Por Anwar Tapias Lakatt
Colaboración de Jesús Urones
Gracias a un hermano que nos compartió un artículo evangélico titulado: ¿El Apóstol Pedro
estuvo en Roma, mito o realidad?, nos pusimos en la tarea de revisarlo, y comprobamos
que los 10 argumentos que presentaba para rechazar que Pedro nunca estuviera en Roma,
realmente giraban en torno a probar que Pedro no estuvo en cierto
momento o que Pablo debía responder o mencionarlo en ciertos momentos también. ¿Son
realmente estos argumentos, pruebas bíblicas que demuestran que Pedro jamás pisó
Roma?
El artículo con los 10 argumentos, empiezan citando un extracto de la Enciclopedia
Católica:
“… en cuanto a la duración de su actividad Apostólica en la capital romana, la continuidad o
no de su residencia allí, los detalles y éxito de sus trabajos, y la cronología de su arribo y
de su muerte, todas esas cuestiones son inciertas, y sólo pueden resolverse solamente
mediante hipótesis más o menos bien fundadas…”
A pie seguido escribe:
Es misterioso el punto de que ellos (los católicos) aseguran de que Pedro estuvo en Roma,
pero no saben lo mas importante que fue el “supuesto” trabajo que hizo él ahí,
¿interesante…no? Si analizamos bien, lo que no se puede precisar es detalles de su
trabajo en Roma, pues Pedro no tenía un San Lucas como San Pablo, para narrar esos
detalles. Al Igual que de San Pedro, tampoco de San Pablo sabemos su muerte, ni la narra
ninguno en los Evangelios. Hasta del mismo San Pablo, tampoco San Lucas narró viajes
luego de
su primera instancia en Roma, y la información histórica adicional es casi que escasa.
San Pedro no estuvo todo el tiempo en Roma, y es algo que no se sabe con precisión,
como tampoco sabemos qué decía la carta de San Pablo a los de Laodicea. Pero así como
lo único que sabemos es que hubo una carta, lo que sabemos también es que Pedro
estuvo en Roma ejerciendo su apostolado. Pero, ¿cuál es la insistencia de los protestantes
en negar esto? Pues suponen que si no estuvo en Roma, no hubo Papado. Cuan errados
están en
creer que el Primado petrino depende de su estancia en Roma. Es algo que nunca hemos
sostenido.
Adicionalmente, el autor remata ahora mencionando que los autores cristianos primitivos
reafirman que Pedro no ejerció nada en Roma:
El hecho es que muchos autores del segundo siglo DC, entre ellos Justino Mártir, niegan,
por su información, el obispado romano de Pedro. Esto es admitido por casi todos los
estudiosos – a excepción de los autores católicos conservadores. Pero, aún algo más
importante que esto es lo que dicen los registros de la verdadera iglesia de Dios
– los escritos del Nuevo Testamento -, los cuales refutan categóricamente la aseveración
católica de la primacía de Pedro en Roma.
Ya es hora de que el mundo abra sus ojos a la verdad sobre este asunto – la verdad
revelada por la Palabra de Dios.
Varias preguntas obligatorias surgen:
¿En qué obra de Justino se menciona eso?
¿Quiénes son casi todos los estudiosos?
El autor es notorio que desconoce las obras del cristianismo que reafirman la estancia de
Pedro en Roma, pero sólo para equiparar que mencione a Justino Martir, en el siglo II,
mencionemos a San Ireneo de Lyon, del siglo III: Pero como sería demasiado largo
enumerar las sucesiones de todas las Iglesias en este volumen, indicaremos sobre
todo las de las más antiguas y de todos conocidas, la de la Iglesia fundada y constituida en
Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que desde los Apóstoles
conserva la Tradición y la fe anunciada a los hombres por los sucesores de los Apóstoles
que llegan hasta nosotros1
Entonces, vemos que es completamente falso que el cristianismo primitivo rechace a Pedro
en Roma. Un estudio sobre el soporte cristiano de la estancia de Pedro en Roma, se hará
más adelante.
Pasemos entonces a los 10 argumentos presentados como prueba de que Pedro jamás
estuvo en Roma.
PRUEBA UNO:
En honor a la verdad, antes de aparecer Pedro en escena, ya que era un celote judío y
perseguidor de la iglesia cristiana, los discípulos del Señor se habían limitado a predicarle a
los judíos y samaritanos, pero no a los gentiles.
Sólo después de la experiencia de Pedro con Cornelio –centurión romano- (Hechos 10), se
comenzó la predicación a los gentiles. El mismo autor reconoce que la predicación a los
gentiles la inició San Pedro, pero no lo profundiza, así que pasa desapercibido. Con esto,
ya se prueba que sí llegó a predicarle a los gentiles y el argumento presentado pierde
fuerza. 1 Contra los Herejes, Libro III, 1.3.1
Luego del Concilio de Jerusalén se hizo más evidente la capacidad natural de Pablo para la
predicación a los gentiles, ya que había nacido y educado fuera de Israel y conocía las
costumbres e idiomas gentiles. Aparte de lo anteriormente expuesto, Pablo tenía presente
lo que el Señor le había comunicado en visión poco después de su conversión: que sería
enviado lejos a los gentiles (Hechos 22:21).
El autor busca inclinar la argumentación contra la estancia de Pedro, aludiendo el llamado
de Pablo de predicar a los gentiles, pero una cosa no quita la otra. ¿Acaso el que Pablo
predique a los gentiles, atenta contra la estancia de Pedro en Roma?
Hay que conocer la historia y saber que la sede del Papa por muchos años fue en Avignon
(Francia) y no en Roma, por lo que en nada se disminuyó el ministerio petrino en esos
años2
Pedro fue comisionado ha convertirse en el ministro principal para los CIRCUNCISOS, no
para los no-circuncidados gentiles. Pablo escribe: “Antes por el contrario, como vieron que
me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión [gentiles], COMO A PEDRO
EL DE LA CIRCUNCISIÓN [judíos]” Gálatas 2:7,8
Veamos, así como tajantemente saca esta cita de San Pablo para excluir a San Pedro de
predicar a los gentiles, ¿hará lo mismo entonces con San Pablo predicando a los judíos?
¿No será más bien el ver que, si San Pablo se llama así mismo el encargado de predicar a
los gentiles, y aun así le predicó a judíos, el raciocinio contra San Pedro queda sin
fundamento?
¿Por qué San Pablo le predica a judíos si supuestamente está llamado a predicar a
gentiles? Es cierto que San Pablo visitó muchos lugares en donde había judíos, pero el
libro de Hechos retrata muchos enfrentamientos en donde San Pablo le predica o discute
directamente con los judíos. Veamos:
Discute con los judíos en Tesalónica (Hch 17, 2)
Le predica a los judíos de Berea (Hch 17, 11)
Discute con los judíos en Atenas (Hch 17, 17)
Le predicaba a los judíos de Corinto (Hch 18, 4)
Dialogó con los judíos en Efeso (Hch 18, 19)
Refutó a los judíos en Corinto nuevamente (Hch 18, 28)
Le predicó por dos años a los judíos de Efeso (Hch 19, 19)
Y no sólo eso; el mismo Dios cuando anuncia a Ananías la misión de Pablo expresa:
El Señor le respondió: “Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar
mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel. (Hch 9, 15)
Es decir, aun siendo el apóstol de los gentiles predicó a Israel. ¿Por qué entonces usan
ese argumento contra Pedro para decir que no predicaba a gentiles, cuando ya vimos que
fue el primero en hacerlo?
2 El Papado se ejerció desde Avignon, Francia entre el año 1309 – 1377. Ver
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1205210113-cuando-los-obispos-de-roma-se
Como se ve, en el más claro de los lenguajes, fue Pablo, NO PEDRO, quien fue
comisionado a ser el Apóstol jefe a los gentiles. Y, a propósito, ¿quién fue el que escribió la
Epístola a los Romanos? Ciertamente no fue Pedro, sino Pablo.
San Pablo escribe la carta a los Romanos, pero es interesante comentar varias cosas:
Nunca se menciona que San Pablo funde la comunidad de Roma
Cuando escribe su carta a los Romanos, San Pablo se expresa así:
“A todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han
sido llamados por Jesucristo. A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a
ser santos, llegue la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo” (Rom 1, 5b-7)
Es claro que San Pablo le escribe a una comunidad, de la que no se precia de haber
fundado. ¿Cómo es posible que si San Pablo le predica a los gentiles, ya haya encontrado
una comunidad en Roma?
