bajo toda legitima autoridad. Además incluye y sobreentiende los deberes de los padres, tutores, docentes, jefes, magistrados, gobernantes y de todos aquellos que ejercen una autoridad sobre otros o sobre una comunidad de personas.
193. ¿ Cuáles son los deberes de los hijos hacia los padres?
Los hijos deben ejercitar respecto a los padres la virtud de la piedad filial, que comparta el respeto, el reconocimiento, la obediencia y la ayuda a las necesidades, sobre todo durante la vejez.
194. ¿ Cuáles son los deberes de los padres hacia los hijos?
Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en todas las virtudes. Ellos tienen el deber de proveer en la medida de lo posible, a las necesidades materiales y espirituales de sus hijos.
195. ¿Qué es la familia?
La familia es la sociedad natural en la cual el hombre y la mujer son llamados al don reciproco de sí mismos en el amor abierto a la vida. Ella es la célula originaria de la vida social.
196. ¿Dónde podemos encontrar un ejemplo de las virtudes familiares y domésticas?
El ejemplo más bellos de las virtudes familiares y domésticas lo encontramos en la Sagrada Familia de Nazaret, donde Jesús vivió sometido a María Santísima y a San José hasta que inició su misión pública anunciando el Reino de Dios.
197. ¿Qué es la sociedad civil?
La sociedad civil es la unión de muchas familias reunidas bajo una única autoridad, con el fin de conseguir con la ayuda recíproca el propio perfeccionamiento y el bien de toda la comunidad.
198. ¿Cuáles son los deberes de la autoridad civil respecto a la familia?
La autoridad debe respetar la familia como sociedad natural que precede a la constitución misma del estado, por lo cual debe tutearla y asegurar el ejercicio de sus derechos fundamentales.
199. ¿Existe la obligación por parte de los ciudadanos de respetar a su vez a la autoridad civil?
Todos aquellos que están sometidos a la autoridad civil deben respetarla y obedecer las leyes que ella promulga. Pero en el caso de que tal autoridad prescribiese algo contrario al orden moral o a la enseñanza del Evangelio, el ciudadano no debe obedecer.
200. ¿Existe algún otro deber hacia la comunidad civil, además del respeto a su autoridad y a sus leyes?
Los ciudadanos deben actuar de tal manera que la sociedad civil sea virtuosa , pacífica, ordenada y próspera, y esto por el bien de todos. Deben, por ejemplo, pagar los impuestos prescritos. Si objetivamente los considerasen injustos, se comprometan a pagar un poco más de cuanto en conciencia crean justo, y además sean generosos con las instituciones caritativas
.
201. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el cuarto mandamiento?
Quien observa fielmente el cuarto mandamiento goza de una particular bendición del Señor, que garantiza la concordia familiar y un amor afectuoso y satisfactorio. Posee además el valor del gozo y de la serenidad interior, que nacen de la conciencia de colaborar activamente en la construcción del bien común, que es el bien terreno «más grande y más divino» (Santo Tomás de Aquino).
El quinto mandamiento
202. ¿Qué nos ordena el quinto mandamiento?
El quinto mandamiento – «No matarás» – nos ordena respetar toda la vida humana inocente, desde el momento de la concepción hasta el de la muerte.
203. ¿Por qué debemos respetar la vida humana?
Porque toda persona humana ha sido querida por sí misma a imagen y semejanza del Dios viviente y santo y, dotada de un alma espiritual e inmortal, es llamada a participar en la eternidad de la misma vida de Dios.
204. ¿Qué nos prohíbe el quinto mandamiento?
El quinto mandamiento nos prohíbe matar, herir o golpear al prójimo; dañar de cualquier otro modo su vida corporal o espiritual, y también ofenderlos con palabras injuriosas o desearle el mal. Prohíbe también dañar nuestra propia vida, y sobre todo suprimirla con el suicido.
205. ¿Hay cosas en los cuales es lícito matar?
Los casos lícito están limitados a la legitima defensa, personal o también del bien común de la sociedad civil, supuesto, sin embargo, que no haya ningún otro modo de obtener el resultado deseado.
