La cuestión del “filioque”
Muchos de ustedes no tienen idea de esta discusión bizantina (Y denle gracias a Dios) y que
fue la excusa que buscaron los soberbios jerarcas de la Iglesia de Constantinopla para
separarse de la Sede de Pedro.
¿Qué es el filioque?
Filioque (en latín), que se traduce como «y del Hijo», es una cláusula insertada por la teología
cristiana en la versión latina del símbolo niceno-constantinopolitano del Concilio de
Constantinopla I del año 381. No está presente en el texto original griego, en el que
simplemente se lee que el Espíritu Santo procede «del Padre».
Καὶ εἰς τὸ Πνεῦμα τὸ Ἅγιον, τὸ κύριον, τὸ ζωοποιόν, τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον 1
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre
Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo
Veamos esto desde la lógica y después desde la Teología.
¿¿¿Los ortodoxos dicen que el “Espíritu Santo” procede solo del Padre y ahora bien dice la
lógica el Padre y el Hijo no son un SOLO DIOS??? Y según
Y, además, Jesús lo dice en:
“26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo OS ENVIARE del Padre, el Espíritu de verdad, el
cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” San Juan 15,26
“7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador
no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.” San Juan 16,7
“9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora
en vosotros. Y si alguno no tiene el ESPIRITU DE Cristo, no es de él.” Romanos 8
“ 19 Porque sé que, por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto
resultará en mi liberación” Filipenses 1
“ 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
!!Abba, Padre!” Gálatas 4
San Basilio decía:
“Separar al Espíritu del Padre y del Hijo es peligroso para el bautizante e ineficaz para el
bautizado. “
El Concilio de Florencia dijo, en el año 1438: «El Espíritu Santo tiene su esencia y su ser a la vez
del Padre y del Hijo y procede eternamente tanto del Uno como del Otro como de un solo
Principio y por una sola espiración… Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a
su Hijo único, al engendrarlo, a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del Espíritu
Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo engendró eternamente».
La tradición oriental dice que el Espíritu procede del Padre por el Hijo. «Esta legitima
complementariedad, dice el Catecismo de la Iglesia católica, si no se desorbita, no afecta a la
identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado.»
“Si el Hijo recibiera del Padre algún poder numéricamente distinto para espirar al Espíritu
Santo, se seguiría que sería como una causa segunda e instrumental. En este sentido procedería
más del Padre que del Hijo. Pero el poder espirativo en el Padre y en el Hijo es uno e idéntico en
ambos. De este modo procede igualmente de ambos. Aun cuando a veces se diga que de
manera principal y propia proceda del Padre en cuanto que el Hijo recibe el poder espirativo del
Padre”. Gabriel Ariza
Dice el Catecismo:
245 La fe apostólica relativa al Espíritu fue proclamada por el segundo Concilio Ecuménico en el
año 381 en Constantinopla: “Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre” (DS 150). La Iglesia reconoce así al Padre como “la fuente y el origen de toda la
divinidad” (Concilio de Toledo VI, año 638: DS 490). Sin embargo, el origen eterno del Espíritu
Santo está en conexión con el del Hijo: “El Espíritu Santo, que es la tercera persona de la
Trinidad, es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo, de la misma sustancia y también de la misma
naturaleza […] por eso, no se dice que es sólo el Espíritu del Padre, sino a la vez el espíritu del
Padre y del Hijo” (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 527). El Credo del Concilio de
Constantinopla (año 381) confiesa: “Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria”
(DS 150).
248 La tradición oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del Padre por
relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como “salido del Padre” (Jn 15,26), esa
tradición afirma que éste procede del Padre por el Hijo (cf. AG 2). La tradición occidental
expresa en primer lugar la comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo diciendo que el
Espíritu procede del Padre y del Hijo (Filioque). Lo dice “de manera legítima y razonable”
(Concilio de Florencia, 1439: DS 1302), porque el orden eterno de las personas divinas en su
comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen primero del Espíritu en tanto que
“principio sin principio” (Concilio de Florencia 1442: DS 1331), pero también que, en cuanto
Padre del Hijo Único, sea con él “el único principio de que procede el Espíritu Santo” (Concilio
de Lyon II, año 1274: DS 850). Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a
la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado.
¿¿Qué más??
Se considera que la cláusula Filioque fue proclamado dogma de la Iglesia por el papa León I en
447 DC La posición a favor de la inserción de esta cláusula, llamada filioquismo, se inspiró en la
doctrina tradicional de Occidente, así como en la doctrina recogida en Alejandría. La versión
latina del credo niceno-constantinopolitano durante el III Concilio de Toledo en 589 ya la utilizo
y se extendió espontáneamente por todo el pueblo franco. En el siglo IX, el papa León III aceptó
la doctrina del origen del Espíritu Santo del Padre y del Hijo, en 1014 en Roma, se adoptó el
canto del credo con Filioque en la misa. El Concilio de Florencia, 1439 XVII Concilio Ecuménico
de la Iglesia abajo el Papa Eugenio IV y con la participación de 117 padres conciliares latinos y
37 griegos aprobó la inclusión del “Procede del Hijo” con el cual no merma ni la divinidad, ni el
orden Trinitario.
Prueba de que la Iglesia no excluye el punto de vista griego, sino que lo complementa es que a
las Iglesias Católicas Bizantinas (a la que yo pertenezco, se le permite decir el Credo sin el
Filioque y cuando el Patriarca Griego ha ido a la Santa Sede, él y el Papa han recitado el Credo
sin el Filioque) así que la controversia no es más que una excusa para esconder una gran
soberbia.
Por último, el Papa sucesor de Pedro y portador del Poder de las Llaves tiene potestad de
hacerlo y lo hizo.