Sigamos con Pablo en Gálatas:
“Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo [énfasis mío], Cefas [PEDRO] y
Juan, que eran considerados como columnas. Nos dieron a mi y a Bernabé la diestra en
señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión” Gálatas 2:9
Pablo, en otra Epístola, menciona su cargo especial como Apóstol de los Gentiles:
“Del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles” 2 Timoteo 1:11
¡EN NINGUNA PARTE Pedro es llamado apóstol de los gentiles!
El autor quiere introducir una distinción entre ser llamado Apóstol de los gentiles y no haber
predicado a los gentiles. El mismo Apóstol Pedro afirma algo que tumba la argumentación
del autor: “Al cabo de una prolongada discusión, Pedro se levantó y dijo: “Hermanos,
ustedes saben que Dios, desde los primeros días, me eligió entre todos ustedes para
anunciar a los paganos la palabra del Evangelio, a fin de que ellos abracen la fe” (Hch 15,
7)
Lo interesante es que este discurso lo hace Pedro delante de San Pablo. Estamos
aproximadamente en el año 50 d.C y San Pedro reconoce que ha sido llamado a predicar a
los paganos. ¿Por qué si el escogido para los paganos era San Pablo?
En el Concilio estaba presente San Pablo; algo que deducimos de esto:
Algunas personas venidas de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían
circuncidar según el rito establecido por Moisés, no podían salvarse. A raíz de esto, se
produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se
decidió que AMBOS, junto con algunos otros, SUBIERAN A JERUSALEN para tratar
esta cuestión con los APOSTOLES y los presbíteros. (Hch 15, 1-2) Es decir, delante de
San Pablo, San Pedro afirma que fue escogido para predicar a los paganos. Incluso,
vayamos a
la carta a los Gálatas que es la que da origen al rechazo por parte de los nos católicos:
“Al contrario, aceptaron que me había sido confiado el anuncio del Evangelio a los
paganos, así como fue confiado a Pedro el anuncio a los judíos. Porque el que constituyó a
Pedro Apóstol de los judíos, me hizo también a mí Apóstol de los paganos. (Gal 2, 7-8)
Y aquí tenemos que preguntarnos: ¿Esto concluye que Pedro no pudo estar en Roma?
¿Que le impedía a Pedro ir a Roma?
Igualmente, hay que saber analizar el mensaje central. San Pablo afirma ser escogido
como Apóstol de los paganos, pero veamos qué le dice Dios a Ananaías cuando lo envía a
Pablo:
El Señor le respondió: “Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar
mi Nombre a todas las naciones, a los reyes Y AL PUEBLO DE ISRAEL. (Hch 9, 15)
¿Es decir, que Dios se contradijo o se confundió? ¿Cómo es que Dios MISMO diga que lo
ha escogido para llevar su nombre al pueblo de Israel, pero San Pablo diga que Dios lo
escogió para anuncio a los paganos, teniendo claro en decir que fue San Pedro el Apóstol
de los judíos?
Y lo seguiremos viendo cuando leemos:
“Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba
decididamente en el nombre del Señor. Hablaba también con los judíos de lengua griega y
discutía con ellos, pero estos tramaban su muerte. (Hch 9, 28-29)
Así vemos a Pablo predicando a judíos y vemos a Pedro visitando paganos:
Pedro, en una gira por todas las ciudades, visitó también a los santos que vivían en Lida.
(Hch 9, 32)
Incluso, cuando Pablo afirma que Pedro siendo el “apóstol de los judíos” vemos que se
traslada a Antioquía: “Pero cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente porque su
conducta era reprensible” (Gal 2, 11). San Pedro visitaba comunidades fuera de Israel.
Concluimos que con estas citas JAMAS se podría alegar que Pedro no estuvo en Roma.
PRUEBA DOS:
Pablo le dijo específicamente a los Romanos que EL había sido escogido para ser el
Apóstol de ellos, no Pedro. “Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como
para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada, para ser ministro de
Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean
ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo” Romanos 15:16
Pablo tuvo el encargo directo de Jesucristo en este asunto. El además relata en Romanos
15:18, que fue Cristo quien lo había escogido a él para “la obediencia de los gentiles, con la
palabra y con las obras”
Como ya vimos en el argumento 1, el mismo Dios menciona que San Pablo predicará al
pueblo de Israel, y vemos que lo hace:
“Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba
decididamente en el nombre del Señor. Hablaba también con los judíos de lengua griega y
discutía con ellos, pero estos tramaban su muerte. (Hch 9, 28-29)
De la misma forma, cuando le predica a los gentiles no vemos que San Pablo hable de un
llamado puntual a una comunidad, sino que su misión es llevar el mensaje a otros pueblos.
En ningún momento, lo que afirma el autor es verdad: Pablo le dijo específicamente a los
Romanos que EL había sido escogido para ser el Apóstol de ellos, no Pedro
Cuando leemos bien a San Pablo leemos otra cosa:
“En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, a causa de todos
ustedes, porque su fe es alabada en el mundo entero” (Rom 1, 8)
Es decir, la fe de los romanos es alabada en el mundo entero.
Es curioso que justo en la comunidad de Roma, que Pablo no fundó, que encuentra ya
formada, sea esa comunidad la de cuya fe sea alabada en EL MUNDO ENTERO. ¿Será
acaso por ser la comunidad donde trabajaba San Pedro,
siendo él el Príncipe de los Apóstoles?
“Dios, a quien tributo un culto espiritual anunciando la Buena Noticia de su Hijo, es
testigo de que yo los recuerdo constantemente, pidiendo siempre en mis oraciones que
pueda encontrar, si Dios quiere, la ocasión favorable para ir a visitarlos. Porque tengo un
gran deseo de verlos, a fin de comunicarles algún don del Espíritu que los fortalezca, mejor
dicho, a fin de que nos reconfortemos unos a otros, por la fe que tenemos en común.”
(Rom 1, 9-12)
Pablo desea visitarlos para comunicar un don del Espíritu y reconfortarse MUTUAMENTE.
Es importante ver que no es que Pablo le diga a los Romanos que él fue escogido en
específico para ellos, pues Pablo ni siquiera había ido. Tenía el deseo de ir. ¿Cómo podría
ser escogido específicamente para ellos pero sin haber ido?
Además, vemos que Pablo quiere reconfortarse mutuamente. Es decir, quiere también
RECIBIR de esa comunidad cuya fe ya es alabada en TODO el mundo.
Hermanos, quiero que sepan que muchas veces intenté visitarlos para recoger algún
fruto también entre ustedes, como lo he recogido en otros pueblos paganos; pero hasta
ahora no he podido hacerlo. Yo me debo tanto a los griegos como a los que no lo son, a los
sabios como a los ignorantes. De ahí mi ardiente deseo de anunciarles la Buena Noticia
también a ustedes, los que habitan en Roma (Rom 1, 13-15)
Pablo entonces no ha ido a Roma cuando escribe la carta, por lo que no puede el autor
afirmar que Pablo se siente escogido para ellos. Sin embargo, San Pablo elogia lo que ya
tienen los romanos. Cuando el autor coloca el texto de (Rom 15, 6) deja por fuera todo el
contexto de la cita. Veamos:
Por mi parte, hermanos, estoy convencido de que ustedes están llenos de buenas
disposiciones y colmados del don de la ciencia, y también de que son capaces de
aconsejarse mutuamente. (Rom 15, 14)
Esto que San Pablo elogia en los Romanos cómo lo aprendieron?
Sin embargo, les he escrito, en algunos pasajes con una cierta audacia, para recordarles
lo que ya saben, correspondiendo así a la gracia que Dios me ha dado: la de ser ministro
de Jesucristo entre los paganos, ejerciendo el oficio sagrado de anunciar la Buena Noticia
de Dios, a fin de que los paganos lleguen a ser una ofrenda agradable a Dios, santificada
por el Espíritu Santo. (Rom 15, 16)
Pablo viene a RECORDAR. ¿Quién le enseñó a los romanos lo que él quiere recordar?
Ser ministro para los paganos no se niega, es el pulmón del ministerio de Pablo, pero
querer desechar que por ello Pedro no pudiera estar en Roma es muy infantil.
¡Yo tengo de qué gloriarme en Cristo Jesús, en lo que se refiere al servicio de Dios!
Porque no me atrevería a hablar sino de aquello que hizo Cristo por mi intermedio, para
conducir a los paganos a la obediencia, mediante la palabra y la acción, por el poder de
signos y prodigios y por la fuerza del Espíritu de Dios. Desde Jerusalén y sus alrededores
hasta Iliria, he llevado a su pleno cumplimiento la Buena Noticia de Cristo (Rom 15, 17-19)
¿Realmente donde le habla a los romanos, como comunidad elegida por Dios para que sea
él quien los dirija?