206. ¿Jamás es lícito el aborto?
El aborto directo, que es la eliminación de una vida humana inocente, es en sí mismo un abominable delito. La Iglesia condena con la excomunión este gravísimo pecado.
207. ¿Es necesario respetar también los embriones humanos?
Dado que debe ser tratado como persona desde el instante de la concepción, el embrión debe ser defendido en su integridad, cuidado y curado como todo ser humano. No debe olvidarse jamás que todo ser humano tiene derecho a nacer en una familia «normal», y a tener un padre y una madre naturales.
208. ¿Es lícita la diagnosis prenatal?
La diagnosis prenatal es lícita si respeta la vida concebida y está a su salvaguardia. Es, por el contrario, ilícita si contempla la eventualidad de provocar un aborto: una diagnosis no debe jamás equivaler a una sentencia de muerte.
209. ¿Es lícita la eutanasia?
La eutanasia, es decir, todo comportamiento que tenga como fin a la vida de personas discapacitadas, ancianas, enfermas o en estado terminal, constituye un homicidio, y por lo tanto es siempre gravemente ilícita. Quien lapide para sí mismo es culpable de suicidio.
210. ¿Qué es el escándalo?
El escándalo es una actitud o comportamiento que induce a otros a hacer el mal. Puede ser un pecado particularmente grave, porque atenta contra la vida de la gracia del prójimo, poniendo en peligro su salvación eterna.
211. ¿Qué debe hacer el que ha dañado al prójimo en el cuerpo o en el alma?
Quien ha dañado al prójimo en el cuerpo o en el alma no basta que se confiese, sino que debe reparar el mal ocasionado resarciendo los daños, retractando los errores enseñados y dando buen ejemplo. Todo esto es requerido por la virtud de la justicia.
212. ¿El quinto mandamiento se relaciona también con la virtud de la templanza?
Ciertamente, en cuanto prescribe la justa medida en el cuidado del cuerpo, y prohíbe, por ejemplo, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y sobre todo de la droga. Todo esto es requerido por la virtud de la templanza.
213. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el quinto mandamiento?
Obtiene la amistad, que es el premio delos buenos. El don de la amistad favorece una gran felicidad, porque en la prosperidad no molesta y en la adversidad no abandona. Con la amistad sobreviene también la alegría de vivir y de obrar por el bien.
Además ve instintivamente en el prójimo a Jesús mismo, el cual ha dicho: «Cada vez que lo hicisteis (o no lo hicisteis) con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis (o no lo hicisteis)» (Mt 25, 40-45). Por tanto, respeta al prójimo en su identidad cultural, religiosa y social, y ayuda según tus posibilidades en las necesidades espirituales y materiales de los otros con generosidad desinteresada.
El sexto mandamiento
214. ¿Qué nos ordena el sexto mandamiento?
El sexto mandamiento – «No cometerás actos impuros» – nos prescribe la practica de la virtud de la castidad según los diversos estados de vida.
215. ¿Qué es la castidad?
La castidad es aquella parte de la virtud de la templanza que regula el uso de la sexualidad según el dictamen de la recta razón. NO es el celibato. Son dos cosas distintas.
216. ¿Qué dice la recta razón respecto al uso de la sexualidad?
La recta razón nos dice que la sexualidad tiene dos finales indisolubles: el amor recíproco y la procreación. Por eso no deberá existir relación sexual sin apertura a la procreación, ni procreación sin una relación sexual. Así la sexualidad podrá ser realizada lícitamente sólo en el matrimonio legítimo, y además en tal matrimonio la satisfacción sexual completa podrá ser buscada sólo en la relación conyugal de forma natural y abierta a la vida. En esta norma está resumida toda la moral sexual.
217. ¿Cuál es el fundamento de esta norma?
Esta norma se fundamenta en la naturaleza misma de la sexualidad, que tiene como finalidad unir al hombre y a la mujer en una relación de amor indisoluble (matrimonio) que por su naturaleza es fecundo y abierto al don de la vida. La sexualidad tiene en sí misma algo de sagrado por la intrínseca unión que el hombre no puede romper por su iniciativa.
