VAMOS A HABLAR DE MORAL CATOLICA QUE BUENA FALTA HACE!!
MAS TE VALE QUE SIGAS ESTA SERIE PUES TAL PARECE QUE ESTE TEMA NO EXISTE…
La moral no es una jaula ni una prisión que quita la libertad. El conjunto de reglas, prohibiciones y mandatos que propone, sirve por el contrario para custodiar la libertad, para que el hombre pueda alcanzar, como individuo y como comunidad, su plena realización. Como las reglas de la salud tienen como fin el garantizar nuestro bienestar físico, así las normas morales son las condiciones necesarias para conducir a la persona al pleno desarrollo de sus capacidades de conocimiento y de amor.
Tomemos como ejemplo las reglas establecidas por la justicia. Si se respetan, se sirve en una sociedad ordenada y pacífica. Si, por el contrario, no son respetadas se dan gravísimos abusos, como robos, homicidios, discordias, engaños, egoísmos de todo tipo, etc.
Otro ejemplo significativo lo orecen las normas para conservar el medio ambiente. Si son respetadas, entonces el medio ambiente ayuda al hombre a vivir feliz. En caso contrario pueden derivarse consecuencias tan graves que pongan en peligro la misma existencia humana.
Las reglas, como se ve, no obstaculizan sino que facilitan y favorecen la consecución de los resultados que nosotros deseamos.
Comprendamos así las palabras de Jesús: «Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos» (Mt. 19, 17).
1. ¿Qué es la moral católica?
La moral católica es el conjunto de las normas que enseñan al hombre cómo debe comportarse para vivir según Dios, y así realizarse así mismo y alcanzar después de esta vida la felicidad eterna del Paraíso.
2. ¿Es posible resumir en pocas palabras la enseñanza de la moral católica?
Se puede resumir en pocas palabras la enseñanza de la moral católica diciendo que la cosa más importante, es más, la única cosa verdaderamente importante es vivir, crecer y perseverar hasta el final en la gracia de Dios, observado los mandamientos y evitando el pecado, sobre todo el pecado mortal, para merecer así la felicidad eterna.
3. ¿Es difícil practicar la moral católica?
La moral católica es exigente y comprometida, porque nos propone un ideal altísimo, el de vivir como hijos de Dios, pero somos ayudados en nuestro camino por los ejemplos de Nuestro Señor Jesucristo, de la Virgen María y de los Santos, y sobre todo por la gracia del Espíritu Santo que nos da en los sacramentos y podemos siempre pedir en la oración. La dificultad del empeño es después compensada por aquella gratificación, paz y alegría interior que derivan de la conquista de todo gran ideal.
Las acciones humanas
La moral se ocupa de las acciones humanas. Las verdaderas acciones humanas son aquellas que dimanan de la libre voluntad del hombre.
¿Pero el hombre es verdaderamente libre? Ciertamente sí, inequívocamente: puedo querer una manzana o una pera, o también no querer nada. Los distintos condicionamientos (familia, escuela, costumbres) en la mayoría de los casos no quitan la libertad, pero la pueden limitar. Por lo tanto es necesario afirmar que la libertad de base permanece, y todos tenemos la experiencia, no obstante los condicionamientos, de que podemos obrar según nuestro arbitrio.
Admitiendo, pues, que la verdadera acción humana es aquella que es libre, la moral no mira si nuestra acción es importante o no, si es eficaz o no, si es aplaudida o no. Lo que cuenta para la moral es si la acción que estamos realizando es buena o mala. Decir por tanto que las acciones son morales o inmorales equivale a decir que las acciones son buenas o malas.
Todas las parábolas de Jesús, en particular la del buen samaritano (Lc. 10, 30ss), indican cuáles son las acciones buenas que se han de hacer, y cuáles las malas que se han de evitar.
4. ¿De qué acciones se ocupa la moral?
La moral se ocupa de las acciones humanas, es decir, de aquellas acciones que el hombre realiza con conciencia y deliberación, y que por lo tanto implican su libertad y su responsabilidad.
5. ¿Qué es la libertad?
La libertad es la capacidad, arraigada en la razón y en la voluntad, de obrar o no obrar, o bien, de hacer una cosa en vez de otra. Ella pone a la persona en condición de dirigirse a sí misma.
6. ¿Existen factores que pueden mermar la libertad y la responsabilidad del hombre?
La libertad y la responsabilidad del hombre pueden ser disminuidas o anuladas por la ignorancia, por la violencia, por el temor y por varios condicionamientos psíquicos o sociales.
7. ¿La ignorancia atenúa siempre la responsabilidad de una culpa?
La ignorancia atenúa y hasta quita la responsabilidad de una culpa en la medida en que ella misma no esa culpable.
8. ¿También las pasiones disminuyen la responsabilidad?
Las pasiones, esto es, aquellas emociones o movimientos de la sensibilidad que empujan a obrar o a reaccionar de modo instintivo, disminuyen la responsabilidad sólo cuando son padecidas involuntariamente, de ordinario aumentan la responsabilidad.
9. ¿Cuál es el influjo de los hábitos sobre la responsabilidad?
Como las pasiones, así también los hábitos pueden disminuir o aumentar la responsabilidad según que sean sufridos involuntariamente, o bien cultivados voluntariamente.
10. ¿En base a qué podemos decir que una acción humana es buena o mala?
La bondad o no de una acción humana depende de tres factores: del objeto, de las circunstancias y del fin.
11. ¿Qué es el objeto?
El objeto, o contenido, es el bien, verdadero o presunto, sobre el que recae directamente la acción.
12. ¿Qué son las circunstancias?
Son las diversas situaciones que se unen al objeto, o contenido, modificándole en una cierta medida el valor moral.
13. ¿Qué es el fin?
El fin, llamado también intención, es aquello a lo cual tiende el hombre al realizar una acción determinada.
14. ¿En qué modo estos tres factores actúan para que una acción humana sea buena o mala?
Para que una acción determinada sea moralmente buena deben ser buenos los tres factores. Por el contrario, para que sea más o menos mala basta que sea más o menos malo uno solo de ellos.
15. ¿No es cierto que lo que cuenta es sólo la intención?
Una intención buena no puede jamás hacer bueno aquello que en sí mismo es malo. El fin no justifica los medios.
16. ¿Hay, pues, acciones que jamás es lícito realizar, ni siquiera con las mejores intenciones?
En el caso en que el objeto o contenido de la acción sea intrínsecamente malo jamás es lícito quererlo, ni siquiera con las mejores intenciones: por ejemplo, jamás es lícito, en ningún caso, matar a un inocente.