Ya vimos que Pablo no ha podido ir a Roma, ha querido ir pero la intención de su viaje es
comunicarles un don, anunciarles la Buena Nueva pero a la vez reconfortarse mutuamente,
con la comunidad de cuya fe todo el mundo entero alaba.
No veo como este argumento pueda probar que Pedro no pudo estar en Roma, al
contrario, deja fuertes bases para asociar a Pedro una comunidad como esta que ya está
formada, crecida y con una fe reconocida.
PRUEBA TRES:
Pablo mismo –no Pedro- nos dice que él iba a confirmar oficialmente la iglesia romana:
“Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis
CONFIRMADOS” Romanos 1:11
Según el Diccionario de La Lengua Española, una de las acepciones de confirmar es el de
asegurar, dar a una persona o cosa mayor firmeza o seguridad.
¡Sorprendente! La iglesia de Roma no tenía establecida aún la verdad completa por los
años de 55 o 56 DC, estando Pedro en Roma, según los católicos.
En la argumentación del autor ahora resulta que Pablo quiere ir a verlos porque no tenían
establecida la verdad completa. Es sencillamente ridículo. Ya vimos en el punto dos que
San Pablo al contrario de lo que supone el autor:
Reconoce que la fe de los romanos es alabada en TODO EL MUNDO (Rom 1, 8). Como
complementa Jesús Manuel Urones: esto demuestra que San Pedro ya les habría
catequizado. Es conocida en todo el mundo. La Iglesia de Roma ya empieza a destacar.
recordemos la carta de San Ignacio a los Romanos: “libres de todo tinte extraño en su fe”
palabras muy similares a estas de Pablo”
Quiere ir a recordarles cosas que ya saben (Rom 15, 16)
Reconoce que están colmados con el don de ciencia (Rom 15, 14). Jesús Urones al
respecto: eso significa el Espíritu Santo ya había actuado en Roma. Algún Apóstol tuvo que
llevarlo obligatoriamente
Quiere ir para reconfortarse mutuamente ( Rom 1, 12) ¿Con quienes supuestamente no
tienen la verdad completa? Jesús Urones al respecto: Quiere ir para reconfortarse
mutuamente pues sabe esa Iglesia, es la madre de todas, y es la que a él le puede
reconfortar, tal como en Galatas 1 cuando va a visitar a San Pedro para que él le dé su
visto
bueno y le reconforte a seguir predicando, aquí San Pablo quiere que los Romanos le
reconforten en su fe antes de seguir su viaje hacia España. (Rom 15,24)
¿Podemos visualizar el tremendo error del autor sobre la fe de los romanos?
Incluso, lo mismo hace San Pablo con la comunidad de Tesalónica. Revisemos si eso da a
pensar que tampoco esa comunidad tenía la verdad completa:
Por eso, no pudiendo soportar más, resolvimos quedarnos en Atenas y enviarles a
Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio de la Buena Noticia de
Cristo. Lo hicimos para afianzarlos y confortarlos en la fe (1 Tes 3, 1)
Pero aun viendo que San Pablo le envía a Timoteo a la comunidad para afianzarlos y
confirmarlos, veamos qué ha dicho San Pablo sobre ellos antes:
“¿Quién sino ustedes, son nuestra esperanza, nuestro gozo y la corona de la que
estaremos orgullosos delante de nuestro Señor Jesús, el Día de su Venida? ¡Sí, ustedes
son nuestra gloria y nuestro gozo”! (1 Tes 2, 19-20) ¿Cómo podríamos pensar que una
comunidad de la que San Pablo se expresa en estos términos, si les manda a
Timoteo a afianzar y confortarlos en la fe implica que no tenían la verdad establecida?
Es increíble como al autor sí se le ocurre semejante argumento, teniendo ya por sentado lo
que San Pablo reconoce en la comunidad de Roma.
Otro argumento que puede explicar el por qué San Pedro no estaría cuando San Pablo
escribe su carta, nos lo da Jesús Urones citando un comentario de la Nacar Colunga, sobre
el libro de Hechos3
:
Lucas no excluye que para la lapidación de Esteban hubiera una sentencia formal del
sanedrín. En ese caso, surge enseguida la dificultad de cómo se iba a atrever el sanedrín a
ejecutar una sentencia de muerte sin haber sido confirmada por el procurador romano.
Sería el mismo caso que el de Jesucristo (cf. Mc 14:64; Jn 18:31), y aquí por ninguna parte
aparece la intervención del procurador. Quizás la explicación pudiera estar en que se
hallase
entonces vacante el cargo de procurador, como lo sería, por ejemplo, durante el tiempo
comprendido entre la destitución de Pilato, a principios del año 36, y la llegada de su
sucesor Marcelo. En efecto, sabemos que en el año 62, durante una vacancia semejante,
en el intervalo entre la muerte del procurador Festo y la llegada de su sucesor Albino, el
sanedrín ordenó la lapidación de Santiago, obispo de Jerusalén
Continúa la explicación de Jesús:
Luego si Esteban murió en el año 36 d.C. y Pablo se convierte poco después, podemos
poner la conversión de San Pablo en el año 36 d.C. Conforme a Gálatas 1:18 Tres años
después fue a ver a Pedro a Jerusalén esto sitúa a San Pedro en Jerusalén en el año 39
d.C. Y más adelante dice San Pablo: Al cabo de catorce años, subí nuevamente a
Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo a Tito. Lo hice en virtud de una revelación divina,
y les expuse el Evangelio que predico entre los paganos, en particular a los dirigentes, para
asegurarme que no corría o no había corrido en vano.
Galatas 2,1: Por lo tanto tenemos a San Pablo en Jerusalén otra vez en el año 53 d.C.
Posteriormente a eso tenemos el incidente de Antioquia, eso significa que Pedro estaba allí
después del año 53 d.C., lo que lo sitúa fuera de Roma 3 años antes de escribirse la carta
Que haya vuelto a Roma inmediatamente después de esto es poco probable, por lo que es
más lógico que volvió al final de sus días haya por los años 60 d.C.
PRUEBA CUATRO:
Encontramos que Pablo no sólo está queriendo confirmar la Iglesia en Roma, sino que él
enfáticamente nos dice que su política fue la de NUNCA construir sobre lo que otro hombre
había establecido:
“Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido
nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno” Romanos 15:20
Si Pedro hubiese “fundado” la Iglesia romana unos diez (10) años antes de esta afirmación,
ésta representaría una
afrenta a Pedro, puesto que prácticamente la iglesia de Roma era una iglesia con
fundamentos muy débiles, prácticamente no establecida, aún y cuando Pedro
supuéstamente estaba en Roma. La verdad es que ni Pedro ni Pablo fundaron la iglesia de
Roma, sino que el mensaje cristiano llegó a esas tierras antes que ellos, por medio de
gente judía o gentil cristianizada que se desplazaban libremente a lo largo y ancho del
imperio romano, tal como ocurrió con la iglesia de Antioquia, la cual no fue fundada por los
apóstoles (ver Hechos11:19,20)
Nuevamente debemos analizar lo que trata el autor de negar, porque tratando de
desestimar la estancia de Pedro en Roma, con este argumento da a entender que en
Roma estaban tan mal que no había verdad, ni comunidad, pues si él quería ir era porque
no había fundamento puesto por ninguno, sino no hubiera decidido ir.
Al respecto hay varias cosas que plantear:
Veamos el texto completo en donde San Pablo afirma no predicar sobre fundamento ajeno:
“Por el poder de signos y prodigios y por la fuerza del Espíritu de Dios. Desde Jerusalén y
sus alrededores hasta Iliria, he llevado a su pleno cumplimiento la Buena Noticia de Cristo,
haciendo cuestión de honor no predicar la Buena Noticia allí donde el nombre de Cristo ya
había sido invocado, para no edificar sobre un fundamento puesto por otros.
Así dice la Escritura: Lo verán aquellos a los que no se les había anunciado y
comprenderán aquellos que no habían oído hablar de él.
Por eso en todo este tiempo no he podido ir a verlos.
Pero como ya he terminado mi trabajo en esas regiones y desde hace varios años tengo un
gran deseo de visitarlos,
espero verlos de paso cuando vaya a España, y que me ayuden a proseguir mi viaje a ese
país, una vez que haya
disfrutado, aunque sea un poco, de la compañía de ustedes” (Rom 15, 19-24)
San Pablo está manifestando que su misión evangelizadora de pueblos paganos no
obedece a un capricho personal,
sino que es un mandato recibido. Importante ver que menciona JERUSALEN, es decir,
menciona a Israel, algo que
entraría en choque con la postura del autor de suponer exclusiones territoriales entre Pablo
y Pedro.