218. ¿Qué prohíbe, por consiguiente, el sexto mandamiento?
El sexto mandamiento prohíbe a toda clase de personas cualquier uso deliberado de la sexualidad fuera de la norma de la que hemos hablado. Ésta prohíbe , por tanto, la búsqueda en solitario del placer sexual, la fornicación (unión entre el hombre y la mujer fuera del matrimonio), el adulterio (relación de una persona casada con otra que no es el propio cónyuge), la homosexualidad (relaciones sexuales entre personas del mismo sexo), la bestialidad (relaciones con animales) y otras posibles depravaciones sexuales. Naturalmente, están prohibidas también otras faltas más particulares, como por ejemplo, la prostitución y la violación.
219. ¿Es, por tanto, ilícita toda forma de contracepción, si el acto sexual entre cónyuges debe estar abierto a la vida?
Todo comportamiento que, o en previsión del acto conyugal, o en su ejecución, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales se proponga, como fin o como medio, impedir la procreación, es siempre ilícito.
220. ¿Puede ser lícita la continencia periódica en el matrimonio, esto es, el limitar las relaciones conyugales sólo a los períodos no fecundos?
Si se practica por serios motivos, la continencia periódica es lícita, porque no compromete la naturaleza intrínseca del acto conyugal.
221. ¿Existen otras ofensas a la dignidad del matrimonio, además de la ya vistas?
Además del adulterio, son gravemente lesivas a la dignidad del matrimonio el divorcio, la poligamia, el incesto y las uniones libres.
222. ¿En qué situación se encuentran los divorciados casados de nuevo?
Los divorciados casados de nuevo, a diferencia de los que no se han vuelto a casar y que viven en la continencia, se encuentran en una situación objetiva de pecado, en la que libremente quieren permanecer. Por lo tanto, no pueden recibir la absolución y acercarse a la comunión eucarística por la ausencia del arrepentimiento y del propósito de enmienda.
223. ¿Las faltas contra la castidad son siempre graves?
La Iglesia enseña que el orden humano de la sexualidad afecta a valores tan altos que toda violación directa de este orden es objetivamente grave.
224. ¿Hay alguna otra virtud relacionada con la castidad?
Estrictamente relacionada con la castidad, casi para su salvaguarda, está la virtud de la modestia, que regula aquellos actos que pueden fácilmente causar una satisfacción o un placer de naturaleza sexual, como las miradas, los tocamientos, los besos y los abrazos.
225. ¿Tales actos son siempre pecaminosos?
Fuera del matrimonio tales actos pueden ser más o menos pecaminosos según las intenciones de quien los realiza, de su influjo sobre el placer sexual y del peligro más o menos grande de consentir en tal satisfacción o placer.
226. ¿Es, por tanto, importante guardar el sentido del pudor?
El pudor protege la intimidad. Regula las miradas, las acciones y los gestos en conformidad con la dignidad de la persona. Inspira la elección del vestuario y resiste, si es necesario, a eventuales solitaciones de la moda. Enseñar el pudor a los niños y a los adolescentes es suscitar en ellos el respeto de la persona humana.
227. ¿Cuál es la forma más noble de la virtud de la castidad?
La castidad embellece y eleva cualquier estado de vida, tanto el juvenil como el matrimonial y el de la viudez, pero su forma más elevada está, constituida por la virginidad elegida por el Reino de los cielos, es decir, para seguir a Jesús más de cerca. La virginidad consagrada por un voto es, pues, un elemento fundamental y caracterizante del estado religioso.
228. ¿Qué nos enseña, en conclusión, el sexto mandamiento?
El sexto mandamiento nos enseña el respeto del cuerpo, propio y ajeno, sede de un alma espiritual e inmortal destinada a ser templo vivo del espíritu Santo. Nos enseña además la ascesis, la renuncia, el espíritu de sacrificio para vencer nuestro egoísmo y poder amar a Dios, a nosotros mismos y al prójimo sin reservas y con todas nuestras fuerzas.
229. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el sexto mandamiento?
