La verdadera interpretación de los “mil años”
Según el lenguaje hebreo “mil años” significa un tiempo largo indefinido. Jesús
estableció su reino en este mundo y ese reino es la Iglesia Católica que durará “mil
años” (tiempo indefinido, es decir, hasta Su Segunda Venida CIC 668-669). Se trata de
un reino espiritual y humilde, en forma de semilla de mostaza que ha de crecer. No un
mesianismo material como esperaban los judíos. El Apocalipsis se refiere al combate
espiritual contra las fuerzas del demonio y del mundo rebelde.
Jesús nunca nos abandonó. Siempre ha estado verdaderamente presente con nosotros
en la Iglesia y lo recibimos en la Eucaristía. Al mismo tiempo Jesús ya reina en la
eternidad (Cf. 1 Cor. 15,24-27& Ap. 4-5).
La fe católica que nos viene de los apóstoles enseña que la Segunda Venida de Cristo
será gloriosa, visible para todos y definitiva. Marcará el fin de la historia y del tiempo.
Toda la humanidad será juzgada. Los buenos irán al cielo y los condenados irán con los
demonios al infierno. NO será por lo tanto una venida temporal. Esta verdad descarta
no solo el milenarismo sino también el concepto del “rapto” que se ha hecho popular
entre los fundamentalistas.
En la Santa Misa oramos por “La Gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo”. En el
Padre Nuestro rezamos “venga tu reino”. Al tener ante nosotros la esperanza cierta de
la Venida del Señor podemos perseverar en las tribulaciones del tiempo presente
sabiendo que el Señor ya tiene el triunfo sobre el mal y al final nos llevará con El al
cielo.