Pero lo más importante a analizar es cuando dice:
“Por eso en todo este tiempo no he podido ir a verlos” Eso es la respuesta a algo. ¿Pero a
qué? San Pablo ha realizado visitas a varios lugares, ha fundado varias comunidades,
lugares donde NO HABIA FUNDAMENTO AJENO: Efeso, Corinto, Tesalónica, son
ejemplos de este
tipo de comunidades. Sin embargo, Roma no aplica ahí. San Pablo no está dando a
entender que en Roma no hubiera fundamento, sino que él no los ha visitado porque se ha
dedicado a predicar en lugares donde nadie ha predicado. Menciona “..hasta Iliria”, lo que
cubre la península balcánica.
Ahora que San Pablo ha terminado esos viajes, desea ir a visitarlos. Lo desea hace varios
años, más sin embargo San Pablo se dedica a ir a las comunidades que él ha fundado,
donde no había otro fundamento. Sería extraño que San Pablo deseara desde hace años ir
a Roma, saber que no hay fundamento y no hacerlo. Y encima, alabar la fe de los romanos,
reconocida en todo el mundo.
Pablo tiene un DESEO, menciona que será un viaje de paso cuando vaya a España. Es
decir, ni siquiera Roma es un destino necesario para San Pablo, sino que es más una
VISITA. Incluso, San Pablo dirá: “Una vez que haya disfrutado, aunque sea un poco, de la
compañía de ustedes” ¿Da esto para pensar que en Roma no hay fundamento? ¿Una
comunidad sin fundamento es mencionada por San Pablo en estos términos?
Respecto a la supuesta afrenta que sería para San Pedro, la intención de San Pablo,
¿dónde se deduce tal afrenta? ¿Es posible pensar en una afrenta para quien tiene un
deseo que de paso a España, pase a visitarlos, y disfrutar de su compañía? Es obvio que
San Pablo quiera compartir la Buena Nueva, pero de ahí a deducir que San Pedro no
pudiera haber estado nunca en Roma hay un trecho inmenso.
Cuando el autor afirma:
“fundamentos muy débiles, prácticamente no establecida, aún y cuando Pedro
supuestamente estaba en Roma” ¿Realmente eso es lo que San Pablo piensa de los
romanos? Vemos que no.
Eusebio en su Crónica, indica que San Pedro estuvo presidiendo de la sede de Roma
luego de colocar a Evodio como Obispo, sin indicar que signifique que estuvo siempre en
Roma4
. Como sabemos él estuvo en Jerusalén hacia el 50 D.C y antes había estado en Antioquía
donde también había establecido a Evodio como Obispo5
.
La llegada de San Pedro a Roma, debió iniciar hacia el 42 D.C aproximadamente. Esto
debe estar acorde a lo
indicado en Hechos:
“Y saliendo de allí, se fue a otro lugar” (Hch 12, 17). Ese otro lugar debió ser Roma. Sin
embargo, según otras fuentes su llegada pudo ser en el 44 D.C.
En el debate se debe cuidar entre que Pedro haya fundado la comunidad de Roma a que
Pedro no haya estado en Roma. El autor menciona:
“La verdad es que ni Pedro ni Pablo fundaron la iglesia de Roma, sino que el mensaje
cristiano llegó a esas tierras antes que ellos, por medio de gente judía o gentil
cristianizada”
Sabemos que cuando San Pablo se encuentra con Aquila:
Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia
con su mujer Priscila, romanos a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los
judíos a salir de Roma (Hch 18, 2)
Hay muchas investigaciones al respecto de cuando fueron expulsados. Suetonio lo
menciona, pero no se data la fecha. Sin embargo, los estudios adelantados6
pueden concluir que la expulsión ocurrió hacia el año 49 D.C, por lo
que se supone que ya habían cristianos en Roma, que al tener disputas con los judíos, hizo
que Claudio los
decidiera expulsar, sin pensar que hayan sido todos, pues eran casi 40.000 judíos.
Jesús Urones nos presenta una explicación de la Biblia Haydock para la cita de Rom 15,
207
:
Pablo no quiere decir, que nunca predicó donde antes se había anunciado el evangelio;
esto no hubiera sido así, porque él predicó en Damasco, donde ya eran cristianos, a los
que antes deseaba tener en cadenas a Jerusalén; y de nuevo en esta epístola que anuncia
las verdades del Evangelio a los Romanos ya convertidos por la predicación de San Pedro.
Pero que quiere decir, que en estas ocasiones no actúa como un apóstol, cuyo oficio es
predicar a los infieles; pero a medida que las aguas, confirma, comodidades, como dice en
el comienzo de esta epístola: y esto lo hizo cuando la ocasión se ofreció, como los versos
posteriores muestre, donde nos cuenta su diseño para pedir a los romanos, en su viaje a
España.
Importante la analogía dada con Damasco, lo que demuestra y confirma que es falso
suponer que a todo lugar donde llegaba San Pablo, era porque no había fundamento.
Otro aporte que nos trae Jesús Urones, de la Biblia Nacar Colunga es:
No gustaba Pablo de edificar sobre fundamentos ajenos, sino de trabajar en terrenos
vírgenes, donde el nombre de Cristo no hubiera sido todavía anunciado (cf. Rom 15:20; 2
Cor 10:13-16). Según este principio, nada hubiera tenido que hacer en Roma, cuya iglesia
llevaba ya varios años de existencia y no había sido fundada por él. Sin embargo,
el caso de Roma era singular. No obstante el anterior principio, expresamente dice a los
Romanos que “muchas veces se había propuesto ir a verlos” (1:13). También dice qué era
lo que le impelía a ello: “recoger algún fruto también entre vosotros, como entre los demás
gentiles” (1:13) o, como delicadamente había dicho poco antes,
“consolarme con vosotros por la mutua comunicación de nuestra común fe” (1:12). Y es
que Roma, por su condición
de capital del Imperio, era eminentemente cosmopolita, en la que Pablo mismo tenía
muchos conocidos (cf. 16:3-16), y desde donde, como cuartel general, la doctrina de Cristo
podía más fácilmente extenderse hasta las más remotas provincias. La iglesia de Roma no
podía, pues, serle indiferente a él, el Apóstol de los “gentiles” (cf. 1:5.14; 11:13; 15.16).
De todos modos, aun con estas justificaciones, no parece que Pablo tuviera nunca
intención de detenerse a ejercer el apostolado en Roma. Su intención debió de ser siempre
más bien la de una estadia breve, de paso hacia otras regiones cercanas como es el caso
de la Península Ibérica, las Galias. De hecho, así quiere que sea la visita que ahora
anuncia a los Romanos: “Desde Jerusalén hasta la Iliria y en todas direcciones he
predicado cumplidamente el evangelio de Cristo: sobre todo me he hecho un honor de
predicar el evangelio donde Cristo no era conocido, para 6
(Al respecto leer el ensayo titulado: El edicto de Claudio y la comunidad judía de Roma.
7 http://haydock1859.tripod.com/id159.html (Versión en inglés) 8
http://www.mercaba.org/Biblia/Comentada/Romanos.htm)
no edificar sobre fundamentos ajenos..; pero ahora, no teniendo ya campo en estas
regiones y deseando ir a veros desde hace bastantes años, espero veros al pasar, cuando
vaya a España, y ser allá encaminado por vosotros, después de haber gozado un poco de
vuestra conversación” (15:19-24). He aquí claramente indicada la ocasión de
esta carta: anunciar a los Romanos su visita, de paso para España.
De todo esto podemos concluir que no hay problema si cuando Pedro llegó a Roma ya
habían cristianos, pero es claro que la llegada de Pedro, lograría la consolidación y
estructuración de esta comunidad. La fecha dada por Eusebio coincide con la fecha en que
San Lucas menciona que partió a otro lugar, y sobre todo que San Pablo los quiere visitar
de paso a España y no para formar una comunidad o afirmar a una comunidad débil.
CINCO:
Al final de la carta de Pablo a los Romanos, él saluda a no menos de 28 individuos, pero
NUNCA menciona ni una sola vez a Pedro. Lea todo el capítulo 16 del libro de Romanos.
Recuerda, Pablo saludó a toda esa gente en el año 55 o 56 DC. ¿Por qué no mencionó a
Pedro? Simplemente porque Pedro no estaba allí.