Quien observa fielmente el sexto mandamiento mantiene intacta su belleza y su fuerza interior, haciéndose capaz de un amor y de una donación total, sin esclavitud y sin segundas intenciones. Así el hombre y la mujer se encuentran en el matrimonio para caminar juntos gozosamente sobre la vía de la perfección cristiana, amándose fielmente y ayudándose «como compañeros de viaje» (A. Manzoni). Quien ha elegido, por el contrario, el camino de la virginidad vive en plenitud de la libertad de los hijos de Dios, casi anticipando la condición bienaventurada de los resultados (Lc 20, 35).
El séptimo mandamiento
230. ¿Qué nos ordena el séptimo mandamiento?
El séptimo mandamiento – «No robarás» – prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes materiales y de los frutos del trabajo humano. Exige, en vistas del bien común, el respeto del destino universal de los bienes y del derecho de propiedad privada.
231. ¿Cuál es la relación entre el destino universal de los bienes y la propiedad privada?
El derecho de la propiedad privada, adquirida con el trabajo, o recibida en herencia o bien como don, no elimina la originaria donación de la tierra al conjunto de la humanidad, por lo cual el destino universal de los bienes permanece como propietario, aunque la promoción del bien común exige el respeto de la propiedad privada, del derecho a la misma y de su ejercicio.
232. ¿Qué virtudes están relacionadas con el séptimo mandamiento?
Con el séptimo mandamiento se relaciona en primer lugar la virtud de la justicia, la cual hace que sean respetados los derechos del prójimo y se le dé lo que es debido, y en segundo lugar la virtud de la solidaridad social.
233. ¿Qué nos prohíbe el séptimo mandamiento?
El séptimo mandamiento nos prohíbe el hurto y toda forma de sustraer y conservar injustamente los bienes del prójimo o de la colectividad, como retener deliberadamente cosas dejadas en préstamo u objetos perdidos, cometer fraudes en el comercio, pagar salarios injustos, elevar los precios especulando con la ignorancia o con la necesidad ajena, no cumplir el propio deber durante las horas de trabajo o sustraerse indebidamente o con engaño a las propias tareas.
234. ¿Tales faltas son siempre graves?
Son graves cuando el daño ocasionado al prójimo es importante.
235. ¿Qué debe hacer el que es culpable de tales faltas?
Quien ha perjudicado de cualquier manera al prójimo en sus bienes no basta que se arrepienta y se confiese; debe también resarcir lo indebidamente apropiado y reparar los daños causados.
236. ¿El séptimo mandamiento considera también los bienes de la naturaleza?
El dominio otorgado por Dios al hombre sobre los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede estar separado del respeto delas obligaciones morales, comprendidas aquéllas que miran a las generaciones futuras.
237. ¿Por qué la Iglesia se interesa también por cuestiones económicas y sociales?
La Iglesia puede y debe dar un juicio en materia económica y social cuando están en juego los derechos fundamentales de la persona y la salvación de las almas. Ella se interesa por el bien común temporal de los hombres en cuanto que está ordenado al Bien supremo que es Dios.
238. ¿En nuestras relaciones sociales es suficiente observar la virtud de la justicia?
La virtud de la justicia es absolutamente necesaria, pero no es suficiente. Además de ella es necesario ejercitar, según las propias posibilidades y las necesidades del prójimo, también la caridad y las obras de misericordia espirituales y corporales.
239. ¿Cuáles son las principales obras de misericordia?
Las principales obras de misericordia espirituales son: instruir a los ignorantes, amonestar a los pecadores, aconsejar a los dubitativos, consolar y confortar a los afligidos, perdonar las ofensas y soportas con paciencia a las personas molestas.
Las principales obras de misericordia corporales son: alimentar a los hambrientos y dar de beber a los sedientos, hospedar a los sin techo, vestir a quien lo necesita, visitar a los enfermos y encarcelados, sepultar a los muertos.
Jesús considerara hecho a Él mismo lo que hayamos hecho al más pequeño de nuestros hermanos.
240. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el séptimo mandamiento?
