Estafando espíritus
Hoy me fui a la playa y cuando iba entrando me encontré con una actividad, una mesa con
unas personas recibiendo gentes, una carpa de playa, muchas gentes en short y camisetas
y me dije “Vaya, me cayo una fiesta de oficina, que puntería” pero cuando por curiosidad leí
lo que decían las camisetas leí: “Equipo de Bautismo” y me dije, bueno pues es peor de lo
que me esperaba. Era una “iglesia” pentecontalista-evangelica y no se que mas de Miami
que hacían sus bautismos.
Ya que estaba ahí y no tenia deseos de buscar otro lugar pues decidí quedarme lo mas
lejos posible, pero ni modo no pude quitar los ojos de lo que pasaba.
¿¿Y qué pasaba?? Pues que había como 30 personas del equipo bautismal y conté cinco
bautizados…en medio de una algarabía descomunal metieron a esos infelices con unas
batas azul oscuro y los sumergieron en el mar y ya…después todo el mundo se quedo
nadando y jugando en el agua y mas tarde llego el “pastor” y todo el mundo corrió a verlo y
les dijo tres palabras (con sombrero y camisa hawaiana) y se fueron a las carpas a tener un
picnic y ya. Esta indignidad fue el bautismo.
Y yo pensaba, pobre de esos cinco apostatas que estoy seguro recibieron el Bautismo de
los Apóstoles y fueron ungidos con el Santo Crisma que ahora fue manchado por el agua
salada y por la apostasía. Cuanta cuenta tendrán que dar esos falsos pastores y sus
lobeznos por perder a la imagen y semejanza de Dios.
Además, ellos que son tan bíblicos, yo le preguntaría: ¿¿¿Donde dice la Biblia que uno se
bautiza en el mar??? NO hay ninguna referencia a esto en las Escrituras. Todos los
apóstoles y toda la Iglesia desde su comienzo bautizo con agua corriente (que corre) ya
sea de rio, lago o manantial. Nunca de mar.
LAS DOS AGUAS: LAS DEL BIEN Y LAS DEL MAL
LAS AGUAS DEL BIEN:
Las aguas vivificadoras.
Cristo vino a traer a los hombres las aguas vivificadoras prometidas por los profetas. Es la
roca que, golpeada Jn 19,34, deja correr de su flanco las aguas capaces de apagar la sed
del pueblo que camina hacia la verdadera tierra prometida 1Cor 10,4 Jn 7,38 Ex 17,1-7. Es
asimismo el templo Jn 2,19ss del que parte el río que va a irrigar y vivificar a la nueva
Jerusalén Jn 7,37s Ap 22,1.17 Ez 47,1-12, nuevo paraíso.
Estas aguas no son otras que el Espíritu Santo, poder vivificador del Dios creador Jn 7,39.
En Jn 4,10-14 el agua, sin embargo, parece más bien simbolizar la doctrina vivificadora
aportada por Cristo Sabiduría 4,25. De todos modos, en el momento de la consumación de
todas las cosas, el agua viva seré el símbolo de la felicidad sin fin de los elegidos,
conducidos a los pingües pastos por el cordero Ap 7,17 21,6 Is 25,8 49,10.
Las aguas bautismales.
El simbolismo del agua halla su pleno significado en d bautismo cristiano. En los orígenes
se empleó el agua en el bautismo por su valor purificador. Juan bautiza en el agua «para la
remisión de los pecados» Mt 3,11 p, utilizando a este objeto el agua del Jordán que en otro
tiempo había purificado a Naamán de la lepra 2Re 5,10-14. El bautismo, sin embargo,
efectúa la purificación, no del cuerpo, sino del alma, de la «conciencia». 1Pe 3,21. Es un
baño que nos lava de nuestros pecados 1Cor 6,11 Ef 5,26 Heb 10,22 Act 22,16
aplicándonos la virtud redentora de la sangre de Cristo Heb 9,13s Ap 7,14 22,14.
A este simbolismo fundamental del agua bautismal añade Pablo otro: inmersión y emersión
del neófito simbolizan su sepultura con Cristo y su resurrección espiritual Rm 6,3-11.
Finalmente, el bautismo, al comunicarnos el Espíritu de Dios, es también principio de vida
nueva. Es posible que Cristo quisiera hacer alusión a ello efectuando diferentes curaciones
por medio del agua Jn 9,6s 5,1-8. Entonces el bautismo se concibe como un «baño de
regeneración y de renovación del Espíritu Santo». Tit 3,5 Jn 3,5 . En estas aguas bautiza la
Iglesia de los Apóstoles siguiendo la Tradición Bíblica
LAS AGUAS MALAS
Esa Biblia tan manoseada por ellos utiliza el mar en otra categoría de símbolos. Las aguas
de la sima marina le proporcionan la imagen más elocuente de un peligro mortal Sal 69,3,
pues su fondo se considera vecino al seol Jon 2,6s. Finalmente, un aire de fuerza maligna,
desordenada, orgullosa sigue cerniéndose en torno al mar y ocasionalmente es
representado por la figura de bestias mitológicas. Entonces simboliza los poderes
adversos, a los que Yahveh debe vencer para hacer que triunfe su designio.
Así la experiencia histórica del Éxodo, en que Yahveh secó el mar Rojo para abrir un
camino a su pueblo Ex 14,15 Sal 77,17.20 114,3.5 aparece como una victoria divina sobre
el dragón del gran abismo Is 51,10; igualmente el rugido de las naciones paganas
rebeladas contra Dios se asimila al rumor de los mares Is 5,30 17,12. Finalmente, en los
apocalipsis tardíos las potencias satánicas con que Dios se enfrentará en un último
combate vuelven a asumir rasgos análogos a los de la Tiamat babilónica: son bestias que
suben del gran abismo Dan 7,2-7. Pero el creador, cuya realeza cósmica supo desde los
orígenes domar la soberbia del mar Sal 65,8 89,10 93,3s, posee también el dominio de la
historia, en la que todas las fuerzas del desorden se agitan en vano.
El simbolismo religioso del mar no se ha perdido en el NT. Esto se percibe incluso en los
Evangelios. El mar sigue siendo el lugar demoníaco adónde van a precipitarse los puercos
hechizados Mc 5,13 p. El mar, desencadenado, sigue atemorizando a los hombres; pero
Jesús manifiesta frente a él la potencia divina que triunfa de los elementos: se dirige a los
suyos caminando sobre el mar Mc 6,49s Jn 6,19s, o también lo calma con una palabra que
lo exorciza: «¡Calla! ¡Enmudece!» Mc 4,39s, y los discípulos reconocen en este signo que
hay en él un poder sobrehumano 4,41.
Finalmente, el Apocalipsis no se contenta con poner en relación con el mar a los poderes
malignos con que Cristo señor debe enfrentarse en el transcurso de la historia Ap 13,1
17,1.
Describiendo la nueva creación, en la que se ejercerá su realeza con plenitud, evoca un día
extraordinario en el que «ya no habrá mar» 21,1. El mar desaparecerá, pues, en cuanto
abismo satánico y fuerza de desorden. Pero allá en lo alto subsistirá ese mar de cristal 4,6
que se extiende hasta perderse de vista delante del trono divino, símbolo de una paz
luminosa en un universo renovado.
Estas son las aguas en estas personas han sido bautizadas (sumergidas). El Señor tenga
misericordia de sus almas y el saque del mal y de la manipulación espiritual.
Oremos por ellas+