Este argumento tiene su base de fundamentación es que San Pablo no menciona a San
Pedro en su carta a los Romanos.
¿Es realmente esto una prueba contundente? ¿Que podría realmente probar?
El argumento 5 gira en torno a los saludos a quienes están en Roma. Pero ¿a quienes
están cuando? A los que están cuando la carta llega. La carta es enviada con la diaconisa
Febe (Rom 16, 1). Por tanto, la carta no indica quienes han pasado por Roma, quienes han
evangelizado en Roma, sino quienes de los que están en Roma han tenido un servicio con
San Pablo.
La forma en que San Pablo va mencionando a las personas y los saludos que Pablo envía,
siempre los pide en plural: “saluden”, demuestra que son personas cercanas a Pablo y que
tienen algún vínculo de experiencia con él, pero es muy genérico el mandato del saludo.
¿Quién se encargará de darlo? Es muy importante detenerse que Pablo no indica a quien
se le va a entregar la carta.
Los que recibirán el saludo tienen en su mayoría un vínculo cercano pero a la vez,
seguramente personas que no ve en mucho tiempo.
· Prisca y a Aquila = colaboradores en Cristo Jesús.
· Epéneto = amigo, primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor.
· Andrónico y a Junia = parientes y compañeros de cárcel
· Ampliato = amigo querido en el Señor
· Urbano = “nuestro” colaborador en Cristo
· Estaquis = querido amigo.
· Herodión = pariente
· Trifena y a Trifosa = que tanto se esfuerzan por el Señor
· Persis = que también ha trabajado mucho por el Señor.
· Rufo = elegido del Señor, y a su madre, que lo es también mía.
· Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con
ellos.
· Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, así como también a Olimpia, y a todos los
santos que viven con ellos.
Si observamos, los saludos de San Pablo no mencionan a ningún presbítero, ni a ninguno
por ser líder de la comunidad. Es decir, por estos saludos, no logramos identificar los
cargos de quienes sirven en esta comunidad. Es un saludo fraterno; la misma forma del
saludo en donde sin saber a quien le pide que envíe los saludos (tal vez a los líderes o
presbíteros de la comunidad), muestra que los saludos van son a la comunidad de
creyentes como tal.
Cuando analizamos los saludos finales que San Pablo da en todas sus cartas, podremos
ver una gran diferencia frente al resto, que al ser comunidades fundadas por Pablo, los
saludos directos son muy escasos, pues conoce de primera mano a la comunidad.
Veamos:
· 1 Corintios: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero.
· 2 Corintios: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero
· Gálatas: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero
· Efesios: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero
· Filipenses: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero. Menciona a
dos mujeres pero para que se pongan de acuerdo: Evodia y Síntique (Fil 4, 2)
· Colosenses. El saludo directo que envía lo hace a la comunidad de Laodicea: Ninfas (Col
4, 15). Curioso que a la Iglesia de Filipos no envíe ningún saludo directo, siendo que les
escribe a ellos. (Esta comunidad no fue fundada por San Pablo)
· 1 Tesalonicenses: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero
· 2 Tesalonicenses: No envía saludo directo a nadie ni menciona ningún presbítero
De esta forma, la carta a los Romanos marca la diferencia del resto de cartas.
¿Supondríamos que en el resto de comunidades fundadas por Pablo en las que no
menciona ningún líder o encargado era porque no había?
En la carta a los Romanos, San Pablo menciona personas que ha conocido en el camino y
con quien ha tenido algún vínculo especial.
Siendo San Pedro el líder de toda la cristiandad, ¿tendría que saludarlo de la misma
forma? No porque sea el líder, sino porque su vínculo con San Pablo es diferente. Siendo
que se ha encontrado con San Pedro dos veces en Jerusalén y han interactuado, si hasta
lo exhortó por su conducta, lo saludaría al mismo nivel de Urbano o Prisca? Creo que el
vínculo de San Pablo y San Pedro se maneja a otro nivel. San Pedro no es simplemente un
colaborador o compañero de cárcel, y San Pablo lo sabe.
Además, ¿si San Pedro no hubiera estado en Roma, cosa que no sería extraña cuando
San Pablo escribe la carta (año 57/58 D.C), si San Pablo supiera que San Pedro estuviera
en otro territorio, algo que no es descabellado, por el nivel en la Iglesia de ambos, sería
extraño que no lo mencionara?
Como lo reafirma Jesús Urones:
Que Pedro no este en Roma en el año 55 o 56 no significa no haya estado antes ni vaya a
estar después. Es simplemente insignificante eso pues como primer obispo de Roma él
viajaba mucho de un lado para otro, eso no significa no fuera Obispo de Roma. El ser
Obispo nada tiene que ver con el lugar donde estés en una fecha en concreto .Todo apunta
a que Pedro llegaría a Roma en el año 62 D.C aproximadamente.
Así, como expresaba Eusebio en su Crónica[9]:
“Pedro, el corifeo, después de haber primero fundado la Iglesia en Antioquía, fue a la lejana
Roma predicando el Evangelio, y él también, después de la Iglesia de Antioquía presidió
sobre Roma hasta su muerte”
Pedro presidió en Roma, pero no significa que siempre estuviera ahí.
PRUEBA SEIS:
Unos cuatro años después que Pablo le escribiera a los romanos, fue llevado como
prisionero a Roma a fin de ser sometido a juicio ante César. Cuando la comunidad cristiana
en Roma supo del arribo de Pablo, todos fueron a saludarlo:
“de donde, oyendo de nosotros los hermanos salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio…”
Romanos 15:20
Una vez más, no hay una sola mención de Pedro entre los que estaban en Roma. Esto
hubiera sido un hecho importante que reseñar por parte de Lucas –escritor de Hechos de
los Apóstoles-, puesto que Lucas siempre menciona por nombre a los Apóstoles
importantes en su narración de los Hechos. Pero, el hecho es que no dice nada del
encuentro de Pedro con Pablo.
¿Por qué? ¡Porque simplemente Pedro no estaba en Roma!
En este argumento hay que hacerle una corrección a la cita, pues es (Hch 28, 15). El
argumento gira a que cuando Pablo llegó a Roma, Pedro no fue a recibirlo, y por tanto no
estaba.
Realmente los puntos argumentados se empiezan a volver giratorios y buscan extrapolar
momentos. Es decir, si pruebo que en un momento X, Pedro no estaba en Roma significa
que nunca lo estuvo.
Lo malo de intentar esta estrategia es que generaliza más allá de lo posible y se vuelve
ambigua y especulativa, principalmente porque nunca hemos sostenido que Pedro estuvo
siempre en Roma sin ausentarse, lo que ya diera para derribar varios puntos presentados.
Respecto a la cita vamos a analizarla:
“Los hermanos de esta ciudad, informados de nuestra llegada, nos salieron al encuentro y
nos alcanzaron a la altura del “Foro de Apio” y en las “Tres Tabernas”. Pablo, al verlos, dio
gracias a Dios y se sintió reconfortado” (Hch 28, 15)
Curiosamente el autor menciona:
“Cuando la comunidad cristiana en Roma supo del arribo de Pablo, todos fueron a
saludarlo:”
¿TODOS? No lo dice el texto. Adicionalmente, ¿sabemos donde estaba el Foro Apio y las
Tres tabernas?
Esos lugares estaban a 69 y 53 kilómetros de Roma[10]. Es decir, NO eran lugares dentro
de Roma sino a las afueras. Los hermanos de Roma se adelantaron a esperar a Pablo.
¿Pensamos que TODA la comunidad de Roma se movilizó casi 70 kilómetros a esperar a
Pablo, y además que Pedro tendría con la edad avanzada que moverse esa distancia sólo
para recibir a Pedro? Y ojo, no afirmamos que Pedro estuviera en ese momento, pero aun
estando en Roma, de verdad piensa el autor que se movería 70 kilómetros para ir a
esperarlo?
Ahora, según el autor del argumento:
“Esto hubiera sido un hecho importante que reseñar por parte de Lucas”
Es extraño que San Pablo salude a tantas personas directas al final de su carta a los
Romanos, pero San Lucas no diga nada de nadie que recibiera a San Pablo. Es decir, el
texto dice:
“Cuando llegamos a Roma, recibió autorización para alojarse en una casa particular con un
soldado que lo custodiara” (Rom 28, 16)
No hay mención de NADIE. Curioso que no se mencione a nadie, ni a Prisca, ni a Rufo, ni
a Urbano, ni a Apeles ni a ninguno. Debemos suponer y afirmar que de todos los que
mencionó en Rom 16, acá ninguno estaba en Roma, pues como no los menciona San
Lucas y esto es el argumento del autor de la refutación, para negar la estadía de Pedro en
Roma.