Obtiene la libertad interior respecto a los bienes materiales. No experimenta, por tanto, la sumisión que embrutece, sino la liberalidad que enaltece, experimentando que «hay más alegría en el dar que en el recibir» (Hch 20, 35). Así el hombre generoso, dispensador de dones, se asemeja más a su Señor, que sin pedir nada a cambio viste a los lirios del campo, alimenta a los pájaros del cielo y hace salir el sol para la felicidad de todas las criaturas.
El octavo mandamiento
241. ¿Qué nos ordena el octavo mandamiento?
El octavo mandamiento – «No darás falsos testimonio» – nos prescribe la verdad, o sinceridad, esto es, aquella virtud que consiste en mostrarse veraces en las acciones y en las palabras, huyendo de la doblez, de la simulación y de la hipocresía.
242. ¿Hay alguna otra obligación que nos atañe en cuanto cristianos?
En cuanto cristianos debemos dar testimonio del Evangelio con los actos y con las palabras.
243. ¿Cuál es el supremo testimonio que podemos dar de nuestra fe?
El testimonio supremo dado por la verdad de la fe es el martirio, que es también el acto supremo de la virtud de la fortaleza.
244. ¿Qué nos prohíbe el octavo mandamiento?
El octavo mandamiento nos prohíbe la mentira, la maledicencia y la calumnia, los juicios y las sospechas temerarias (o infundadas).
245. ¿Qué es la mentira?
La mentira consiste en decir lo que es falso con la intención de engañar. Es por su naturaleza siempre ilícita, aunque normalmente es grave sólo cuando lesiona de forma considerable la justicia o la caridad.
246. ¿Debemos decir siempre toda la verdad?No es siempre necesario, es más, alguna vez es culpable el decir toda la verdad, por ejemplo en el caso en que estamos obligados al secreto. Pero una cosa es el no decir una verdad y otra al decir una falsedad.
247. ¿Qué son la maledicencia y la calumnia?
La maledicencia, o difamación, consiste en hacer pública sin un motivo válido las faltas verdaderas, pero no conocidas, del prójimo; la calumnia, por el contrario, consiste en referir noticias falsas lesivas de su buen nombre.
248. ¿La maledicencia y la calumnia son pecados graves?
La calumnia es ciertamente más grave que la simple maledicencia. De todos modos, tanto en un caso como en el otro, la gravedad debe ser medida por la entidad del daño acarreado al buen nombre del prójimo, teniendo presente que el buen nombre es más importante incluso que los bienes materiales.
249. ¿Qué debe hacer el que ha cometido tales pecados?
Como en todos los pecados contrarios a la justicia, quien ha difamado o calumniado no basta que se arrepienta y se confiese, sino que debe reparar los daños acarreados al buen nombre del prójimo.
250. ¿Qué son las sospechas y los juicios temerarios?
Se tiene respectivamente la sospecha o el juicio temerario cuando sin un motivo razonable se sospecha o se juzga que el prójimo haya cometido cualquier culpa moral.
251. ¿Las sospechas o los juicios temerarios son pecados graves?
Se comete pecado grave sólo cuando se atribuye al prójimo con certeza y sin fundamento una grave falta.
252. ¿Cuáles son los deberes de la autoridad civil respecto a este mandamiento?
La autoridad civil debe garantizar una pública información fundada sobre la verdad, sobre la libertad y sobre la justicia, y proveer que a través del uso de los medios de comunicación social no se deriven daños para la moralidad pública o lesiones en los derechos personales de los ciudadanos.
253. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el octavo mandamiento?
Quien observa fielmente el octavo mandamiento toma posesión del papel que le compete como criatura dotada de un alma espiritual. Pues de la misma manera que Dios gobierna la creación no sometiéndola, sino atrayéndola con su esplendor, así el hombre veraz participa del privilegio de conducirse a sí mismo y a los demás no con el sometimiento, sino con la luz y la fuerza que dimana de la verdad.
El noveno mandamiento
254. ¿Qué nos ordena el novenos mandamiento?
El noveno mandamiento – «No desearás la mujer (o el marido) de tu prójimo» – nos ordena ser castos y puros también interiormente, es decir, en la mente y en el corazón.
