Lutero se basó en famoso punto de “Sola Scriptura” que tanto daño ha hecho a las almas
en Romanos 3,28: “28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras
de la ley” (RV 1960)
Pero notemos algo, “el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos
3:28—RV1960).
“Sin las obras de la ley” que son “las obras de la ley” que no pueden llevar al hombre a la
salvación???
En la mente de Lutero, esas obras incluían los Sacramentos, tales como el Bautismo, la
Eucaristía, y la constancia en guardar el Evangelio.
Vamos a pensar seriamente ¿es eso lo que dice San Pablo en Romanos 3,28?
Lutero llegó tan lejos en querer sostener su doctrina personal sobre la “sola fe”, que en su
propia traducción bíblica agrego la palabra “solo” a Romanos 3:28, para convencer al
pueblo de su tiempo, de que su doctrina tenía fundamento bíblico, cuando no lo tiene.
Veamos lo que dice la traducción original de Lutero. La palabra “solo” se dice en alemán
“allein”, y dice así: «So halten wir nun das der Mensch gerecht werde ohne des Gesetzes
Werke, ALLEIN” durch den Glauben». Para quienes conocen la Biblia saben que la frase
“solamente por la fe”, o como el llamo “fe sola”, se encuentra en el Nuevo Testamento
solamente en Santiago 2, 24 y dice exactamente lo contrario: “Vosotros veis, pues, que el
hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.” (RV1960)
En la Romanos 3, 28 de Lutero escribe “nicht durch den Glauben allein” (“no solo por la
fe”). Ahora bien, la palabra “solamente” que aparece en Santiago 2:24, es traducida del
griego “μονον” (“monon”), así que debe ser la misma palabra que tradujo Martín Lutero
como “allein” en Romanos 3,28 Si esto es cierto la palabra “μονον” debe de aparecer en el
original griego de esta epístola. No obstante, cuando leemos el texto griego de romanos,
¡NO está la palabra “monon”! Romanos 3:28, dice: “λογιζομεθα ουν πιστει δικαιουσθαι
ανθρωπον χωρις εγων νομου” (“logizometha gar dikaiossthai pistei anthropon xoris ergon
nomou”). Como pueden ver NO ESTA.
Esta manipulación es la base del protestantismo. Una adulteración de la Palabra de Dios.
San comparando la justificación por ser fiel al evangelio con la justificación por la ley que
enseñaban los judíos (muchos de ellos lo eran). Pablo no comparaba “la fe” con “la
obediencia a la fe” (Romanos 1:5), cuando uno obedece lo que la fe te manda hacer, no
está haciendo “obras de la ley”! Eso es ser obediente al Evangelio.
El error principal de los protestantes es confundir “obediencia de la fe” a las “obras de la
ley.” ¡No son la misma cosa!
Cuando uno vive y obedece al evangelio (Romanos 6,16, 17; 2, 8, II Tesalonicenses 1:8; 1
San Pedro 1:22), estás siendo justificado “por fe en Cristo (Romanos 3:28), y no por “las
obras de la fe judía.”
La Iglesia en sus Concilios y en el Catecismo nos dice:
1991 La justificación es, al mismo tiempo, acogida de la justicia de Dios por la fe en
Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino. Con la justificación son
difundidas en nuestros corazones la fe, la esperanza y la caridad, y nos es concedida la
obediencia a la voluntad divina.
1992 La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz
como hostia viva, santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de
propiciación por los pecados de todos los hombres. La justificación es concedida por el
Bautismo, sacramento de la fe. Nos asemeja a la justicia de Dios que nos hace
interiormente justos por el poder de su misericordia. Tiene por fin la gloria de Dios y de
Cristo, y el don de la vida eterna (cf. Concilio de Trento: DS 1529).
Somos salvos por Gracia de Dios, pero esta salvación está condicionada en San Marcos
16,15-16 al Bautismo y en Santiago a las obras de Fe y la Caridad: Santiago 2,14
“Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá
la fe salvarle”
Este es el uso de Pablo de los términos “la fe” y “las obras de ley”, e ignorar este uso y dar
otra aplicación es llegar a conclusiones falsas y doctrinas humanas.