Ahora, cuando por ejemplo revisamos cómo fue la acogida del regreso de Pablo a
Jerusalén en un viaje anterior vemos:
Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría” (Hch 21, 17). Es
igual, no mencionan a más nadie recibiendo a San Pablo. Si bien a versículo seguido
hablan de un encuentro con Santiago el día siguiente, ni Santiago es mencionado yéndolo
a recibir a su llegada a Jerusalén.
Entonces, para el caso de Roma, si el autor cuestiona que Pedro no lo recibiera, no tiene
sentido. Si busca mostrar que Pedro no estaba en ese momento, es algo que no atenta con
que Pedro haya estado antes o después en Roma, sino que simplemente en ese momento
no estaba.
Pero analicemos algo, San Lucas que escribe Hechos, menciona a San Pedro en el
capítulo 12 cuando parte a otro lugar, y luego en el Concilio de Jerusalén. ¿Qué
deducimos? Que San Lucas no conoce ni recorre el itinerario de San Pedro sino el de San
Pablo. Quiere decir, que si no lo menciona nuevamente no es porque nunca estuvo en
Roma, sino porque su escrito expresa todos los viajes misioneros de San Pablo. Aunque
incluso, no dice nada de sus viajes posteriores mencionados en las cartas a Timoteo y Tito.
San Lucas dice que San Pablo vivió 2 años más en Roma y: “recibiendo a todos los que
querían verlo”. Pero San Lucas no menciona a quienes recibió.
PRUEBA SIETE:
Cuando Pablo llegó finalmente a Roma, la primera cosa que hizo fue convocar a “los
principales de los judíos” Hechos 28:17, a quienes les “declaraba y les testificaba el reino
de Dios” (v.23)
Pero lo que es más sorprendente, es que esos líderes judíos ancianos le dijeron a Pablo
que ellos sabían muy poco, aún de las enseñanzas básicas de Cristo:
“Entonces ellos les dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha
venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Pero
querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas
partes se habla contra ella” Romanos 15:21,22
Ahora, ¿qué significa todo esto? Significa que si Pedro, quien era un cristiano judío de lo
más elocuente y vehemente, hubiese estado predicando constantemente en Roma por 14
largos años antes de este episodio, y, según, TODAVÍA ESTABA ALLI… ¿Cómo es que
estos líderes judíos sabían tan poco del cristianismo, si lo primero que hacían los cristianos
judíos era predicar en las sinagogas del lugar?
Los argumentos dados hasta ahora giran en dos frentes, probar que Pedro no estuvo en un
momento X, y mostrar evidencias de las consecuencias de una comunidad donde no
hubiera estado Pedro. Ninguna de las dos, prueban que nunca estuvo ni que no lideró la
comunidad. Esto porque para lo primero jamás hemos sostenido que nunca se movió de
Roma, y segundo porque las posibles consecuencias de su ausencia se basan en
supuestos erróneos como hemos visto en los puntos anteriores.
Esta vez, el argumento que niega su estancia es la ignorancia de los principales judíos.
Pero primero veamos el contexto de todo:
“Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo:
“Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros
padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos.
Después de interrogarme, quisieron dejarme en libertad, porque no encontraban en mí
nada que mereciera la muerte; pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar
al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. Por eso he querido verlos y
hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas cadenas”.
Ellos le respondieron: “Nosotros no hemos recibido de Judea ninguna carta referente a ti, y
ninguno de los hermanos que vinieron nos han contado nada que te sea desfavorable.
Pero ahora quisiéramos oírte exponer lo que piensas, porque sabemos que esta secta
encuentra oposición en todas partes”. (Hch 28, 17-22)
De la respuesta de los judíos podemos deducir varias cosas:
· Los judíos de Roma desconocen lo sucedido en Jerusalén
· Los judíos que venían a Roma tampoco han contado nada de ese incidente
· San Pablo tendrá oportunidad de exponer su fe
El argumento es ¿cómo es posible que si Pedro estaba ahí no conocieran de Cristo o
escuchado hablar de él?
Para analizar este argumento requerimos comprender que la comunidad de Roma llevaba
por lo menos casi dos décadas de existencia. Entonces, ¿Si diéramos por cierto que Pedro
jamás pisó Roma, entonces ¿de quién es la responsabilidad que estos líderes judíos no
conozcan de Cristo? El asunto entonces del argumento es buscar culpable si es que Pedro
estuvo, pero si no estuvo nunca, a quién responsabiliza el autor del argumento?
Veamos lo sucedido en contexto de la respuesta de los judíos:
· Nosotros no hemos recibido de Judea ninguna carta referente a ti: Esto significa que los
judíos de Jerusalén no notificaron a los de Roma, de lo sucedido y narrado en (Hch 21, 27 –
23, 22), cuando lo apresaron y juzgaron.
· Ninguno de los hermanos que vinieron nos han contado nada que te sea desfavorable:
Significa que tampoco llevaron noticias de lo sucedido. ¿Por qué? Tal vez como sabían que
Pablo era judío y a la vez ciudadano romano, prefirieron no alborotar lo sucedido, pues
sabían que los judíos habían hecho azotar a un ciudadano romano (Hch 22, 29) y que el
tribuno conocía el plan de los judíos para matarlo (Hch 23, 20-22)
· Pero ahora quisiéramos oírte exponer lo que piensas, porque sabemos que esta secta
encuentra oposición en todas partes. Este punto es crucial y nos deja comprender varias
cosas:
- Los judíos sí han escuchado hablar de los cristianos (si no, no dirían que saben que esta
secta tiene problemas en todos lados) - Los judíos quieren escuchar de boca de Pablo su postura, pues líneas antes, Pablo les
ha dicho:
“Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros
padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos.
Después de interrogarme, quisieron dejarme en libertad, porque no encontraban en mí
nada que mereciera la muerte; pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar
al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo.
Por eso he querido verlos y hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas
cadenas” (Hch 28, 17b-19)
Entonces, podemos comprender qué motiva a los judíos a escuchar a Pablo. Hay muchos
argumentos de peso dados por Pablo, en donde cita textualmente que ha sido acusado por
judíos, sin que él atente contra su raza. No es sólo un tema de evangelización, sino
también de explicación de lo sucedido entre Pablo y su raza.
¿Está significando esta respuesta de los judíos que nadie les había intentado evangelizar?
Es algo absurdo y forzado, porque debemos tener claridad primero que el emperador
Claudio había hecho expulsar a los judíos de Roma (Hch 18, 2), y este decreto estuvo en
vigor hasta la muerte de Claudio en el año 54. Es decir, sólo a partir del 54 los judíos
estarían volviendo a Roma, por lo que es falaz aducir que Pedro estaría predicando en
sinagogas judías por 14 años.
PRUEBA OCHO:
Después del rechazo de los líderes judíos, Pablo permaneció en su propia casa alquilada
por dos años. Durante ese tiempo el escribió las Epístolas a los Efesios, a los Filipenses, a
los Colosenses, a los Hebreos y a Filemón, siempre mencionando a otros que estaban en
Roma durante ese periodo, y como cosa curiosa… Pablo NUNCA menciona a Pedro. La
razón obvia es que el Apóstol Pedro nunca estuvo allí en Roma.
Este es de los más flojos, seguro ya no había más de donde exprimir argumentos. El
argumento más o menos estila en que Pablo dirigiendo cartas a las comunidades que él
fundó: Filipenses, y Efesios, (Hebreos no es escrita por Pablo y Colosenses no la fundó
Pablo), debió mencionarlo, por el simple hecho que las escribió desde Roma.
Este argumento creo que no amerita nada, pues de por sí es un despropósito plantearlo
solamente.
Dichas cartas son de San Pablo y dirigidas a SUS comunidades. ¿Por qué tendría que
mencionar a San Pedro? ¿Si San Pedro hubiera estado viajando, lo hubiera citado San
Pablo?
¿Podría el autor del argumento mostrarnos en estas cartas dirigidas a comunidades, en
donde San Pablo menciona a algún miembro de la comunidad de Roma? ¿Diremos que
como no menciona a ninguno, no había cristianos en Roma? Si definiéramos quien estaba
en Roma, basados en a quien menciona San Pablo en las cartas que escribió desde Roma
dejamos esa comunidad sin fieles.
Sencillamente, no hay nada más que decir.