255. ¿Qué nos prohíbe el noveno mandamiento?
El noveno mandamiento prohíbe expresamente todo deseo contrario a la felicidad conyugal, y en general todo pensamiento o deseo contrario a la castidad.
256. ¿Cuándo un pensamiento es contrario a la castidad?
Se tiene un pensamiento contrario a la castidad cuando nos representamos en la mente una acción contraria a la castidad y nos complacemos en ella.
257. ¿Qué se ha prometido a los puros de corazón?
A los puros de corazón esta prometida la visión de Dios (Mt 5, 8).
258. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el noveno mandamiento?
Obtiene la capacidad de ejercitar fácil y gozosamente el pleno dominio sobre su sensibilidad, sintiéndose satisfecho y libre. Lleva una existencia sencilla y es capaz de contemplar y de encantarse, porque vislumbra en los seres humanos la grandeza y la belleza de su Señor.
El décimo mandamiento
259. ¿Qué nos ordena el décimo mandamiento?
El décimo mandamiento – «No codiciarás los bienes ajenos» – nos ordena al desapego de las riquezas y de los bienes terrenales.
260. ¿Qué nos prohíbe el décimo mandamiento?
El décimo mandamiento nos prohíbe la avidez de los bienes terrenales, la codicia desmesurada, la envidia y el deseo de apropiarse injustamente de los bienes del prójimo.
261. ¿Qué es exactamente la envidia?
La envidia es la tristeza o el pesar frente al bien ajeno. Puede ser un pecado grave si llega a desear seriamente un mal grave al prójimo.
262. ¿Qué se ha prometido al que está desapegado delos riquezas terrenas?
A quien está desapegado o desprendido de las riquezas terrenas, al pobre de espíritu, está prometido el Reino de los cielos (Mt 5, 3).
263. ¿Qué obtiene el que observa fielmente el décimo mandamiento?
Quien observa fielmente el décimo mandamiento es colmado de la virtud de los grandes, que es la magnanimidad. Desea sólo el bien, da con generosidad, otorga misericordia y derrama benevolencia. Además es beneficiado con una gracia insólita: la de desear poseer a Dios, que es el Sumo Bien.
Los preceptos de la Iglesia.
264. ¿Por qué la Iglesia nos da los preceptos?
La Iglesia, Madre y Maestra, nos da los preceptos para garantizar a los fieles el mínimo indispensable respecto al espíritu de oración y al compromiso moral y ascético. Nosotros debemos escucharla porque Jesús ha dicho a los Apóstoles y a sus sucesores: «Quien os escucha a vosotros me escucha a mí» (Lc 10, 16).
265. ¿Qué nos prescriben los preceptos de la Iglesia?
Los preceptos de la Iglesia nos prescriben la participación en la Misa los domingos y las fiestas de precepto, la confesión al menos una vez al año y la comunión en el período pascual, y finalmente, la abstinencia de carne todos los viernes y la abstinencia el miércoles de ceniza y el viernes santo.
266. ¿En qué consiste el ayuno prescrito por la Iglesia?
El ayuno prescrito por la Iglesia consiste en hacer una sola comida normal y reducir las otras dos comidas al mínimo indispensable. Esto obliga al que es mayor de edad y no ha cumplido todavía los 59 años (mientras el precepto de la abstinencia obliga a todo el que haya cumplido los 14 años).
267. ¿Es posible sustituir la abstinencia de carne con otra obra de penitencia?
En España esto está permitido fuera del tiempo de cuaresma.
268. ¿Los preceptos de la Iglesia obligan gravemente?
Por su naturaleza los preceptos de la Iglesia obligan gravemente, pero la transgresión del precepto de la abstinencia y del ayuno es grave sólo cuando es habitual y repetida.
269. ¿Qué obtiene el que observa fielmente los preceptos de la Iglesia?
Quien observa fielmente tales preceptos es compensado por un vivo sentimiento de amor hacia la Iglesia, su Madre, a la cual dedica gustosamente su tiempo y su compromiso, y hasta su vida a imitación de Cristo Señor (Ef 5, 25).