PRUEBA NUEVE:
Después de pasar dos años encarcelado en su casa alquilada, Pablo fue liberado. Pero
cuatro años más tarde (cerca del 65 DC), fue enviado de vuelta a Roma como prisionero.
Esta vez él tuvo que comparecer ante el trono de César, para luego ser sentenciado a
morir. Pablo describe estas circunstancias casi al detalle en la Segunda Carta a Timoteo.
Leemos en el capítulo 4, versículo 16 de ese libro algo muy triste que le ocurrió a Pablo:
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon…”
Esto significa que, de ser cierto la premisa católica de que Pedro estaba en Roma,
entonces Pedro abandonó a Pablo, ya que ellos nos dicen que Pedro estuvo muy presente
en Roma durante ese periodo. Pedro una vez negó a Cristo, pero eso fue antes de ser
confirmado en la verdad por Cristo mismo (Juan 21:15-19). Por eso, creer que Pedro
estuvo en Roma es una vez más… ¡insostenible!
Este argumento nuevamente da como supuesto algo que no hemos sostenido, y es que
Pedro estuviera en Roma en todo momento. Así, encontrar un momento de la historia en
donde no estuvo no significa que nunca fue. Para eso tenemos otras fuentes históricas del
mismo período.
Al respecto de lo indicado por San Pablo, ninguno estuvo a su lado en su primera defensa.
El autor remarca que si Pedro estuvo lo abandonó, y si no estuvo es porque nunca estuvo,
¿Qué hacer con argumentaciones de este estilo?
Veamos, ¿Cuándo Pablo dice TODOS me abandonaron se refiere a quienes? ¿A Toda la
comunidad de cristianos de Roma?
Si vemos bien la 2 Carta de Timoteo, en donde Pablo menciona esto, resulta:
“Ven a verme lo más pronto posible, porque Demas me ha abandonado por amor a este
mundo. Él se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia.
Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos, porque me prestará
buenos servicios.
A Tíquico lo envié a Éfeso. Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa
de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus obras.
Ten cuidado de él, porque se ha opuesto encarnizadamente a nuestra enseñanza.
Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron.
¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado
por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del
león”. (2 Tim 6, 9-17)
En esta parte, San Pablo menciona a los que lo abandonaron: Demas, Crescente y Tito. De
estos tres, Demas que es mencionado al final de la carta a Colosenses, y que estaba en
Roma, se fue abandonando su misión.
Datar cuando fue La primera defensa de Pablo es complejo pues la fecha de su muerte se
oscila entre el 63 – 67 D.C, pero lo cierto es que sería al final de los dos años que menciona
San Lucas en Hechos. Tomaremos como llegada a Roma el año 60 D.C.
Lo grave de este argumento es que si Pedro hubiera estado no lo habría abandonado, Es
decir ¿si todos lo abandonaron significa que no había nadie en Roma? ¿A quien tiene en
mente Pablo cuando expresa esto en su segunda carta a Timoteo?
Los detalles del juicio de Pablo en Roma no se podrían saber con base en el NT, es más,
San Lucas en Hechos no mencionada nada e incluso omite las evangelizaciones
posteriores de San Pablo que hace: a Efeso (1 Tim 1, 3); a Creta (Tit 1, 3), estancia en
Tróade (2 Tim 4, 13), donde pudo haber sido arrestado, lo que no menciona ningún texto
del NT. También Pablo es abandonado en Asia (2 Tim 1, 15)
¿Por qué San Lucas omitiría estos viajes de San Pablo luego de su llegada a Roma?
¿Realmente afirmar que si en Hechos, cuando se narra la estancia de Pablo en Roma, no
se menciona a Pedro es algo categórico?, sería extraño ver que el mismo autor omite
importantes viajes y acontecimientos de la vida de Pablo.
Pedro volvería a Roma al final de sus años, desde donde escribiría sus cartas. Es posible
incluso que Pedro haya regresado a Roma después del primer juicio a Pablo.
Cuando datamos las fechas de composición de las cartas de Pedro, siempre se sitúan
hacia el año 64, fecha del incendio de Roma. Por tanto es posible que Pedro regresara a
Roma luego del primer juicio de Pablo y por tanto no estuviera ahí.
Al respecto hay varias cosas por agregar:
La carta a los Colosenses la escribe estando en Roma, y en esa carta menciona:
“Aristarco, mi compañero de prisión, los saluda; lo mismo que Marcos, el primo de
Bernabé, acerca del cual ya recibieron instrucciones: si él va a verlos, recíbanlo bien”(Col
4, 10).
Marcos primo de Bernabé, el mismo que dio motivo de discordia entre Pablo y Bernabé por
haberlos abandonado. Lo interesante es que eso es mencionado, posteriormente a que
diga que Pedro se fue a otro lugar.
¿Por qué lo mencionamos? Porque San Pedro en su primera carta menciona a Marcos:
“La Iglesia de Babilonia, que ha sido elegida como ustedes, los saluda, lo mismo que mi
hijo Marcos” (1 Pe 5, 13)
Es decir, Marcos está en Roma cuando San Pablo escribe la carta a los Colosenses, y San
Pedro menciona a Marcos, cuando escribe su primera carta. Lo más probable es que
Pedro estaba en Roma en ese momento. Y adicionalmente, en la segunda carta a Timoteo,
que escribe desde la cautividad menciona:
Trae contigo a Marcos porque me prestará buenos servicios. (2 Tim 4, 11)
Marcos está cuando escribe Colosenses, y luego regresará por pedido de San Pablo. Pero
cuando San Pedro escribe su carta, ya Marcos está con él.
Conclusión: Pedro ya está en Roma, a quien se conocía en esa época como la Babilonia,
mención que hace Pedro en su primera carta:
“La Iglesia de Babilonia, que ha sido elegida como ustedes, los saluda” (1 Pe 5, 13)
Será absurdo suponer que se refiera realmente a la comunidad babilónica que quedó del
Exilio, pues Marcos estuvo en Roma con Pablo y luego pide a Timoteo que lo regrese y
Timoteo está en esos momentos en Éfeso.
PRUEBA DIEZ:
Pablo claramente nos informa que Pedro no estaba en Roma en el 65 DC, cuando él
estaba preso. Veamos:
“Sólo Lucas está conmigo ..” 2ª. Timoteo 4:11
La verdad se hace cada vez más clara. PABLO estuvo en Roma; y escribió al menos seis
(6) cartas o Epístolas DESDE Roma; y no solo él NUNCA menciona a Pedro, sino que al
final tristemente dice: “Sólo Lucas está conmigo”.
¡Pedro, por lo tanto, nunca estuvo en Roma!
Parece increíble que esto sea un argumento.
· San Pablo menciona quienes estaban con él, no quienes estaban en Roma.
· Las cartas las dirige a sus comunidades o colaboradores, no a los dirigentes en Roma
¿Cómo sabe San Pablo si está preso, quien está o quien no está en Roma?
· San Pablo pide a Marcos para que venga con Timoteo a Roma, y cuando Pedro escribe
su carta ya está Marcos con Pedro.
Por tanto, es absurdo tomar esto como argumento, aunque aplicaría igual todo lo
expresado en el argumento 9.
De todos modos, el autor de estos argumentos luego da una serie cronológica de la
estancia de Pedro y entre eso menciona lo siguiente:
Más tarde en el 66 DC, lo encontramos en la región de Babilonia o Mesopotamia entre los
judíos de allá (I Pedro 5:13). Es conveniente recordar que Pedro era el Apóstol de los
circuncidados. Pero ¿Por qué estaba en la región de Babilonia?.
Porque la historia enseña que luego de la deportación de los judíos del reino de Judá (2ª
Reyes 25:8-21), en el año 547 AC, por parte del rey Nabucodonosor, se constituyó una
comunidad muy grande de judíos en Mesopotamia. Cuando, setenta años después, pero
ahora bajo el mandato persa, se le permitió a los judíos regresar a su tierra, sólo menos del
10% de la población retornó al territorio de Judá. Esto equivale a afirmar que para la época
de los apóstoles, la comunidad judía de Babilonia era más numerosa y de igual importancia
que la comunidad de Judá. Fue tanta la importancia ejercida por los judíos babilónicos que
crearon una de las más grandes obras del judaísmo: El Talmud Babilónico (entre el tercer y
sexto siglo DC).
El día de Pentecostés (50 días después de la Pascua judía), se encontraban en Jerusalén,
judíos de diversas procedencias. Veamos: “Partos, medos, elamitas, y los que habitamos
en MESOPOTAMIA [énfasis mío], en Judea, en Capadocia…” Hechos 2:9.
Así que no es de extrañar el hecho de que a Pedro lo encontremos en el Oriente. Quizás
sea ésta la razón por la que los estudiosos digan que los escritos de Pedro tienen un fuerte
sabor arameo –el tipo de dialecto arameo hablado en Babilonia. Cuando los judíos
regresaron a la tierra de Israel a finales de la década de 1940 y principio de la de 1950,
había muchos judíos, llamados “Bavli”, provenientes de Irak, quienes podían trazar sus
ancestros hasta el Exilio Babilónico de tiempos de Nabucodonosor.
Favor leer ¿Por qué permanecieron los judíos allí tanto tiempo?; porque durante el dominio
de los babilonios, luego los persas, y después los otomanos, respetaron las costumbres y
religión hebrea, convirtiéndose en refugio, especialmente durante la época del arrase y
genocidio de las Cruzadas católicas en Tierra Santa –el verdadero cristianismo no enseña
eso.
No obstante, los doctores católicos y muchos protestantes igualmente, insisten
obstinadamente en afirmar que la Babilonia mencionada en 1 Pedro 5:13 se refiere a
Roma, por lo del significado de “confusión” y por lo de la ciudad alegorizada en Apocalipsis
- Recordemos que el libro del Apocalipsis se escribió después de morir Pablo y Pedro,
por lo que aplicar a Roma la Babilonia en 1ª Pedro 5:13 es una extrapolación temeraria,
sino absurda.
Como se puede inferir, la Biblia es clara en afirmar que Pedro no se encontraba en Roma,
sino que estuvo en otra parte. La evidencia es abundante y concluyente.
Al prestarle atención a las Santas Escrituras de Dios, nadie necesita ser engañado. ¡Pedro
NUNCA fue obispo de Roma, ni tampoco estuvo allí!… o será que Pedro fue un mal
cristiano que evitó todo contacto con Pablo en Roma, abandonándolo a su suerte, producto
del resquemor y la envidia, por haber sido tildado de hipócrita por Pablo delante los gentiles
en Antioquia (Gálatas2:11-21).
Lo más sensato es lo primero: San Pedro nunca estuvo en Roma. Así dice Jehová. Punto.
Es conocida la forma de los protestantes, de buscarle explicación al término Babilonia en la
primera carta de Pedro. Sin embargo, es la primera vez que la conexión veo que la hacen
con los deportados a Babilonia durante el destierro en el siglo VI A.C.
El autor rechaza que la Roma imperial pueda ser llamada “Babilonia” porque Apocalipsis se
escribe después de la muerte de Pablo y Pedro. Realmente no veo que una cosa esté
sujeta a la otra. A Roma no se le llamaba Babilonia porque lo dijera Apocalipsis, sino que
Apocalipsis recoge el nombre dado a la Roma Imperial, por las características similares de
ambos contra los cristianos.
Pedro escribe su carta aproximadamente para la fecha del incendio en Roma por Nerón,
quien termina culpando a los cristianos y dando orden de enjuiciarlos y matarlos. De ahí se
ha concluido que surge el martirio de Pedro y Pablo por lo que significaban en Roma.
Luego de Nerón, llega otra persecución contra los cristianos dirigida por Domiciano hacia el
año 95 D.C, por lo que nos muestra lo que representaba Roma para los cristianos, lo
mismo que Babilonia para los judíos. ¿Es extraño entonces que tanto Pedro cercano a la
persecución de Nerón, como San Juan, víctima de la persecución de Domiciano, llamen
“Babilonia” a la Roma imperial?
En caso de ser cierto, que San Pedro estuviera con Marcos en Babilonia, ¿cómo es posible
que San Pablo le pida a Timoteo que le traiga a Marcos, si Marcos estaba lejos de
Timoteo?
Pero más interesante aun sería saber ¿qué otras fuentes podría citar el autor para suponer
que Pedro sí estaba en Babilonia? ¿Qué se sabe por otras fuentes de dicha comunidad?
En tiempos de Jesucristo, Babilonia no existía como tal, la ciudad había sido destruida y
abandonada, incluso Bagdad actualmente es reciente, fundada en el año 762 DC. por el
califa Al-Mansur.[11]
El autor para justificar su punto menciona la predicación de Pentecostés, pero si ese fuera
el problema, la misma cita de Hechos que usa como prueba nos sirve también a nosotros:
“Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en
Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia
Cirenaica, los peregrinos de Roma (Hch 2, 9-10)
Es decir, también venían peregrinos de Roma, ¿entonces? ¿Por qué debemos suponer
que el punto de referencia sean los de Mesopotamia?
Incluso, podría el autor probar que Babilonia está sobre siete colinas?
La literatura primitiva sí asociaba a Roma con Babilonia. Aquí cito a José Miguel Arriaz[12],
que escribe:
“Evidencias extrabíblicas adicionales que demuestran que para los primeros cristianos era
común designar a la Roma pagana simbólicamente como “Babilonia” que apoyan esta
interpretación los tenemos en Oráculos Sibilinos (5,159f), el Apocalipsis de Baruc (2,1), 4
Esdras (3,1). También tenemos evidencia de esto es “La Crónica, (compuesta alrededor
del 303 d.C) donde se advierte “Se dice que la primera epístola de Pedro, en la cual hace
mención a Marcos, fue compuesta en la misma Roma; y que él mismo indica esto,
refiriéndose figurativamente a la ciudad como Babilonia”.
Si analizamos el lenguaje de la carta, el que el autor mencione su estilo hebreo, no sería
producto de que Pedro estuviera en Babilonia, sino que siendo hebreo, y hablando arameo
lo podía escribir incluso desde Roma.
Jesús Urones comparte un aporte bibliográfico sobre un artículo que desmiente el
paganismo del Papado, el cual expresa[13]:
1Pedro 5,13 dice así: “La que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, os
saluda, y también mi hijo Marcos”. Varios autores, como Marsilio de Padua toman el
versículo al pie de la letra sin caer en la cuenta de que no se trata de la capital de Assiria,
sino de la capital del imperio Romano, la ciudad de las 7 colinas como consta por Ap 17,9:
desde tiempos del historiador Varrón, Roma se torna en la ciudad de las siete colinas (Ap
17,5; 18,2.10). Se la identifica con Roma por el hecho de la destrucción del templo: el año
587 lo realizó Babilonia, el año 70 fue Roma. Por este motivo de la destrucción del templo a
Roma se la designa Babilonia. Además, de Ap 16-18, se puede verificar que a Roma se la
designaba “Babilonia” en los Oráculos sibilinos 1,V, V 155-160; San Agustín De Civitate Dei
1, XVIII, c. II,2; PL XLI, col. 561. Asimismo, a esas alturas de la historia, la antigua capital
caldea de Babilonia no contaba con cristianos.
El hecho definitivo del martirio de Pedro en Roma está confirmado tan antiguamente y por
tantos testimonios, que no queda ninguna posibilidad de negarlo.
Otro aporte de Jesús Urones al respecto es:
La declaración de Pablo de que “sólo Lucas está conmigo” no es una declaración de que
no había otros cristianos en Roma – de hecho había una comunidad cristiana floreciente en
ese momento, o de lo contrario no habría sido una carta escrita para ellos (Rom 1, 5-11 y
Hch 28, 30-31).
Ciertamente que quería decir “sólo Lucas está conmigo” a su lado, en la cárcel, o en su
arresto domiciliario. San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en el trabajo, ansioso de
saber y sufrir, Lucas no acertaba a separarse de Pablo»[14]. Eso significa, que era el
ÚNICO de los que ayudaban a Pablo en su ministerio. NO SIGNIFICA FUERA EL ÚNICO
CRISTIANO JUNTO CON PABLO EN ROMA.
La declaración de Pablo también que en su juicio “todo desierta mí” (2 Tim 4, 16)
igualmente no implica que “todos” de la Iglesia, o San Pedro específicamente, lo abandonó,
o no se encontraban en Roma en absoluto. Ciertamente había una Iglesia sustancial en
Roma, como la historia registra las primeras persecuciones sangrientas de un gran número
de cristianos bajo Nerón alrededor de ese tiempo, durante el cual tanto Pablo como Pedro
encontraron su martirio. En el contexto de esta declaración, San Pablo claramente no está
refiriendo a su deserción por los líderes de la Iglesia, sino por hombres de alto rango o
influencia con los que había se familiarizan cuyo testimonio podría haber hecho una
diferencia en su juicio.
Por tanto, ninguno de los 10 argumentos logra probar que Pedro jamás estuvo en Roma. Si
acaso mostrar que en algunos momentos no estuvo.